Jordi Sánchez: «Hay quien piensa que por ser popular tienes el corazón de piedra»

El actor, que protagoniza la serie ‘Señor, dame paciencia’, charla con ABC sobre la familia, el amor y la fama

Jordi Sánchez GTRES

Antonio Albert

Cuando le explicamos a Jordi Sánchez (57 años) que la noticia de su ingreso en la UCI por Covid en febrero del año pasado obtuvo más de un millón de visitas en la web de ABC en apenas unas horas, publicándose miles de comentarios por parte de nuestros lectores, el actor reconoce que le emocionó todo el cariño recibido: «Cuando desperté del coma inducido y leí los mensajes, fue abrumador. Es precioso ver que tanta gente que no conoces, pero que te conocen por tu trabajo, se preocupa por ti». Esa es la parte hermosa de la fama, la que abraza, porque hay otra que a Sánchez le duele, que es la virulencia con la que algunos atacan en las redes sociales: «Hay quien piensa que por ser popular tienes el corazón de piedra, porque no lo entiendo. No quieren argumentar contigo y directamente te insultan. No lo soporto y por eso muchas veces prefiero no opinar de muchas cosas y utilizo las redes para mostrar lo que me gusta, mis proyectos, mis amigos...».

Tiene muchos amigos y compañeros: «Es cierto que esta es una profesión de egos, pero también de inseguridades, de miedos». Otro habitual invitado de su cuenta es su perro, Ramón , que es ya una estrella mediática: «De pequeño siempre quise tener uno, pero mi padre no me dejaba porque le daban mucho miedo las enfermedades. No ha sido hasta los 50 que he podido tener uno, porque gato ya he tenido». Está como loco con él: «Lo estamos todos. Mi hija le abrió una cuenta en Instagram y ya tiene más de mil seguidores».

Con la fama brutal procurada por su personaje en ‘La que se avecina’, Sánchez es la estrella de la serie que estrena próximamente Antena 3, ‘Señor, dame paciencia’, inspirada en la taquillera comedia del mismo título. En ella, con un reparto en el que también figuran Félix Gómez y Norma Ruiz, entre otros, el catalán encarna a Gregorio, otro tipo muy reaccionario, pero con marcadas diferencias con Antonio Recio: «Soy de apoyarme mucho en el guion y eso me ayuda a mostrar los matices. Este hombre es de sufrir mucho por todo, es ultra conservador y es una persona que no sabe estar porque está totalmente desubicado. De pronto se encuentra con cuatro hijos que son su polo opuesto, pierde el trabajo, la casa...». A Jordi, que además de actor es dramaturgo (ganó el MAX por ‘Krámpack’ y tiene una función actualmente de gira, ‘Asesinos todos’, con Carlos Sobera como cabeza de cartel), no le gusta la comedia por la comedia: «No soy de chiste, soy más de contar cosas importantes y que me importan desde el humor. Y lo que me gusta es mostrar personajes que pueden cambiar, evolucionar a mejor. Para eso hay que rodearse de gente que piensa de manera distinta, eso te enriquece. Hay que aceptar la diversidad».

La foto: Jordi y los suyos

De su vida privada no suele hablar, hay algo entre pudor y respeto por los suyos que le lleva a elegir la discreción: bastante tiene ya con la tremenda popularidad que le ha dado su personaje de pescadero («mayorista, no limpio pescado»). Sin embargo, Jordi publicó hace poco una fotografía con su madre en las redes sociales: «Es la primera vez que lo hago». Con esa excusa, le preguntamos por el papel de la familia en su vida: «Cuando tenía 20 años solo pensaba en ser actor, ni me imaginaba casado, con hijos. Ahora, mi familia es el puntal de mi vida. Es donde estoy a gusto, es mi hogar, donde estoy en paz». La suya no entendió en su momento la vocación de un chico que estudió Enfermería, pero lo dejó todo para dedicarse a la interpretación: «Fueron a la catedral de Barcelona a poner una vela para que me suspendieran en la prueba de acceso al Institut del Teatre. Ellos se habían criado en una sociedad en la que se aspiraba a una plaza fija y a tener a los hijos colocados para poder respirar tranquilos... Eso de ser actor les parecía poco serio, una ‘marcianada’. Mi padre me decía: ’Yo no soy feliz trabajando, tu abuelo no fue feliz trabajando y tú no lo vas a ser. La felicidad hay que buscarla fuera del trabajo’. Con el tiempo te das cuenta que lo único que tenían era miedo. Cuando ven que las cosas te van bien, que puedes vivir de esto, y encima eres feliz, se convierten en verdaderos fans».

Sánchez con su madre REDES SOCIALES

Su alma gemela

Adora la familia que ahora ha creado con su mujer, Eli, con quien tiene dos hijos, Violeta y Arnau , a quien le dedicó un espacio íntimo pero público en su segundo libro ‘Nadie es normal’, que recoge perfiles de personajes curiosos, anécdotas de su profesión (alguna surrealista sobre los taxistas, desde el que quiso llevarle de putas al que tuvo un accidente por mirarle desde el retrovisor) y confesiones que merece la pena rescatar: «Hace tanto que estamos en esto, que sin Eli ya la cosa es rara, es pobre, cojea. Y me gusta que esté. Hablo de amor, de amistad, de afecto, de apego, de cercanía, de ausencia, de soledad, de confiarse, de que en una cena la otra parte de la réplica no está y te falta. Eso es lo que tenemos. Ella me aproxima como nadie a la serenidad a la que aspiro, a la ausencia de miedo, de desasosiego, de melancolía. Me hace mejor, me arregla, me arrima a la dicha, me saca de los pozos».

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