De paparazi a taxista, la crisis de los fotógrafos que persiguen a los famosos
Las redes sociales y la pandemia han obligado a los paparazi a reinventarse
La pandemia paralizó el mundo, pero también fue la estocada final que terminó de agravar la crisis del gremio de los paparazis que ya venía acechando desde 2016. Se calcula que más de la mitad de los fotógrafos que habitualmente trabajaban en la calle han cambiado de trabajo, tres agencias se han visto obligadas a cerrar y otras a fusionarse para poder subsistir.
Las hay grandes como Gtres que se han reinventado. «Con la llegada de Instagram y el resto de redes sociales, los reportajes se han devaluado al haber tanto consumo digital. Ahora ya no se paga ni la mitad que antes. Esto ha tocado mucho sobre todo al sector ‘freelance’.
Nosotros hemos hecho una inversión muy fuerte en el área digital para poder dar inmediatez», explica Sandra Aladro, directora de Gtres , agencia que ha apostado por dar servicio diario a todos los medios del país tanto de papel como digitales cubriendo todas las informaciones, sin olvidarse de las exclusivas.
Este verano apenas hay paparazis en Ibiza o Mallorca , puntos neurálgicos del veraneo de los famosos. «Nosotros hemos llegado a pagar 10.000 euros por el alquiler de un apartamento dos meses, para nuestro equipo en Ibiza. El año pasado perdimos dinero en Palma de Mallorca y por eso este año solo tenemos un fotógrafo en Ibiza y otro en Cádiz», explica, Alfredo Martínez, co-CEO de Lagencia Press, una de las empresas de paparazis más internacionales de nuestro país. Han pasado de tener 15 personas en nómina a ser cinco. Dos de sus antiguos empleados se marcharon hace un año a vivir al norte y están trabajando juntos en una fábrica de galletas.
Algo parecido le sucedió a Mark W., un veterano paparazi , que entre otros logros se le atribuye el primer robado de David Bisbal y Elena Tablada que confirmaría su romance. Mark ha cambiado el objetivo por la restauración de muebles .
Otra fuga sonada es la del veterano Paco Ginés , que inmortalizó una de las primeras salidas de doña Letizia y el Príncipe Felipe cuando eran novios paseando por un centro comercial. Cambió la cámara por la hostelería . Julio Tuercas dejó las agencias por Endesa. Jesús e Ismael siguen a pie de calle , pero conduciendo un taxi . Ahora observan desde el coche lo que sucede en la ciudad, aunque no llevan la cámara en la guantera por si las moscas. Julián de Domingo dejó de perseguir a famosos en 2016 tras una larga carrera trabajando en dos de las mejores agencias de este país. «No me gustaba, estaba harto de este mundo. Lo que pasa es que en mi época se ganaba dinero», explica a ABC. «No me sentía cómodo porque muchas veces rozaba la ilegalidad y ponía en riesgo mi vida. Recuerdo una vez yendo a 100 km por hora en dirección contraria por la calle Serrano o a 210 km por hora por el paseo de la Castellana en Madrid persiguiendo a un torero», relata.
Recuerda con orgullo los dos años que le tocó vivir en EE.UU. persiguiendo a las celebridades más internacionales o como se pasaba los meses de julio y agosto en Mallorca. «Una vez en Puerto Rico, Isabel Pantoja, se quedó atrapada en un ascensor y captamos como la rescataban por el hueco que había entre el primer y el segundo piso. Cuando salió, nos miró y nos dijo ‘¿Qué esta semana seré portada no?’», sonríe al acordarse. Probó suerte en la hostelería , pero acabó sacándose la licencia de taxista animado por su suegro que también lo era. «Ese gremio también es muy duro. Te levantas a las 6 de la mañana y no te bajas del coche hasta las 23 horas». Ahora con 60 años está en el paro y espera conseguir algún trabajo de botánica, que lleva años estudiando. «Fíjate como está la situación que gano más en el paro que de taxista», se queja.
