Josemi Rodriguez-Sieiro - Lo que me apetece
El arte de las esquelas
Hay personas que publican esquelas de sus familiares adjudicándoles tratamientos que no corresponden
![Josemi Rodriguez-Sieiro: El arte de las esquelas](https://s3.abcstatics.com/media/gente/2021/11/06/3-U40190552962136--1248x698@abc.jpg)
En estos tiempos post pandemia, en los que se celebran tantos funerales y se publican tantas esquelas, es curioso observar la redacción de las mismas, llamadas antiguamente también la papeleta. El tamaño de las mismas, como en otras cosas, sí importa. Cuando la esquela es muy pequeña o es demasiado grande suscita diferentes tipos de comentarios y suposiciones. La redacción de las mismas es muy importante, aunque algunas personas no hayan reparado en ello. Empiezo a leer este periódico ABC todos los días por esa sección, para planificar mi semana y saber si debo asistir a un funeral, enviar un tarjetón o escribir un whatsapp.
En las esquelas se leen cosas sorprendentes. Hay personas que publican esquelas de sus familiares adjudicándoles tratamientos y títulos que no corresponden, haciendo un alarde que puede llegar a provocar carcajadas, omitiendo apellidos que se consideran poca cosa e incluyendo una lista interminable de fieles que, en algunos casos, han recopilado a través de generaciones y que ahora se reducen a interinas por horas, a las que no se las nombra.
Hay esquelas que hablan del pasado glorioso del fallecido, con inclusión descriptiva de sus condecoraciones, cargos y empleos. Las hay por duplicado, cuando la familia tiene algún tipo de enfrentamiento y convocan exequias diferentes.
Los ricos de siempre, con pedigrí, suelen redactarlas muy bien, incluyendo nombres y apellidos, evitando apodos y emanando sobriedad. Los nuevos ricos siempre tienen una tía Pepi, soltera, sin capital y sin interés, a la que han desposeído del apellido, porque si no sería doña María Josefa con filiación incluida. A las tías ricas se las tiene siempre mucho cariño, gran respeto y enorme devoción.
En los funerales de los de siempre, la familia guarda un respetuoso luto y los asistentes acztidos con colores oscuros. En los de los otros, en los primeros bancos, siempre hay un exceso de color impropio del momento. Solo una vez no pasé a saludar, porque la viuda estaba vestida de rosa y gris, lo que fue suficiente razón para no expresarle nada. El luto es luto y ese día hay que guardarlo, vestirlo, aparentarlo e interpretarlo.
Cuando se murió mi padre le dije a mi madre que no aburriera a sus amigos con su pena, porque eso aburre mucho y su situación no era para ello. Mi madre me contestó, que ella estaba en la gloria pensando que mi padre estaba en el cielo. Se cerró la cuestión.
Porque hay señoras que se ponen muy pesadas ante la muerte del marido, pero luego pescan un novio, se liberan, siempre con el recuerdo del marido rico y famoso, y cuentan que la nueva adquisición es muy valiente en su vida íntima, no sé si insinuando que hace el salto del tigre con gran habilidad.
Los hombres viudos son otra cosa. En un coctel una señora le dice a otra, «tú que te has casado dos veces, no piensas volver a hacerlo»?. La respuesta fué que cuando se posase un mirlo que mereciera la pena, lo agarraría y no lo dejaría escapar. Se casarán, seguro porque el mirlo se ha posado.
Una historia parecida me pasó hace años. Al salir de la recepción de una boda, una amiga mía me comentó en el coche que todo había sido muy bonito, pero que dentro de muy poco se darían cuenta que habían juntado miserias. Así fué.
============C70 Tit Opi 18 (165614190)============