El inesperado nuevo inquilino de la Casa Blanca

El nuevo inquilino de la Casa Blanca se llama Willow . La primera dama, Jill Biden , lo conoció durante en Pennsilvania durante la campaña electoral y sintió un flechazo que no supo, ni pudo, disimular. Ahora, su nuevo amor ha dejado a su familia y recibe las atenciones del ‘staff’ del presidente. Incluso de la prensa, que a pesar de este protagonismo se quedará con las ganas de conseguir una entrevista exclusiva.

Los medios, sin embargo, han recibido el primer posado oficial del invitado presidencial y ojito derecho de la esposa del presidente. Que se sepa, Joe Biden ha aceptado esta situación sin poner ninguna pega. Tranquilos, no hay escándalo a la vuelta de la esquina: Willow es un gato. El portavoz de la primera dama, Michael LaRosa , ha explicado los detalles: «Willow causó una gran impresión en la doctora Biden cuando saltó al escenario durante una parada de campaña. Al ver el fuerte vínculo que se había creado, el propietario de la granja supo de inmediato que Willow debía pertenecerle a ella». Poco después, en una entrevista, Jill Biden reconoció que tenía muchas ganas de adoptar al animal, lo que provocó una oleada viral de seguidores del felino e, incluso, numerosas preguntas a Jen Psaki , portavoz de la Casa Blanca en Washington, en sus semanales ruedas de prensa durante todo el año pasado: «Ese gato va a dominar Twitter», llegó a confesar en una entrevista a través de esa red social. No era broma. The New York Times, CNN, la agencia Reuters… Todos los medios hablan ahora del famoso gato, que ha eclipsado a los dos perros de Joe Biden.

Toda América se ha rendido a Willow, cuya adopción parece interesar más a los norteamericanos que la posible guerra con Rusa por Ucrania. Willow tiene dos años, es gris y luce un moteado blanco que imprime carácter. Tiene vía libre para arañar los muebles del Despacho Oval.