Nieves García, la jockey española que conquistó Arabia Saudí
Debutó en las carreras a los 21 años en la playa de Sanlúcar tras heredar de su padre la pasión por los caballos
Se acercó al mundo hípico en su Sevilla natal por la afición de su padre a los caballos. Y a pesar de que no la llevó mucho a las carreras, empezó a trabajar en el hipódromo de Pineda , en la temporada de invierno. Allí le vino el gusanillo. Luis Parladé la convenció para que lo intentara, porque tenía buen peso y poco a poco se fue decidiendo. Lo probó, le gustó y hasta hoy. «Soy una chica que intenta buscarse un hueco dentro del mundo de las carreras de caballos en el que llevo luchando toda mi vida», asegura la jockey Nieves García .
Este año recibió la invitación para disputar el Campeonato Internacional de Jockeys de Arabia Saudí, siendo la primera representante española en este evento internacional. «Al principio no me lo creía pero era una grandísima oportunidad. La experiencia superpositiva, muy enriquecedora, que me encantaría poder repetir».
Estudió hasta EGB. «Me distraía como una mosca» y tenía que buscar una alternativa por lo que empezó a trabajar. Ayudó a su padre en su taller, también en una tienda de animales, hizo prácticas de veterinaria, pero no le terminaba de llenar. Hizo un curso de dos años de doma clásica pero cuando terminó volvió al hipódromo porque lo que de verdad le gusta eran las carreras. Debutó ya ‘mayor’ con 21 años montando en la tradicional playa de Sanlúcar y su primera victoria fue a lomos de Bailío de Manolo Álvarez en Mijas a pesar de no ser favorito.
Amor en el 'paddock'
Su marido es Jorge Rodríguez , preparador. «Le conocí en Pineda en la temporada de invierno, congeniamos bastante, pero él se tuvo que volver a Madrid al término de la misma, él tenía su vida y yo la mía. Tardamos tres años en formalizar la relación y hasta ahora». Tienen tres hijos.
«Mi día a día es muy difícil. Me suelo levantar sobre las cuatro y media de la mañana, mientras me preparo un café, limpio un poco, preparo la comida, la ropa de los niños... Los voy levantando, desayunos, llevarlos al cole y luego acercarme al hipódromo. Compagino con Jorge recogerlos del cole, pero de la comida me encargo yo, además me gusta y se me da bien, aunque prácticamente no tengo tiempo libre». «Lo que me encantaría es tener tiempo para poder leer, creo además que culturiza bastante», añade.
Fue amazona durante dos años, pasando a profesional motivada por Jorge, su marido, ya que pesaba muy poco y le compensaba hacerse jockey. A ella en principio, no era lo que más le preocupaba, porque lo que quería era aprender y superarse.
El año pasado, fue la primera mujer en disputar el Gran Premio de Madrid. «Me sentí muy orgullosa de disfrutar esa carrera porque pensé que nunca iba a poder hacerlo, el ver a esos grandes caballos detrás de los cajones es maravilloso». Además consiguió también ser la primera mujer en ganar un gran premio, el Duque de Alburquerque, con su Noray. «Es el caballo al que agradeceré que estoy viviendo la gran aventura actual y me dio la oportunidad de dedicar la victoria a mi hermana, que en paz descanse».
Hace varios años tuvo una gravísima caída en Madrid, le pasaron varios caballos por encima pero por suerte sin pisarle ninguno. Tuvo mucho golpes en la cara, pero lo grave fue que tuvo un pequeño toque en la séptima vértebra que le pudo dejar en una silla de ruedas. Este otoño, sufrió un aparatoso accidente en el paddock, en el desfile previo a la carrera, cuando su caballo se asustó por algo, se puso de manos, reculó y se cayó hacia atrás encima de ella. El susto fue enorme, se temió lo peor. El daño, aunque muy doloroso, afectó solo a una pierna que quedó destrozada por el peso del caballo. A pesar de ello, asegura: «Soy feliz porque hago lo que me gusta».