Kiko Rivera se confiesa sobre sus excesos: «He despilfarrado millones de euros»

El hijo de Isabel Pantoja relata a Jesús Calleja en Nepal sus excesos con las drogas y el dineral derrochado

Kiko Rivera y Jesús Calleja 'Planeta Calleja'

ABC

La vida de Kiko Rivera es como una montaña rusa y es que el hijo de Isabel Pantoja y el fallecido Paquirri no siempre lo ha tenido fácil. A pesar de haberlo tenido todo en apariencia, son muchas las carencias y excesos en los que ha vivido el Dj. Al menos así lo ha relatado el mismo en su aventura con Jesús Calleja en Nepal.

En el programa 'Planeta Calleja' -que se grabó hace meses pero fue ayer domingo cuando se emitía- el aventurero y presentador español ya advertía nada mas empezar el programa: «Le he prometido una aventura que será física pero también espiritual porque le pienso devolver completamente cambiado a España».

Empezaba la aventura y el hijo de Isabel Pantoja se abría en canal y confesaba como fue su juventud: «Con 16 o 17 años, mi madre me puso a trabajar en una gestoría, pero a mí eso no me iba. De pronto apareció una persona que me daba 2.000 euros por hacer un bolo. Y aquello fue subiendo».

« Empecé a consumir con 17 o 18 años y he llegado a consumir hasta cuatro y cinco gramos al día», aseguraba y añadía «Me lo gastaba todo. He llegado a salir de un bolo sin un duro en el bolsillo. Me lo fundía. Iba con 25 o 30 amigos. Me he fundido alrededor de cuatro millones de euros y sin comprar casas, sin invertir… Era un cabeza loca. Cuando el dinero te llega fácil, te lo gastas fácil. Eso sí, nadie se lo ha pasado mejor que yo », admitía. Fue tal el dinero que ganada y que gastaba que el Dj aseguró que «entre mis dos ruinas habré perdido ocho millones de euros».

En plena guerra con su madre no faltaron los reproches hacia Isabel Pantoja: « Mi madre me ha ayudado bastante poco . La gente piensa que tener el apellido Pantoja ha sido una ventaja y no es cierto». En otro momento de la conversación Kiko afirmaba: «Nunca he dejado de querer a mi madre, pero hay límites. Y cuando se cruza ese límite llega el drama». «Si quieres que hablemos de amor tenemos que hablar de mi abuela, no de mi madre. Esa es la que me abrazaba, me besaba… Para mí ser madre no es solo parir, parir puede parir cualquiera. Ser madre no», zanjaba.

« He sido drogadicto, pero hoy en día estoy muy bien . Aunque sigo teniendo al demonio detrás», afirmaba. Y reconstruía. Fue su mujer, Irene Rosales, la que llamó a su madre para pedir ayuda. «Lo correcto habría sido ingresar en un centro de desintoxicación, pero tenía miedo de que la gente se enterara», contaba. pasó una semana en la casa de su madre en El Rocío: «Estuve una semana con ella y después no volvió a preguntar. Mi madre no quería ver la enfermedad que tenía su hijo», remataba.

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