Así fueron las últimas semanas de Manolo Santana junto a su mujer: «Claudia es una mujer maravillosa»

El tenista, que no descartaba hacer un reportaje que siriviera como broche final a su trayectoria profesional, ha fallecido a los 83 años

Manolo Santana y Claudia Rodriguez en una fotografía de archivo EP
Saúl Ortiz

Saúl Ortiz

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La muerte de Manolo Santana ha sumido en una profunda tristeza al mundo deportivo. Considerado uno de los mejores tenistas de la historia española, fallecía a los 83 años en Marbella . Una noticia que sorprendía a sus más allegados puesto que si bien era vox populi que había sufrido un empeoramiento, nadie esperaba un final tan repentino. Tal y como ha podido saber ABC, Manolo falleció en su casa, será trasladado al tanatorio y mañana a la Alcaldía de Marbella.

Fue hace unas semanas cuando ABC pudo entablar conversación con Claudia Rodríguez , la última esposa del deportista. En la larga charla, la empresaria recordaba que, a pesar de los evidentes problemas de movilidad, su marido permencía al tanto de todo lo relacionado con sus empresas y que era él quien, en última instancia, tomaba las últimas decisiones: «Yo hago mucho por la empresa, pero él está aquí, y sabe perfectamente todo lo que se hace o se deja de hacer, por favor».

Manolo no tenía ánimos de hacer entrevistas, pero tampoco descartaba la posibilidad de poder realizar un reportaje que sirviera como broche final a una trayectoria deportiva repleta de éxitos y tributos. Tanto es así que, según ha podido saber este periódico, a finales del mes de octubre tenía pensado someterse a una sesión fotográfica para un dominical: «Él decide todo, lo que quiere y lo que no quiere hacer, con quien quiere y con quien no quiere hablar», me repetía Claudia .

Manolo estaba bien cuidado. Se levantaba a media mañana y solía pedir que le trasladaran hasta la escuela de tenis que lleva su nombre. Allí, mientras Claudia hacía gestiones, resolvía papeleo y organizaba agendas, él se distraía leyendo la prensa, tomándose un refrigerio y observando el milagro de la vida. Se quedaba obnubilado viendo el horizonte y pensando en todo aquello que le quedaba por hacer: «Es un hombre feliz», me repetía su amable mujer mientras se dirigía a él en tono cariñoso: «¿Quieres que te traigan algo de beber? Mirale, que guapo que está». «No, no, estoy bien así», contestaba él, devolviéndole el mismo amor.

«Es una mujer maravillosa»

Claudia y Manolo hacían un buen tandem. Él confiaba en ella todos sus secretos. Es cierto que ejercía de filtro, que en los últimos tiempos evitaba que se pudiera tener acceso directo a él, esquivaba mensajes y llamadas telefónicas en busca de un morbo innecesario: «Todas las peticiones que llegan, se las consulto y él decide». Así fue como Santana intervino, hace ya algun tiempo, en 'La Mañana' de Televisión Española, tal vez una de sus últimas participaciones en televisión.

Estaba harto de que a su mujer se le señalara con el dedo acusador: «Es una mujer maravillosa, que me cuida y me quiere» me dijo la última vez que pude hablar con él. En ese sentido, fue él quien le aconsejó que se dejara de aclarar ante ciertos medios las falacias que sobre ella se contaban: «Él me dice siempre, en todo momento, que es mejor callar. Lo que pasa es que alguna vez, evidentemente, me pongo nerviosa». Quería evitarle un sufrimiento que, en ocasiones, fue insostenible. El amor entre ellos era incuestionable.

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