Camilo Blanes, el heredero que ha tirado su carrera musical por la borda
Dejó pasar la posibilidad de actuar en Viña del Mar, hacer una serie sobre la vida de su padre y producir un musical con proyección internacional
Camilo Blanes , el hijo de Camilo Sesto , atraviesa sus días más convulsos. Hospitalizado en el Puerta de Hierro de Madrid, el cantante está aquejado de una afección pulmonar que le llevó a ingresar de urgencia a última hora de la tarde del pasado miércoles, coincidiendo con su 38 cumpleaños. Aunque la revista 'Semana' anunció que su hospitalización ocurrió después de tres dias de fiesta, fuentes familiares no tardaron en aclarar que Camilo necesitó acudir al centro médico porque, debido a su estado delicado, sufrió complicaciones tras sufrir un accidente y caer de su bicicleta: «Estaba lloviendo, se mojó mucho, cogió frío y a los días empezó a encontrarse mal. Él no sabía que lo que tenía era tan grave y cuando quiso darse cuenta ya era tarde. Lleva más de un mes alejado de la toxicidad», dicen a ABC personas de su entorno más próximo.
Su declive ha sido progresivo. Hace unas semanas, el treintañero hacía un directo en Instagram en unas condiciones lamentables. Con un vaso de whisky en la mano, Camilo mascullaba palabras apocalípticas y divagaba sobre la vida. No estaba solo. María, su novia desde hace años, intentaba impedir que hiciera un room tour para enseñar los rincones desconocidos de la casa de Torrelodones en la que ambos viven desde el fallecimiento del intérprete de «Perdóname»: «Porfavor, Camilo, para ya», le pedía de forma infructuosa al tiempo en que recibía manotazos y graves insultos.
Aquella conexión virtual fue un punto de inflexión. ABC pudo saber que su madre, Lourdes Ornelas, se personó 'ipso facto' en la casa tras el aviso certero de uno de los espectadores. La mexicana se quedó perpleja al descubrir que su hijo se hacía llamar «el elegido» y que confesaba que su objetivo era «salvar» a la humanidad de las garras del mal. Su discurso, incoherente y peligroso, fue la antesala de otras graves crisis que también compartió en el cibermundo, pero que por fortuna no llegaron a tener el funesto final que se preveía.
Intento de incapacitación
Preocupada por el devenir de los acontecimientos, Lourdes quiso incapacitar a su hijo. Consultó con la abogada Teresa Bueyes los pasos que debía seguir para que Camilín estuviera tutelado y no dilapidara los ocho millones de euros que heredó. Sin embargo, Ornelas desistió al ser consciente de la dificultad de sus pretensiones y decidió proteger a su hijo estando más cerca. Se desvivió por separarle de las compañías con las que transitaba por el infierno y acudió a la casa todas las veces en la que fue consciente de que, con su comportamiento compulsivo, el joven seducía a la muerte: «Mi hijo está enfermo y necesita ayuda», dijo en 2019 después de ser visto deambular por el centro de Madrid.
Unos problemas a los que Lourdes puso nombre solo un año antes durante una entrevista en la revista 'Diez Minutos'. Por aquel entonces aseguró que su hijo tenía adicción al alcohol y que sus malos hábitos eran consecuencia directa de una infancia marcada por la personalidad excéntrica de Camilo Sesto: «Mi hijo ha visto muchas cosas. Ha visto a Camilo vestido de mujer, parado en mi habitación…. No te puedo contar detalles (…) Camilo empezó a tener hábitos poco saludables y su carrera se empezó venir abajo».
Los proyectos que no quiso
El fallecimiento de su padre fue otra muesca más en su revólver. Camilo se mostró sobrepasado y acudió a terapia. ABC ha podido confirmar que el contacto con los profesionales fue inconstante, breve y conflictivo. Una conducta que también repitió en el plano profesional cuando decidió incumplir acuerdos que no solo podrían haberle hecho ganar ingentes cantidades de dinero, sino consagrarse en la industria musical. Se rodeó de los mejores: «Tuvo muchas propuestas y cuando llegaba el día de firmarlas, nunca se presentaba», dice el prestigioso representante José Muro en conversación con este diario.
Camilín pudo haber relanzado su carrera artística , pero nadie pudo convencerle a tiempo. Dejó pasar la posibilidad de actuar en Viña del Mar, hacer una serie sobre la vida de su padre y producir un musical con proyección internacional. Se abandonó por completo y no solo rompió relaciones con Muro sino también con Eduardo Guervós, representante de Sesto, a quien llegó a acusar de haberle robado joyas y un ordenador portátil: «No sé nada de él ni de su madre», dice cuando le preguntamos.