La maldición de Las Grecas: una nueva muerte marca el destino de las reinas del ‘gipsy rock’

Con la muerte Malicia, refundadora de Las Grecas, se cierra la leyenda negra de un dúo musical que se hizo mito con ‘Te estoy amando locamente’

Antonio Albert

El éxito podría ser el único bálsamo de la triste historia de Las Grecas, pero ni siquiera eso es así, porque el éxito de Edelia y Carmela fue en parte culpable del viaje a los infiernos de las hermanas Muñoz . Aunque ambas ya no formaban parte de Las Grecas, nombre recuperado en 2007, la desgracia ha vuelto a cebarse con ellas: Alicia Robledo Benavente , más conocida como Malicia, la mujer empeñada en resucitar el grupo, ha fallecido al parecer por complicaciones tras someterse a una operación de cirugía estética, una liposucción, a pesar de no sufrir ningún tipo de patología previa. Es la segunda muerte que sacude a Las Grecas, pera esta vez, todo apunta a que nadie querrá seguir confiando en un nombre artístico convertido en leyenda con una canción, pero también convertido en leyenda negra por varias desgracias...

Todo comenzó a principios de los años 70 del siglo pasado, cuando las hermanas Carmen y Edelina Muñoz Barrull, conocidas como Carmela y Tina, tras un periplo por Argentina en el que descubrieron la mezcla musical que sacudía América, desde el rock al jazz pasando por la bossa nova, regresaron a España con la intención de empezar de cero en el mundo del flamenco . Probaron fortuna en distintos tablaos, pero cuentan que la melena rubia de Carmela les cerraba las puertas de los locales que buscaban mujeres gitanas bien racializadas. Teñida de moreno, acompañada por su hermana Tina, encontraron el apoyo de Manolo Caracol y Lola Flores , que las fichó para la sala Caripén, donde Felipe Campuzano quedó prendado de la fuerza de la pareja. El productor José de Carlos , al escucharlas cantar una versión de una popular canción griega, las llamó Las Grecas: «Las niñas que cantan en griego». Esa personal manera de pronunciar quedó patente en ‘Te estoy amando locamente’, un éxito monumental que ellas interpretaban como ‘Te estoy amando locamenti’ (y el famoso ‘si ma convenzo’). Hasta Paco de Lucía reconoció la influencia de esa canción, que le inspiró ‘Entre dos aguas’. Pero los siguientes discos no llegaron a repetir ese ‘boom’ y la vida personal de las hermanas se fue complicando.

Tina acabó sus días en un centro de acogida en Aranjuez, dejando tras de sí una ristra de adicciones que desencadenaron distintas crisis de esquizofrenia paranoide tan acusadas que, en una de ellas, apuñaló por la espalda a su hermana Carmela . Detenida por robar en una peluquería, acabó en la cárcel de Yeserías y su ruina la llevó a malvivir en las calles del madrileño barrio de San Blas, por entonces marcado por la heroína. Fue con la droga como contrajo el VIH, desarrollando el sida que acabó con su vida en 1995. Acababa de cumplir 37 años. Tina amaba tanto la música como la maternidad. Tuvo cinco hijas ( Saray , Tamara , Siria , Tania y Alba ), tres de las cuales –las tres pequeñas- fueron dadas en adopción en contra de su voluntad. La historia de cómo, años después, descubrieron de quién eran hijas y conocieron a sus hermanas por Facebook, da para un culebrón turco. Tres hombres marcaron el corazón de Tina a fuego, pero los tres la abandonaron a su suerte. Su primogénita, Saray, ha heredado el talento artístico, como demuestra como cantaora en el Ballet Nacional de España. La benjamina, que creció como Begoña sin saber que en realidad se llamaba Alba, ha terminado también por cumplir su sueño como cantante.

En 1978, Carmela intentó suicidarse con una sobredosis de barbitúricos. Acosada por los gastos de los tratamientos de su hermana, se puso a vender ropa en los mercadillos, hizo un desnudo para ‘Interviú’ e intentó, a la desesperada, resucitar el grupo musical que habían abandonado en 1979, tras el desfalco supuestamente cometido por su representante. Carmela tuvo dos hijos que han seguido la tradición artística: Julio, percusionista y acompañante de José Mercé y Joaquín Cortés, entre otros grandes, y Emanuel, conocido como ‘El Greco’, dedicado al ‘trap’. En 1994, Carmela recurrió a su vecina y amiga, Alicia Robledo (Malicia), para resucitar Las Grecas. Fue un fracaso. Carmela lo intentó de nuevo con su sobrina Saray, pero en 2007 Malicia traicionó a su amiga y relanzó el dúo tras quedarse con su nombre comercial. La batalla legal por la herencia de Las Grecas quedó en nada, como su enésimo intento de resurrección. Aunque pueda parecer una crueldad, se ha popularizado la expresión ‘ir como Las Grecas’ entre la gente que vuelve a casa de fiesta, de mucha fiesta. También es cierto que gracias a ellas existe el sonido ‘gipsy rock’, del que han bebido artistas como Kiko Veneno o Rosalía , que en 2019 arrasó en el glamuroso y elitista festival de Coachella con una versión de ‘Te estoy amando locamente’ con la que las nuevas generaciones descubrieron el que fuera un himno de sus padres y abuelos. Las Grecas ya no existen. Pero su música permanece.

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