Arnaud Valère, empresario del ocio: «La gente tiene ganas de fiesta y de gastar dinero, es el mejor verano»
El hijo de la reina de la noche marbellí, Olivia Valère, está al frente del lujoso club Naô Pool
Cuando uno se sienta a la mesa con Arnaud Valère entiende el verdadero significado de la palabra anfitrión . Acabamos de conocernos y ya ha descorchado la primera botella de vino rosado kosher y pedido una bandeja de sushi. Él no prueba bocado, solo está pendiente de que sus invitados disfruten. Ha tenido a la mejor maestra en casa, su madre Olivia Valère, la reina de la noche marbellí, con la que lleva trabajando desde 1997 cuando abrieron la emblemática discoteca Olivia Valére. «Mi madre me enseñó cómo hacer sentir bien a los demás», confiesa.
Arnaud nos recibe en Naô, el único pool club de Marbella, un exclusivo oasis en pleno Puerto Banús , donde se relaja la alta sociedad, entre plantas y árboles exuberantes, con vistas a la montaña La Concha. Lleva seis veranos al frente de este negocio, al que siente como un hijo más, porque desde que lo abrió en 2016, no ha faltado ni un día para comprobar que todo está a su gusto. «Me defino como un empresario del ocio. Yo vengo todos los días al trabajo, me gusta atender a la gente y estar pendiente de todo. El local abre siete horas al día».
Es domingo y las camas balinesas están todas reservadas, tampoco hay mesas libres para almorzar. Las botellas de champán y las cachimbas salen de la barra a buen ritmo. ¿ Y la pandemia? « Después de seis años que llevamos abiertos, este verano está siendo el mejor. La gente tiene ganas de fiesta y de gastar dinero. La temporada está siendo espectacular, mucho mejor que los años de antes del Covid. La noche no está abierta del todo, las discotecas cierran a las 2 y por eso la fiesta se hace de día, la gente se anima antes y hay más horas de trabajo para nosotros», relata.
Entre los clientes, prima sobre todo el extranjero; ingleses, franceses, noruegos y árabes. Todos vienen en busca de diversión exclusiva. «El lujo es poder permitirse hacer lo que uno quiere. Marbella ha evolucionado como otros sitios y muchas veces la gente que te encuentras aquí es luego la que viaja también a Ibiza , es un público selecto». Las camas balinesas se alquilan desde 150 euros, dependiendo de la ubicación. Cuanto más cercanas a la piscina o al Dj más caras. El dejarse ver se paga. Muy reservado, Arnaud prefiere no desvelar cuánto ha sido lo máximo que se ha gastado un cliente.
A lo largo de su carrera, ha tratado con muchos famosos. «La mayoría son humildes y accesibles a la vez. La persona más extraordinaria que he conocido ha sido Prince. También conecté mucho con Zinedine Zidane, Mick Jagger o Naomi Campbell. Conocí a Mick Jagger en un concierto y luego me dijo que vendría a mi discoteca y al día siguiente, a las once se presentó en la puerta».
Su faceta al frente de Nâo no ha estado exenta de adversidades. El año pasado, un día antes de la inauguración, le prendieron fuego al club. «Fue criminal, nunca hemos encontrado a los responsables, fue un incendio provocado. Se lo agradezco a los autores, porque nos dio publicidad», bromea.
Su familia
En Nâo Pool trabaja como directora su mujer, Ruth. Se conocieron hace 21 años en una discoteca de Marbella. Ella es enfermera, pero se retiró para cuidar de los cuatro hijos –de 6 a 18 años, todos varones–, que han tenido. «Me gustaría que al menos uno de ellos siguiera mis pasos para cuidar el negocio. Además queremos expandirnos y abrir un hotel en este misma finca y en septiembre ya empezamos con los planos», cuenta orgulloso. Conciliar familia y trabajo no es especialmente difícil para ellos. «Es un trabajo de temporada, en octubre me retiro hasta mayo del siguiente año».
La gran sorpresa de Naô es su oferta gastronómica, firmada por el chef Ezequiel Castro. Una variada de carta de altísima calidad, donde sobresalen el sushi, la cecina de wagyu o la costilla de angus a baja temperatura. En cuanto a los postres, conquista su interpretación del baklava. El Dj anima a quemar las calorías a golpe de reguetón.