Adriana Abascal, una vida de novela marcada por el amor y la magia
La corresponsal de ABC en Los Ángeles presenta su última novela inspirada en la vida de la empresaria y filántropa
El nombre de Adriana Abascal ha llenado páginas de la crónica rosa internacional. Natural de Veracruz (México), con tan solo 18 años fue coronada la mujer más guapa de su país y quedo en quinta posición en el certamen de Miss Universo. Unos títulos que le sirvieron para conquistar el mundo de la moda y la televisión. Pero si por algo ha estado marcada su vida es por el amor y la magia. Esta última faceta es la que nos descubre nuestra compañera, María Estévez, corresponsal de ABC en Los Ángeles en su último libro ‘Los deseos no son solo palabras’ (Rocaeditorial) que salió a la venta este jueves.
«A Adriana, la conocí hace más de veinte años en Los Ángeles, cuando la entrevisté para ‘Vogue’. Poco a poco nos fuimos haciendo amigas. Tenemos hijas de la misma edad», explica Estévez. De hecho, fue la mexicana la encargada de presentar su anterior libro ‘Tu maldita voz en mi memoria’ en Los Ángeles y allí surgió la idea de este «Ella me habló de sus orígenes en México junto a una niñera que hacía brujería. Me fascinó y me sorprendió su interés por el mundo esotérico, sinceramente, me pareció muy curioso. Con ella me fui de aventura por varias botánicas del este de Los Ángeles y descubrí varios hechiceros y echadoras de cartas. Una experiencia increíble y divertidísima», confiesa.
Abascal dice de sí misma que se siente bruja porque nació el 31 de octubre, víspera de Todos los Santos y además que tal y como refleja el libro creció junto a una que le descubrió ese mundo oculto. A día de hoy le gusta poner flores blancas por la casa para la buena vibra . Y siempre están a su alrededor los elementos; agua, plumas y velas. Hace unos años ya intentó compartir algunos de esos trucos a través de un blog de YouTube que aún hoy se puede ver y descubrir que no es una aficionada sino que sabe de lo que habla. «Tiene un gran conocimiento del ocultismo, de las cartas del tarot, de hechizos, embrujos, especies, conjuros y sortilegios (para todo tipo de males) es parte de su estilo de vida y algo que me dejó perpleja cuando me lo explicó la primera vez», explica la autora que se ha inspirado en la vida de Adriana, a la que ella en la ficción ha bautizado como Julia Terán y cuya biografía arranca con 40 años, un momento importante y un número mágico en la vida de cualquier mujer.
Reinventarse
«Este libro se inspira en su vida, pero no es su biografía. El personaje son muchas mujeres que he conocido. Es un libro sobre el desarraigo, sobre abandonar la ciudad donde has crecido y reinventarte. Una vez que dejas tu ciudad, tu país; te conviertes en un individuo extraño. Eres de ningún lugar y ciudadano del mundo. Hablas con acento, pero piensas sin acento. Te obligas a aprender los senderos de una burocracia desconocida, a celebrar fiestas que no tienen que ver contigo, y terminas, invariablemente, haciendo amigos en grupos donde compartes esa falta de raíces. No es Adriana, es Julia Terán , pero ambas son símbolos de las mujeres que se reinventan lejos de su primer hogar», aclara la autora, aunque es difícil no encontrar coincidencias entre ellas. Nacidas ambas en familias acomododadas de México, la severidad del padre las distancia de ellos y es la madre quien ejerce de protectora, aunque es la relación de la cuidadora, la que les marcará de por vida.
