Jesulín de Ubrique rompe su silencio en la gala del SICAB
El torero viajó a Sevilla acompañado por seis amigos de absoluta confianza y con los que se fue de caza a Córdoba apenas unas horas después
El XXX aniversario del S alón Internacional del Caballo (SICAB) no pudo tener mejores embajadores a la hora de reunir público y medios de comunicación en la gala de premios que puso el broche final a esta feria sevillana. Por deseo de la actriz y con el agradecimiento de la organización Elsa Pataky ya avisó hace unos meses que quería visitar el SICAB con sus hijos (una pena que no le acompañara su marido 'Thor') tras viajar con su familia a Sevilla para vivir la Feria de Abril y la Semana Santa. No solo le prepararon su estancia, sino que la eligieron como una de las homenajeadas y de ahí que la muy Pataky se convirtiera en el plato fuerte del espectáculo sobre la arena del palacio de Exposiciones vestida de corto y montando un impresionante caballo español junto a otros jinetes. La ovación fue general al igual que la que recibió el torero Jesulín de Ubrique , por su carrera como matador, la periodista Nieves Herrero y la cantante María Jiménez que enloqueció al personal saludando desde el coche de caballos.
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Pataky demostró su destreza como amazona y luego su entrega como madre dado que tras unirse al resto de premiados buscó a sus tres hijos que de encontraban en el palco vip para regresar al hotel donde estaban alojados junto a varios miembros de su familia y sin querer hacer declaraciones ni más posados que los oficiales.
Más locuaz estuvo sin embargo Jesulín que no dudó en sumarse a la cena de gala que se sirvió en la Venta de Antequera, acto donde coincidió con otros invitados como Gloria Camila Ortega , Marta González (hija de su admirado Dámaso González), el torero Miguel Abellán, Paloma Lago, el rey del desguace Luis Miguel Rodríguez, la mujer de Carlos Baute, Astrid Klisans, o el «hombre que susurra a los caballos» Santi Serra, protagonista de otro de los momentos más especiales del espectáculo. Jesulín viajó a Sevilla acompañado por seis amigos de absoluta confianza y con los que se fue de caza a Córdoba apenas unas horas después. Según estuvo contando ahora está volcado en la caza con hurones y es precisamente con esa «cuadrilla» de amigos con los que pasa largas jornadas, además de volcarse en su finca «Ambiciones» donde acude a diario y de sus manos marcadas por el campo. Sonriente y simpático una vez se encuentra cómodo, el diestro me aseguró que su mujer María José no había podido acudir porque estaba trabajando en Zaragoza «y porque a mí se me había olvidado esta cita y menos mal que en el funeral por Mercedes Bohórquez me lo recordaron y pude cambiar todos los planes», comentó. Sobre su vuelta a los ruedos, algo que tenía programado antes de la pandemia, hoy lo ve bastante más lejano y es que «ahora las cosas se han puesto más complicadas y yo tampoco estoy en forma». El torero sabe evitar los temas familiares que generan polémica y de ahí que asegura que la misma templanza que tiene en el ruedo la demuestra en su manera de comportarse, y lo que sí comenta divertido es cómo su hijo de 14 años prefiere el fútbol a los toros «y más después de ponerse delante de una becerra» experiencia que no le dejó con ganas de repetir. Muy respetado en el mundo del toro donde está catalogado como una de las grandes figuras, el diestro comentó que de todos sus trajes de luces sólo conserva 14 ya que el resto los ha donado o regalado a toreros que comenzaban e incluso ha intercambiado traje por mono de piloto con Sete Gibernau . «Tengo el de mi alternativa, el de mi retirada, el amarillo y otros especiales de fechas importantes», relata. En cuanto a la posibilidad de sentarse un día a hablar todo lo que ha callado tantas veces su respuesta sigue siendo la misma. Silencio.