El reencuentro enmascarado entre Agatha Ruiz de la Prada y Pedro J. Ramírez

La diseñadora y su exmarido coincidieron en Venecia en una fiesta de carnaval. No hubo ni un cordial saludo

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Agatha Ruiz de la Prada junto a su nueva pareja José Manuel Díaz-Patón Instagram
Pilar Vidal

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Este fin de semana Venecia ha continuado con la celebración de su fiesta más emblemática, el carnaval. Hasta allí se han desplazado un selecto grupo de españoles fieles a la cita para asistir a algunas de las fiestas más selectas. Es el caso de la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada que viajó el pasado jueves hasta la ciudad del amor junto a su nueva pareja, el abogado, José Manuel Díaz-Patón , de 65 años, con el que comenzó a salir a principios de año . Tal y como ella misma inmortalizó en su cuenta de Instagram, esa misma noche la pareja estuvo en casa de Enrique Ruspoli, conde de Bañares, descendiente de Manuel Godoy, y uno de los nobles más cultos de la aristocracia europea. Y es que si de algo puede presumir la marquesa de Castelldosríus, es de tener amigos repartidos por todo el mundo. Al día siguiente, fueron bien recibidos en otra noble casa, la de la princesa Caroline Murat, también buena amiga de la diseñadora.

Y ya el sábado por la noche, acudieron al palacio Pisani Moretta, de estilo gótico y situado junto al Gran Canal, para asistir a la fiesta VIP por excelencia organizada por Antonia Sautter, desde 1994, y conocida como el baile Doge. Allí coincidió con su exmarido Pedro J. Ramírez y la esposa de éste, la abogada, Cruz Sánchez de Lara, que llegaron a Venecia junto al empresario Félix Revuelta, fundador y presidente del imperio Naturhouse y su esposa. Ambas parejas pagaron unos 2.000 euros que cuesta la entrada por persona con cena y baile incluido. El director de 'El Español', estaba irreconocible según testigos presentes en la velada, ataviado con una máscara y sombrero, al estilo de El Zorro. No cruzó ni una sola mirada ni un cordial saludo con su exmujer con la que casi estuvo a punto de tocarle al lado en la mesa. Era la primera vez que se reencontraban desde noviembre de 2017 , cuando ambos acudieron a firmar el divorcio. Ágatha lo hizo con burka porque según ella mismo dijo no quería que su ex Pedro J. la volviese a ver nunca más. Y casualidades de la vida solo se le veían los ojos, al igual que a él, cuatro años después.

Al final todos los presentes hicieron buen uso de las máscaras y disfrutaron del juego que estas te pueden dar para ocultar lo que tu rostro dice en realidad. Y disfrutaron de los más refinados platos y frutas venecianas maridados con unos exquisitos cócteles envueltos en óperas y minueto. Esta es sin duda l a fiesta del postureo , a la que hay que acudir si se quiere ver y dejarse ver, porque puede toparse con los sultanes de Omán, la princesa de Malasia, la diseñadora Vivienne Westwood, el príncipe Henry de Dinamarca, entre otros asiduos.

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