María Teresa Campos firmó ayer la venta de su casa

En cuanto a su mansión de Molino, como ya anunciamos el nuevo propietario es José Gil, presidente de la firma de calzado 'Alma en pena'

María Teresa Campos Gtres

Beatriz Cortázar

Cuando el pasado 21de septiembre publicábamos en estas mismas páginas que María Teresa Campos por fin había vendido su mansión por 2,5 millones de euros ya se dijo que el plazo para la firma final quedaba abierto hasta diciembre tras abonar una señal en forma de arras de 100.000 euros. Pues bien, ayer a primera hora de la mañana María Teresa acudió a la Notaría donde se firmó la venta de la que ha sido su residencia y formalizó así una transacción que ahora ya es definitiva. Salvo el concepto de señal la presentadora recibió el cheque del importe que faltaba y con el que podrá sanear una economía que la tenía bastante agobiada en los últimos tiempos.

Pero la casa de Molino de la Hoz que tantas veces ha mostrado ante los medios ya es historia para Teresa. Hoy vive en un piso de 200 metros cuadrados en la zona de Valdmarín (Aravaca) muy cerca de donde reside su hija Terelu . La mudanza ha sido un proceso complejo dada la diferencia de espacio de ambas casas y hasta ha habido casi un mes de adaptación a su nueva vida ya que Campos ha estado 26 días conviviendo con Terelu mientras realizaba una serie de mejoras en el piso que ya habita y que tiene en régimen de alquiler. «Ahora está muy contenta y perfectamente instalada y adaptada», dicen cercanos a Teresa que podría aparecer posando en su nueva residencia en una revista del corazón.

En cuanto a su mansión de Molino, como ya anunciamos el nuevo propietario es José Gil , presidente de la firma de calzado 'Alma en pena', quien después de la reforma que hará en la que ya es su casa tiene intención de aprovechar la amplitud de esas dos viviendas unidas por dentro para dedicar una zona al «showrom» y oficinas de la imagen y sector digital de su negocio. Para el recuerdo quedarán ya las imágenes de María Teresa posando en su vestidor y mostrando su amplio zapatero mientras su ex pareja Bigote Arrocet buceaba en la piscina interior que protagonizaba una de las zonas de la vivienda. Hoy María Teresa no sólo se ha quitado de tener que afrontar los gastos mensuales que una residencia de ese nivel conlleva sino que también tendrá la tranquilidad de no sentir el agobio de la hipoteca o las deudas que se habían generado. Feliz, con su querida hija Terelu como vecina, y con la sensación de haberse quitado una mochila muy cargada, la Navidad promete ser diferente a pesar de las tensiones televisivas que sus hijas puedan vivir en los últimos tiempos.

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