Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana siguen casados y enfrentados

La tenista recurrió la sentencia de divorcio y aún no se ha resuelto

Arantxa Sánchez Vicario
Saúl Ortiz

Saúl Ortiz

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Han pasado algo más de tres años desde que Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana anunciaron el final de su matrimonio. Aunque parecían una pareja afianzada, pronto empezaron a hacerse públicos las diferencias insalvables que acabaron por impedir cualquier entendimiento. Acusaciones, denuncias cruzadas y mucho ruido mediático. Arantxa le señaló como responsable de su ruina económica y Josep se defendió tildándola de histriónica y de no decir la verdad.

Desde entonces, poco o nada ha cambiado entre ellos. ABC ha podido saber que, en la actualidad, Arantxa y Josep siguen legalmente casados. A pesar de que en marzo de 2019 el juzgado número 2 de Esplugues de Llobregat dictó sentencia de divorcio, el recurso presentado por Sanchez Vicario ante la Audiencia Provincial de Barcelona todavía no se ha resuelto.

La tenista, que intentó hasta el último momento que su separación se dirimiera en los tribunales americanos, espera que el fallo anule la sentencia anterior y que con ella se pueda permitir la reapertura del caso en Miami, donde se ha visto obligada a cambiar de abogados tras la muerte de su letrado Kutner , al que habría llegado a pagar más de 800.000 euros en minutas. Así las cosas, el conflicto sigue más vigente que nunca.

Fuentes cercanas al catalán, que mantiene a la prestigiosa abogada Isabel Winkels como representante legal en España, confirman a este periódico que, en la actualidad, el todavía matrimonio está enfrentado por los asuntos económicos derivados de la manutención y educación de los hijos que tienen en común. Si bien es cierto que en 2019 se dictaminó que Arantxa debía ingresar a su ex cerca de 650 euros mensuales en concepto de manutención, ninguna de las dos partes parece estar de acuerdo.

A este respecto, uno y otra han presentado, en los últimos meses, las pertinentes alegaciones en un procedimiento que permanece abierto y cuya única misión es garantizar que los menores mantengan el mismo nivel de vida del que disfrutaron mientras sus padres estaban juntos. Aunque lo han intentado, lo cierto es que ni Josep ni Arantxa han podido dejarles al margen de un enfrentamiento que no ha menguado ni siquiera después de que la Corte de Miami, donde sí se resuelve este asunto, les haya concedido algo parecido a la custodia compartida: «Este caso se juzga allí porque es una cuestión de competencia internacional. Se pidieron medidas sobre los niños antes de que se presentara la demanda de divorcio», explica una de las voces autorizadas en el caso.

En este sentido, ABC ha podido saber que ambos progenitores ya han aportado la información económica sobre ingresos y gastos solicitada por la máxima instancia judicial y que posiblemente será en el mes de abril del año corriente cuando se pueda avanzar en el caso y resolver una guerra económica que podría complicarse con el banco de Luxemburgo acechándolos. Nadie entiende que Arantxa no haya aceptado ninguna de las propuestas de Josep que ha intentado reiteradamente templar los ánimos por el bien de todos.

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