Magdalena de Suecia, la guapa princesa sueca que también se marchó a América
La hija pequeña del Rey Carlos Gustavo y la Reina Silvia de Suecia está casada con un adinerado empresario y tiene tres hijos
A lo largo de los últimos años varios miembros de familias reales han puesto tierra de por medio y se han refugiado lejos de Europa. El último en hacerlo ha sido el Príncipe Harry que junto a Meghan Markle abandonaron Londres rumbo a California. Una de las primeras de su generación en tomar esta decisión fue la Princesa Magdalena de Suecia que acaba de cumplir 39 años y vive desde los 28 en EE.UU. Pero ¿quién es esta guapa princesa alta, rubia y de ojos azules?
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La duquesa de Hälsingland y Gästrikland nació el 10 de junio de 1982 en Estocolmo y es la hija pequeña del Rey Carlos XVI Gustavo y la Reina Silvia de Suecia. Actualmente es octava en la línea de sucesión al trono sueco por detrás de sus hermanos y sus sobrinos.
La infidelidad que la llevó a Nueva York
En primavera de 2010 y tras romper su compromiso con el abogado Jonas Bergström por una infidelidad de él, la joven princesa abandonaba Estocolmo rumbo a Nueva York para buscar la privacidad que necesitaba en ese duro momento. Allí no solo disfrutó de la libertad sino que encontró el amor en los brazos del brillante, ambicioso y adinerado 'broker' de Bolsa Chris O’Neill. Titulado por la Universidad de Columbia, O’Neill se manejaba a la perfección en los círculos más exclusivos de la ciudad. La pareja anunciaba el 25 de octubre de 2012 que habría boda y la Casa Real confirmaba que se celebraría ese verano.
Y así fue, el 8 de junio de 2013 la hija pequeña de los Reyes de Suecia y el asesor financiero se daban el sí quiero ante 400 invitados en la Capilla del Palacio Real de Estocolmo.
Tras la boda, la pareja volvió a instalarse en Nueva York donde la Princesa trabajó en la World Childhood Foundation, creada por su madre, la Reina Silvia. En 2015 y durante dos años residieron en Londres. En agosto de 2018 la Casa Real sueca informaba del traslado a Florida de la Princesa Magdalena, su marido Christopher O’Neill, y sus tres hijos Leonor, Nicolás y Adriana. Los negocios de Christopher O’Neill fueron el principal motivo del cambio.
Esta mudanza fue criticada por la prensa de su país que cuestionaban el amor de Magdalena por Suecia. Karin Lenmor, experta en temas relacionados con la realeza, publicaba una columna en el diario «Expresen» en la que hablaba del «desarraigo» de la familia mientras que Johan T Lindwall, editor sueco, trataba de justificar la decisión «Magdalena quiere vivir una vida anónima y realmente puede hacer eso en Florida, donde se convierte en una persona común».
Sus hijos podrían perder el título
La decisión de vivir lejos de Suecia podría costarle el título de 'príncipes' a sus hijos Leonor, Nicolás y Adriana. Y es que la ley de sucesión de Suecia exige que los miembros de la Familia Real sean bautizados en la Iglesia de Suecia, educados como protestantes y criados en el país para mantener sus derechos al trono. Cuando nació la princesa Leonor y el matrimonio se instaló en Londres, el mariscal del reino advirtió que la pequeña debía vivir a partir de los seis años en Suecia para conservar sus derechos como princesa. A día de hoy la familia sigue residiendo en Miami y no tienen planes de volver a Estocolmo.
El marido que no quiso ser príncipe
Chris O'Neill ha sido siempre el miembro más reservado de la Familia Real sueca. El empresario rechazó el título de príncipe y pidió no recibir un estatus real, para poder seguir manteniendo sus negocios. En febrero de 2018, O'Neill ofreció una entrevista a la revista masculina 'King' en la que afirmaba que «casarse con una princesa es un desafio que ha complicado mi vida por razones obvias. Nunca tuve que pelear por mi independencia, lo discutimos con los padres de Magdalena y nunca tuvieron objeción», revela el empresario, quien definía a su esposa como «la mujer de mi vida». Además, desvelaba que ser príncipe «nunca fue una opción porque yo no nací en una Familia Real. Soy Christopher O'Neill, mi padre era Paul O'Neill. Era importante para mí no cambiar eso. Decidí no asumir ninguna tarea pública, así que mi papel es muy simple: apoyar a mi esposa. Y eso puedo manejarlo como Christopher O'Neill».