Antonio Carmona: «La que se lleva las medallas en mi casa es mi mujer, trabaja como una bestia»

El líder de Ketama se muestra exultante al volver a los escenarios tras un año y medio de parón

Antonio Carmona, embajador de Citroen ABC
Ana Mellado

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Sentarse a la mesa con Antonio Carmona supone un buen rato de risas aseguradas , sucesión de anécdotas y espontaneidad a raudales. La cita es en la terraza de Picalagartos de Gran Vía, a la que acude acompañado de su hija mayor Marina, los dos embajadores del SUV Citroën C5 Aircross Hybrid. El granadino relata con la misma gracia cómo en la mili su superior le mandó subirse a un poste pensando que era electricista cuando en realidad en su ficha ponía «percusionista» o su encuentro con Gwyneth Paltrow en Casa Lucio, que acabó por abrirle las puertas del Madison Square Garden.

Antonio acaba de arrancar una gira que se extenderá hasta octubre y en la que también participa Marina. Aún se siente emocionado por su vuelta a los escenarios: «El pasado sábado tocamos en los Baños Árabes, en Jaén, con nueve músicos en el escenario. La ilusión que teníamos por montarnos en el escenario por primera vez después de más de un año sin hacer nada con la pandemia. Poder salir a un escenario y tener el calor del público para mí es lo máximo y es lo que necesitaba después de un año y medio. He tenido demasiado tiempo en el estudio, pero el contacto del público era fundamental» , explica el artista. También afronta con ganas su próxima actuación en Starlite el 4 de agosto, donde cantará con Rosario y Lolita Flores.

El líder de Ketama echa la vista atrás y reflexiona sobre cómo el flamenco ha evolucionado durante los últimos años llegándose a fusionar incluso con reguetón. «Los Ketama fuimos de los primeros en empezar a meter baterías y guitarras eléctricas, el flamenco hasta entonces venía de los tablaos. Nosotros creamos unos sonidos nuevos, al principio recibíamos críticas malísimas, pero abrimos un campo en el que la gente empezó a escuchar otro tipo de flamenco». Por supuesto, para mantener las esencias hay que conocer bien el género. Y cita como ejemplo a un artista que recientemente ha copado titulares por su estrecha amistad con Sara Carbonero. «Si uno hace una evolución del flamenco es porque sabe tocar una soleá, una seguidilla o una malagueña. Ahora hay mucha gente buena como Kiki Morente, un cantaor buenísimo que sabe guardar las esencias del flamenco» .

A nivel personal, Antonio se deshace en elogios hacia su mujer Mariola Orellana con la que lleva casado 28 años. Fruto de su amor nacieron sus dos hijas Marina y Lucía Fernanda, quienes han seguido los pasos de su padre en la música. «La que se lleva las medallas en mi casa es mi mujer, trabaja como una bestia y lo hace con cariño y devoción . Ella llevó a muchas artistas y ahora se quedó con Rosario».

Por su parte, Marina, que el pasado domingo llegó a España procedente de México, donde ha conocido a «unos músicos y productores increíbles» , también reactivó su actividad musical: «He tenido la suerte de colaborar con C Tangana en los Premios MTV, junto a mi hermana Lucía, y hace un mes Vanesa Martín me invitó a cantar al WiZink Center de Madrid e hicimos una fusión super bonita de ‘La quiero a morir’, de Manzanita. He tenido la suerte de cantar en sitios increibles como el Teatro Colón en Buenos Aires y en el Teatro Real, pero cantar en el WiZink Center era un sueño», celebra. No obstante, en este momento se encuentra centrada en la grabación de su disco para poder sacar a la luz algo de material el próximo septiembre: «El broche final será mi disco. Estoy fusionando la chanson française», explica.

Antonio Carmona, con su hija Marina ABC

Según Marina, «cuando decidí ir a Miami a estudiar la carrera de música y me subí a un escenario es cuando me di cuenta de que quería dedicarme a esto ». Sin embargo, su afición por la música no es algo reciente, sino que le ha acompañado toda la vida.

Así, un viaje en coche con la familia Carmona puede convertirse en toda una sesión de trabajo e investigación musical. Según Antonio, «un coche es fundamental para nosotros, para nuestra profesión, porque pasamos tanto tiempo allí que te permite escuchar las maquetas, otra música, te empapas de otras culturas musicales… Hasta nos da por componer en los atascos», bromea.

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