Famosos y anónimos
Cuando les pides una fotografía para ilustrar el reportaje todos se niegan, porque temen ser reconocidos por los famosos. Seguir siendo anónimos es una de sus mejores armas. Otros colegas como Diego Arrabal, Gustavo González o Antonio Montero se han hecho famosos cuando decidieron dar el paso a la televisión para diversificar sus fuentes de ingresos. Para Arrabal, de momento este ha sido «un buen verano. He hecho un tema muy bueno y otro que estoy moviendo ahora con lo que me puedo dar por satisfecho», confiesa. No es puro alardeo, es su manera de trabajar. Se especializó en reportajes internacionales donde no tiene competencia y por eso no ha notado tanto la crisis.
Acostumbrado a pasar la mayor parte del tiempo fuera de casa, la pandemia si le ha dejado sin poder hacer las maletas más de un año. Gtres también opina que ha sido un buen verano aunque basado en el reportaje nacional, «Nos ha fallado el mercado internacional. Otros años las grandes estrellas como Leonardo Di Caprio, Beyoncé, Rihanna o grandes futbolistas se dejaban caer por Ibiza, pero este año con la incertidumbre de la pandemia no han viajado hasta aquí», explica Aladro.
Empresas como la suya o Lagencia Press siguen haciendo grandes inversiones para mantener el mercado. «No hemos recibido ninguna ayuda estatal y eso que las agencias no hemos cerrado. Nosotros hemos abierto mercado sobre todo en Reino Unido y Estados Unidos donde las webs de los medios te pagan 4.500 euros por un reportaje en exclusiva que tienen colgado durante 24 horas y luego tú ya puedes venderlo a otros medios», explica Alfredo de Lagencia Press.
Sin exclusivas
«El negocio se ha limitado a cuatro clientes en España (’¡Hola¡’, ‘Semana’, ‘Lecturas’ y ‘Diez Minutos’), y eso agobia mucho. Además, lo que no hay son noticias. Antes en verano cuando llegaba el jueves -después empezaron a salir los miércoles- y veías lo que llevaban las revistas te quedabas tranquilo. Ahora ha perdido esa chispa, no esperas nada cuando vas al quiosco», argumenta Diego Arrabal.
Para él no hay que culpar a la televisión de la crisis «al contrario han sido las revistas las que han querido competir con la televisión y se han equivocado. Y con la explosión de la era digital, no han sabido adaptarse. O tienes exclusivas o sino no puedes competir».
Para Sandra Aladro también ha faltado algo este verano «ha habido separaciones, pero no grandes parejas. Ha faltado la historia del verano -como sucedió el año pasado con Ponce y Ana Soria- aunque aún quedan días».
Cifras infladas
Suscita morbo saber la cantidad de dinero que pagan los medios por las exclusivas. Uno de los errores que señala el gremio ha sido hablar de dinero. «Excepto los futbolistas y tampoco sabemos toda la verdad, en ninguna otra profesión se revela lo que se cobra y nosotros parece que estamos obligados a decir lo que ganamos. Eso nos ha hecho daño, porque muchas veces por darse más valor se han inflado cifras que no son reales », se queja Arrabal.
Alfredo coincide en señalar que «lo que vale en la tele, no vale en las revistas. Hay actores por ejemplo de series de éxito de las plataformas digitales que no venden aquí, pero fuera sí. Por ejemplo, Úrsula Corberó aquí no tiene tirón, pero fuera me lo compran mucho por el éxito de la serie ‘La casa de papel».
Luego están las publicaciones que agobiadas por las ventas se ven abocadas a cerrar o a reducir costes, por lo que los reportajes ya no salen a cuenta. «Nosotros invertíamos todos los veranos casi 50.000l euros para cubrir Ibiza. Este año hemos hecho un acuerdo con un fotógrafo inglés que vive en la isla y así no perdemos dinero», explica el co-CEO de Lagencia. Todos buscan reinventarse sin perder la esencia . Arrabal ha creado un canal de YouTube que estrenará en otoño y cuenta ya con 24.000 suscriptores. En el caso de Lagencia también han buscado alternativas abriendo la web Crush.news de contenidos de famosos tratados con humor. Los fotógrafos son los notarios de la realidad y sin ellos no habría noticia. «Somos como los toreros, no nos retiramos. La información es poder y nosotros tenemos que ser capaces de explotarlo», reivindica Arrabal. Está comprobado que una imagen vale más que mil palabras.