Los bulos sobre el sexo de Brigitte Macron
La primera dama francesa denunciará a aquellos que aseguran que antes fue un hombre y se llamaba Jean-Michel
Brigitte Macron, Brigitte Trogneux, de soltera, ha decidido presentar una denuncia contra un bulo que ha tenido un ‘éxito’ inesperado y espectacular, afirmando que «en realidad», la esposa del presidente de la República sería un hombre, Jean-Michel Trogneux. El presidente y su esposa comenzaron por guardar un silencio sepulcral ante la propagación del bulo. «Una mentira tan grosera no merece respuesta», comentó una fuente del Elíseo. Paradójicamente, el bulo siguió creciendo a través de las redes sociales para convertirse en una tendencia inquietante, cuando Francia se ha convertido en un terreno propicio para la difusión, propagación y discusión de bulos entre peregrinos y alarmantes.
Emmanuel Macron (44 años) y Brigitte Trogneux (68 años) se conocieron cuando él era estudiante de Bachillerato y ella profesora de Filosofía en un instituto de Amiens, casada y madre de tres hijos, Sébastien (46 años), Laurence (44 años) y Tiphaine (37 años). Lo suyo fue una pasión vertiginosa y perdurable. La diferencia de edad entre el jefe del Estado francés y su esposa suscitó numerosos bulos de gusto muy diverso, desde que Macron comenzó su carrera política.
Los mejores y más firmes defensores de la pareja fueron los hijos de la esposa del presidente. Tiphaine Auzière, la más jóven de los hijos de Brigitte Macron, ha repetido en muchas ocasiones su simpatía y respeto por el segundo esposo de su madre: «Emmanuel es un hombre muy seductor y simpático, con mucho sentido del humor. Forman una pareja que da envidia. Cómplices en todo momento, apoyándose en todo momento». Laurence Auzière, que tiene la misma edad que el presidente, comparte la opinión de su hermana: «Formamos una familia muy unida. Y las reuniones familiares son siempre muy calurosas, en la casa de todos en una playa del norte, Le Touquet».
Desde un ángulo menos familiar, el vespertino ‘Le Monde’, de izquierda independiente, comenta en su portada: «La primera dama de Francia es el blanco de bulos que inquietan al mundo político y mediático, temiendo que las elecciones presidenciales sean víctimas, como las últimas elecciones norteamericanas, de bulos y teorías de complot y conspiraciones éticas, políticas y apocalípticas.