No tarda en entrar en escena el amor, en este caso Lucho, el primer marido de Julia. Mecenas y Pigmalión, el hombre que más amará en toda su vida sin que la diferencia de edad o los problemas con sus familias les puedan separar. Ella se lo deberá todo a él. La hace más culta y más entregada al arte. Es difícil no visualizar en él a Emilio Azcárraga , presidente de Televisa, 40 años menor que Adriana, la mujer con la que vivió los últimos siete años de su vida, aunque no llegaron a casarse. Su romance paso a bordo del Eco, allí murió él de cáncer, en 1997, en brazos de ella. Que por cierto, heredó la embarcación que vendió a Larry Ellison, dueño de Oracle, por 57 millones de euros. «Está inspirado en ese amor, en esas relaciones que nos marcan en la vida porque nos educan. Los amores que vivimos a los 18 años son siempre significativos», explica Estévez que no se ha querido adentrar en temas de herencia. Abascal heredó el 16,6% de las acciones de Televisa y acabó demandando a la empresa y sus herederos en los 90.
Hombres poderosos
Julia Terán, al igual que Adriana, se casó dos veces más. Una con el Hombre de Metal y el último Bastián. El primero un ejecutivo español que deja Madrid y su familia para irse con ella. Calculador y manipulador, tendrá, incluso una amante ante los propios ojos de Julia. Divorciarse de él será el principio de su liberación y también de un calvario con sus hijas que deberá remontar. Podría ser Juan Villalonga, ex presidente de Telefónica, con el que estuvo casada del 2000 al 2009 y fruto de cuya unión nacieron los tres únicos hijos que ha tenido Abascal, de 51 años. La autora esquiva coincidencias «Adriana es muy valiente, por eso es fuente de inspiración para el personaje de esta obra. De su vida personal es ella quien tiene que hablar», aclara. Y luego aparece Bastian, su tercer marido. Un francés guapo, seductor con el que pasará nueve años de su vida y que tras el divorcio seguirán siendo amigos. Con él Julia recupera las ganas de vivir en pareja, de seguir confiando en un hombre. Y en la vida de Adriana Abascal podría ser su segundo matrimonio fallido, el del empresario francés Emmanuel Schreder. Una ruptura que se conocía el pasado mes de febrero. Quedan para el recuerdo las imágenes que publicó la revista ‘¡Hola!’ de la ídilica bodaque celebraron en Ibiza «Por fin me caso por amor», dijó ella misma.
Hay quienes se atreven a decir que a la mexicana los matrimonios le han servido para hacerse rica y que a pesar de haber estado en lo más alto su estela como socialité ha ido perdiendo fuerza. «Adriana es una mujer empresaria que, al fin y al cabo, se ha hecho a sí misma. Habla cinco idiomas, es divertida, inteligente, ha creado su empresa Skorpios y, además, hombres poderosos se han enamorado de ella. Creo que es al revés, son los hombres los que siempre necesitan mujeres fuertes e inteligentes a su lado. Por eso mi libro es sobre Julia Terán, una mujer capaz de reinventarse sin dejar de ser ella misma», dice Estévez.
La zapatera de ‘Emily in París’
En la actualidad la mexicana vive en París en un impresionante piso en la Avenue Foch de Paris con vistas a la Torre Eiffel. Desde allí controla su empresa de calzado de lujo Skorpios que funciona porque ha puesto mucho empeño en ello. Y está cumpliendo un sueño. Sus diseños de botas, han alcanzado gran popularidad gracias a la actriz Lily Collins, protagonista de la exitosa serie de Netflix ‘Emily in Paris.’
Y sin olvidar, otra de sus grandes pasiones el arte. Del que sabe y asesora, entre otros al Museo Bass de Miami o al Jumex de México, de cuyo propietario Eugenio López, es íntima amiga. En su casa se pueden ver obras de Julián Schnabel o una escultura de Paul McCarthy. Y tal y como apareció en los Papeles de Pandora, Abascal pagó 2,8 millones de dólares en 2015 para comprar el cuadro Ho Westward del artista Ed Ruscha y también poseía el 25% de los derechos de Femme nue couchée de Pablo Picasso, entre otras grandes obras. Una colección que le gusta recalcar no ha hecho nunca por inversión sino porque la representa.
Esta novela es según María Estévez «la geografía de un país y también la de un alma a veces atormentada. Los deseos como dice el título hay que tenerlos en la sangre, conjugarlos en los sortilegios de las emociones y luego expresarlos con palabras. O eso creo». La de Adriana Abascal es y ha sido una vida llena de magia.