Bad Gyal, una reina con vistas
La cantante se subió a la pasarela para Andrés Sardá
LUNES
Está de regreso Bigote Arrocet, que no sé yo si alguna vez se ha ido. Arrocet y María Teresa Campos se dieron un día portazo , vía comunicado. Y hasta hoy. Ahora, Arrocet asoma en la tele, y da algún apunte de su relación, apunte venial, de momento, pero apunte suficiente para que el show se anime. Es ahora el hombre del momento, y Teresa es la mujer del momento, sólo que cada uno con el momento a su manera. A Bigote lo hizo famoso Teresa, que es la Campos, antes y hoy. Le dio a Arrocet una fama mejor, porque era un cómico de la prehistoria, y yo diría que hasta mejor armario, porque a Bigote le vimos hecho un pincel, rebautizándose Edmundo, que es su nombre añejo de verdad. Teresa encontró a un gracioso del «Un, dos, tres», y nos devolvió un dandi al panorama. El dandi ha vuelto, y falta saber cuánto tiempo mantendrá los modales exquisitos. Teresa se ha aplicado en muchos papeles, pero ella siempre empieza o acaba en el mismo papel, el de la Campos, un cruce de terremoto con faldas y heroína fraterna, para lo que venga. Me contó un día que era fantástico tener un novio. Y precisó. Y lo mejor, con un novio, son los principios. Pues eso. Que es como decir que lo peor son los finales. Pero sin decirlo.
MARTES
Jennifer López y Ben Affleck han sido en estos días un tráiler de besos, zona tórtolos internacionales. Un tostón de cursilería.
MIÉRCOLES
Cumple la Reina Letizia 49 años . La prensa se ha apuntado al cumpleaños con un recopilatorio de deslices o de aciertos, según el medio, y la mala leche. A uno le gusta más Letizia que sus detractores. Casi por eso me suelen entrar prisas en defenderla. Eso, y, joder, que tampoco se equivoca tanto. Los detractores, tan banales, la suelen hacer mejor de lo que es, una mujer que cumple, y se aplica. Lo que pasa con Letizia es que es un tema chollo, para el cronismo más o menos canallita, como es un tema chollo Isabel Pantoja, o Rociíto. A Doña Letizia es que la critican haga lo que haga. Siempre se equivoca de zapatos, aunque ese día no lleve zapatos.
JUEVES
Andrés Sardá fue el artesano mágico que ha devuelto toda la corsetería de la imaginación a la mujer . A la mujer y también al hombre, porque estas cosas están para verse, como el Museo del Prado, o un crepúsculo. Ahora, lo suyo lo guía su hija, Nuria Sardá, y en Madrid la firma ha dado prólogo a la MBFWM, que los peatones conocemos como Pasarela Cibeles. De musa ha venido a Bad Gyal, la reina del dancehall, que es un tormento de convulsa belleza . Ha sido la reina con vistas del show, una reina con vistas a ella misma. Si uno se fija, Sardá, más que desnudar a la mujer, la viste, y yo diría que hasta las viste más que otros, porque hay otros que les ponen mucha chaqueta o mucha túnica a las chavalas, pero las echan a la calle en bolas, o casi. Hace falta mucha imaginación, para el sexo, para la intimidad del sexo, y estos trapos sagrados de Sardá vienen a echarnos una mano a todos. Decía el inolvidable Umbral que la braga es una mariposa de lencería sexual que siempre va a pararse en el mismo sitio». La greguería, que es iluminación, serviría para atrio o pie de foto de las colecciones de Sardá, que acaba de promover, aquí en Madrid, los estampados orientales y los cristales minutísimos. Ante los desfiles de las maravillas de Sardá, me suelo quedar en mirón hechizado. Sospecho que no tengo futuro como cronista modista, o modistilla. Digamos que no pasa uno de quedarse entre Quevedo, que tuvo a todas la mujeres por tarea, y Coco Chanel, que arriesgó que la elegancia es el esqueleto. Si vienen a preguntarme qué es lo que se llevará la temporada que viene, me demoro, casi pienso, y contesto casi seguro:
-El ombligo. Lo que se va a llevar es el ombligo.
Con lo de Sardá, encima, tenemos la ventaja de que no diferenciamos la colección Primavera/Verano de la colección Otoño/Invierno, porque aquí no hay más temporada que la apoteosis de los cuerpos eminentísimos, que son el agosto de la vida. Empezando o acabando por Bad Gyal. Escribió Jorge Luis Borges que en el mundo la verdad y la belleza pueden ser frecuentes. Llevaba razón. Lo podía haber escrito a pie de pasarela de Sardá. La firma indaga mucho en sus piezas, pero no olvida el cuerpo de la mujer, que es algo que nunca pasa de moda.
VIERNES
Sí se jubila del teatro Concha Velasco . Pero del teatro con gira. Hará «cositas puntuales», que dicen sus hijos. Por cierto, muy cerca de ellos, en Madrid, se muda enseguida Concha.
