Lola Herrera: «No hay que callarse cuando no te gusta el sexo con tu pareja. Yo lo hice y al final exploté»
La gran dama del teatro español considera que el amor ha sido importante en su vida, aunque ya no le interesa
Sentarse frente a Lola Herrera constituye un ejercicio de aprendizaje y reflexión continuo por mucho que el reloj juegue en contra y al final, siempre acaben faltando minutos. Habla de todo y de todos, explayándose en la respuesta y con la rotundidad que solo aporta el paso del tiempo y la experiencia de 86 años vividos. Nos citamos con en ella en la calle Montesa de Madrid, con motivo del 50 aniversario de Thermomix y la creación del restaurante efímero Cincuenta, que funcionará durante seis días. « La cocina me ha gustado siempre. Además he vivido muy de cerca con mi abuela y con mi madre , en unos tiempos donde prácticamente se vivía en las cocinas. No soy mujer de hacer grandes cenas en casa, pero lo hago con la gente más íntima. Cocino sobre todo para mis hijos, mi hijo me pide mucho pescado y todo lo de cuchara, pero ahora está a régimen». La actriz aprovecha sus giras teatrales para hacer acopio de ingredientes para la despensa. «En mis giras siempre vengo con garbanzos, tengo un sitio donde compro los garbanzos, el aceite, el pimentón...».
Lola Herrera regresó en septiembre a las tablas del Teatro Bellas Artes de Madrid para meterse una vez más -la primera fue en 1979- en la piel de Carmen Sotillo en 'Cinco horas con Mario'. «Se ha notado una cosa simpática tras la pandemia. Los teléfonos suenan menos, hay menos toses porque la gente va con una mascarilla. Hemos padecido una crisis grande de trabajo, un encierro a nivel personal, una incomunicación, no poder estar con los nuestros. Pero la gente ha vuelto al teatro con unas ganas locas».
Como el resto de los mortales, comienza a ver un horizonte más despejado. «Estoy muy contenta con cómo se van normalizando las cosas, queda camino, pero lo importante es que las vacunas están siendo un alivio para el mundo entero. Menos para los que no les llegan, pobrecitos ya podíamos ser un poco más generosos. Los que no se la quieren poner son una panda de chalados . Esos mismos luego se vacunan para ir a África donde exigen tres vacunas».
Un matrimonio difícil
Lola Herrera se casó el 31 de diciembre de 1960 con el actor Daniel Dicenta, padre de sus dos hijos; Natalia, también actriz, y Daniel, fotógrafo. Su matrimonio duró siete años, quizá demasiados, para el tormento en que se convirtió. «El amor fue importante en mi vida mientras duró. Lo raro es que una pareja permanezca siempre junta y sepan ceder y tener paciencia. Normalmente te casas con un desconocido, por mucho que lo conozcas ».
Mira con admiración el matrimonio que formaron sus padres y le parece prácticamente imposible alcanzar ese nivel de complicidad y compromiso a día de hoy. « Me hubiera gustado casarme para toda la vida, unirme a alguien, hacer un viaje con un compañero toda la vida. Pronto me di cuenta de que eso era como imposible, que estaba mejor sola. He disfrutado del amor, me he enloquecido, me he enamorado... Ahora no es que esté cerrada al amor es que no me interesa. Puedo tener una relación de amistad de intercambiar gusto y aficiones».
Reflexiona, además, sobre cómo la percepción del sexo ha cambiado con el paso de las décadas. «En mi generación si una mujer decía: 'yo no he sentido nada haciendo el amor', el hombre le decía: 'eres frígida', lo que es un insulto a tu inteligencia, tú sabías que no lo eras. Eso era terrible, pero ahora eso ocurre menos». Lo fundamental es la comunicación. « No hay que callarse cuando no te gusta el sexo con tu pareja, te lo digo por experiencia, me callé mucho tiempo y al final tuve que explotar y lo tuve que saldar. Había un ingrediente por parte de las mujeres de generosidad para que el hombre se sientese bien».
