Carlota Casiraghi inventa el posado de culta
La musa de Chanel habla de emociones en tribunas académicas, y entre una cosa y otra cosa saca tiempo para casarse o descasarse
Lunes
Carlota Casiraghi ha inventado el posado de culta. Es musa de fichaje de Chanel, y se ha hecho un reportaje de criatura irresistible, con Mónaco de fondo, pero contando que durante un año promoverá encuentros literarios. De modo que se puede posar de culta, pero asomando en la foto el muslo aristócrata de violín sexual. Parece que estamos haciendo coña de ironía, pero no. Hace no mucho, estuvo en el ‘Hay Festival’, en Segovia, un foro intelectual de alta vitola donde intervino como filósofa. La noticia pasó clamorosamente desapercibida. Carlota es Carlota, pero además ha publicado un libro titulado ‘Archipiélago de pasiones’. La musa de Chanel habla de emociones en tribunas académicas, y entre una cosa y otra cosa saca tiempo para casarse o descasarse. Ha sido una monada de anuncio, y después no quiere ser un anuncio de monada, porque las famosísimas suelen resultar enseguida una propaganda de sí mismas. Y eso a Carlota como que ya no le va. Ha sido lo contrario a una famosa de trimestre, y una celebridad intermitente que ha pasado de ninfa a mamá sin que apenas nos diéramos cuenta. No ha sido criatura de frecuentar mucho los salones de foto, aunque sí asoma a ratos con la cara fresca de no haber tenido una preocupación en un semestre. Las noticias, en ella, nacen y mueren sin apenas prosa. Es siempre Carlota un enigma, pero un enigma más bien aburrido. O sea, un tostón de enigma. Con la de sustos de alegría que nos dio su madre, tan discotequera, o su tía, tan circense.
Martes
Kiko Rivera nos persigue. Ahora se anuncia que participará en un inminente concurso de isla. No se acredita que, después del show, se quede allí para una larga temporada.
Miércoles
María José Campanario y Belén Esteban se odian como si se quisieran. Comparten un hombre, Jesús Janeiro , pero una de consorte, y la otra de desaparecida. Campanario le ha escrito una carta cruda a Esteban, donde lo más decorativo es la palabra «lerda». Yo pensé, en algún día de la antigüedad, que Currupipi, aquel animal de ‘Ambiciones’, era la propia Esteban, pero ya compruebo que ‘Currupipi’, es un espíritu de tigre que las abarca a las dos, Campanario y Esteban, que son la gran pareja de este triángulo de dos. Esta última le escribe de remate a Belén un arrebato de lirismo de merendero: «Espero que te quede clarinete».
Jueves
A Sara Carbonero ya le puso pie de foto un poeta, sin conocerla: «No dudarás de su mágica hermosura, pero sí de su existencia».
Viernes
Julio José , al casarse allá en el 2012, nos presentó consorte, Charisse Verhaert , y añadió al momento una foto postmatrimonial de Isabel Preysler y Julio Iglesias , que coincidieron en el convite, tras muchos años de lejanías. No sé cual fue, entonces, novedad de mayor trueno, si el adiós a la soltería de Julio José, o el regreso al mismo encuadre de flashazo de Julio e Isabel. Ahora, Julio José se separa, según nos cuenta, aquí en ABC, una primicia de Aurelio Manzano . Y ya me sospecho yo que este divorcio igual dura más que el matrimonio, que se ha sostenido ocho años, Miami mediante, que es donde residían los otrora tórtolos. Quiero decir que la cosa va por lo contencioso. Julio José ya se arrima a los cincuenta palos, pero parece que siempre está empezando. Está ahí, disperso de oficios, y esa es su gracia, o desgracia, según. Va y viene de Madrid a Miami, y entre un sitio y el otro va dejando reportajes, anuncios, simpatías. Se rebautizó Julio Iglesias junior, porque lo de Julio José es un jaleo, y todo el mundo le tropieza las jotas, y porque lo otro vende más. Siempre habla de meterse en el estudio a grabar un disco, que es el tercero o cuarto, pero que en rigor es el primero, porque de los primeros propiamente dichos nos enteramos poco, o nada. Se nota que está en forma, o sea, que tiene tiempo. Charisse Verhaert sale de dorada figuración en alguno de los reportajes que él perpetraba a cada rato. Yo un día le pedí que me recitara, del tirón, el nombre de todos sus hermanos incalculables, y lo hizo con alegre naturalidad, el tío. Se ríe por todo, que es como decir que se ríe por nada. Fue modelo de algunas marcas de la moda joven, y la verdad es que en la distancia corta acaba pudiendo su buen ánimo de chaval que vive en un largo verano interior, y acaso en el verano propiamente dicho, porque estos jóvenes pudientes enseguida se van a Miami a tostarse los ánimos en la playa privada de casa. Yo no sé muy bien cual es su empleo primero. Y acaso él tampoco. Y ni falta que le hace. El divorcio igual es para toda la vida.