Mila Ximénez: un año entre el calvario y la esperanza
El 16 de junio de 2020 empezaba la batalla más dura para la colaboradora, que durante un año luchó con uñas y dientes para ganarle la partida a la enfermedad
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El 16 de junio de 2020, Mila Ximénez intervino en 'Sálvame' para comunicar una triste noticia. Explicó que hacía tiempo ledolía la espalda y que fue al médico. Creyó que se trataría de un pinzamiento. Sin embargo, la realidad era bien distinta: «Tengo un tumor. Tengo cáncer de pulmón». Fue como si el plató fundiera a negro. La banda sonora era la voz de Mila, titubeante y embargada por la emoción.
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Empezaba entonces la batalla más dura para la colaboradora, que durante un año luchó con uñas y dientes para ganarle la partida a la enfermedad. Doce meses que vivió entre el calvario y la esperanza. Mila Ximénez prefirió aislarse de todo y de todos hasta conocer el diagnóstico. Apretó los dientes y esperó a que llegara el día en que el doctor le diera el resultado. Solo entonces hablaría con sus familiares y amigos íntimos. Especialmente cuidadosa fue en relación a su hija, Alba Santana, que vive en Holanda con su marido y sus dos hijos: «No quería hacer un espectáculo de esto. Necesitaba hablar con mi hija y no podía hacerlo hasta que el médico me dijera el nombre, el apellido y el tratamiento de lo que tengo».
Los grandes apoyos de Mila
La hoja de ruta trazada por los médicos que trataron a Mila incluía quimioterapia y radioterapia. Ella, a quien los hospitales nunca gustaron, acató con resignación pero muy esperanzada. Su oncólogo le dijo unas palabras que siempre recordó: «Yo a mi médico le dije: ‘¿Me voy a morir?’ y me dijo: ‘De esto no lo creo».
En todo este largo periplo, plagado de esperanza y desesperanza, Mila Ximénez ha estado acompañada de sus hermanos. Manolo ha estado permanentemente a su lado. Su hija Alba ha viajado con frecuencia a Madrid para estar con ella. Tampoco le ha faltado a la periodista el apoyo y la presencia de sus amigos. Belén Ro, Raúl García, Terelu Campos , David Valdeperas, Belén Esteban o Jorge Javier, entre otros.
La cruda realidad
Las idas y venidas de Mila al hospital para recibir tratamiento han sido intensas. Debido al interés que la periodista despertaba, los reporteros le hacían guardia. Un día, pidió que le dieran un respiro porque no era agradable salir del centro médico, tras varias horas dentro lidiando con terapias agresivas, y encontrarse con las cámaras. Por supuesto sus deseos se respetaron.
Un mes después a que le fuera diagnosticado el tumor, Mila Ximénez reapareció en el 'Deluxe'. Y fue entonces cuando reveló la crudeza del diagnóstico: «Me hicieron un tac y cuando subí me dijeron que tenía cáncer de pulmón con metástasis». Desgraciadamente, la enfermedad se había extendido al hígado y otras partes del cuerpo que la periodista no especificó.
Alba, el cable que ataba a Mila a la vida
Una vez más, Mila hizo gala de su fortaleza y aseguró que su bandera era la positividad: «He pasado baches emocionales mucho más jodidos. Esta es otra guerra más». Además, reveló la hoja de ruta que iban a seguir a partir de ese momento en la clínica donde la trataban en cuanto al tumor: «Lo van a dormir para evitar que se ramifique más. Una zona está más complicada y esa zona la estamos quemando (radioterapia) Se ha cogido a tiempo. Si logramos que se duerma todo irá bien».
Si alguna vez Mila Ximénez tuvo alguna duda en cuanto a luchar o tirar la toalla, se disipó cuando su hija le dijo: «Tienes que hacer lo que sea porque a mí me haces mucha». Su unión era inquebrantable. Y eso que no siempre lo tuvieron fácil. Cuando Mila se separó de Manolo Santana, las cosas le fueron mal. Al punto que tuvo que pedir a su ex que cuidara de Alba hasta que ella se recuperara económicamente. En aquellos días, los viajes de la periodista a Marbella, donde vivía Manolo Santana con su hija y su mujer de entonces, Otti Glanzielus, fueron frecuentes.
La reflexión de Mila
En diciembre de 2020, Mila dio muestras de cansancio. Aseguró que había aceptado la enfermedad pero no el tratamiento. Los efectos secundarios se manifestaron con mucha fuerza. Pasó días sin poder moverse de la cama envuelta en dolores insoportables. También le pesó mucho el confinamiento. Fue salir de GHVIP y sentirse mal. Le apareció un herpes zoster y luego llegó el malestar en la espalda. Lo siguiente ya es historia.
Fue al hospital y le diagnosticaron cáncer de pulmón. La cabeza de Mila no paraba de dar vueltas a la situación que estaba viviendo y confesó con tristeza: «Esto que me ha pasado es una gran putada. Ya tenía edad de descansar y disfrutar, y que en este momento tenga este parón me ha parecido una jugarreta del destino muy cabrona. Estoy muy cabreada con esto». En cuanto al momento que le estaba tocando vivir, la periodista fue muy clara «Esto que voy a decir es una barbaridad, pero prefiero una vida más corta pero más vida. Con más calidad de vida».
Navidades horribilis
Muy apegada a sus nietos, para Mila fue un calvario no poder disfrutar las Navidades del 2020 con ellos y su hija. Las restricciones impuestas por el COVID lo impidieron. Lo mismo pasó con otros miembros de su familia que no formaban parte de su burbuja. Fueron unas fiestas con más lágrimas que risas para la Ximénez.
A principios de marzo de este año, Mila compareció en Sálvame para hablar de la enfermedad. Estaba pendiente del resultado de unas pruebas para decidir si seguia con el tratamiento o tiraba la toalla. Expresó que los dolores eran muy difíciles de sobrellevar. Dejó claro que si la quimioterapia y la radioterapia no daban para más, se retiraría a sus cuarteles de invierno para morir con dignidad y sin sufrimiento. Estaba muy tocada. Sus palabras causaron alarma. Rebelde e indómita por naturaleza, la periodista no se cerró en banda y escuchó el consejo de los suyos. La animaron a iniciar un nuevo tratamiento que prometía buenos resultados.
La hora del adiós
Hace una semana, Mila Ximénez fue ingresada nuevamente en el hospital. La noticia causó conmoción. Desde ABC, nos pusimos en contacto con Manolo Santana, el fiel escudero de la periodista. Esto fue lo que nos dijo: «Mila está ingresada realizando unas pruebas de control del proceso. Es un camino que hay que recorrer y confiamos en llegar al final pronto».
Parecía que Mila saldría victoriosa una vez más en su lucha por la vida. Sin embargo, para entonces, ya estaba casi al final. En el hospital explicaron la cruda realidad a sus familiares. El cuerpo de Mila Ximénez ya no podía resistir el desgaste que la enfermedad había hecho en su organismo y llegaba la hora del adiós. Decidieron trasladarla a su casa, un lugar que ella adoraba. Ayer la sedaron para que se fuera sin dolor. A su lado, su hija y hermanos. Temperamental, resiliente, apasionada, superviviente… Todo eso y mucho más era Mila Ximénez.