Michelle y Barack Obama, enamorados como el primer día: «Todavía haces que gire la cabeza»

Ahora es una de las personas más poderosas del mundo, pero hace muchos años Barack Obama era un donnadie, un joven licenciado por Harvard, que arrancaba su ejercicio de la abogacía y su trabajo como activista social. Michelle Robinson también había estudiado Derecho en Harvard -y antes de ello, en Princeton- y ya llevaba un tiempo en Sidley & Austin, uno de los mejores despachos de abogados de Chicago y donde recaló Barack para hacer sus prácticas de verano.

Él la cortejó con insistencia y ella le rechazó hasta donde pudo: salir con el becario comprometía sus aspiraciones profesionales. Una mujer joven y negra ya lo tenía suficientemente complicado en un mundo de hombres blancos como para empezar a salir con el primer joven negro apuesto que entraba por la puerta. Pero la cita finalmente se produjo: hubo una visita al museo, la película de Spike Lee, un helado compartido y un beso. La zona afroamericana fue donde Michelle se crió y donde Barack, con su trabajo social, puso la primera semilla en su escalada hacia la Casa Blanca.

Se casaron el 3 de octubre de 1992 y casi treinta años después Michelle y Barack se quieren como el primer día. Así lo ha reflejado esta semana la exprimera dama durante la celebración de los 60 años del expresidente de Estados Unidos. «De todos tus logros, sé que el de ser un padre presente, cariñoso con nuestras hijas encabeza todos ellos. Gracias por no permitir nunca que el peso del mundo se interponga en el camino de ser un fabuloso esposo y marido. Feliz 60º aniversario», escribió Michelle en su perfil de Intragram.

«Todavía haces que gire la cabeza después de todos estos años. ¡Te quiero, Barack!», añadió junto a una serie de imágenes familiares.