Día del Pícnic

Cómo montar un buen pícnic: el menú, la cesta y el resto del atrezo

Para comer al aire libre hay que elegir el menú adecuado, pero también el atrezo es un punto importante para montar un plan ideal para la primavera

Un muy buen plan para la temporada estival es organizar un picnic. Delivinos
Laura Pintos

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Todos tenemos guardada en la retina, incluso sin haberla vivido, la imagen del mantel a cuadros y la cesta sobre el verde césped. El pícnic es el plan de comida informal más antiguo, el que lleva la mesa al campo, la piscina, los parques, la playa o el monte para atender a un picoteo más o menos improvisado. Recurso romántico habitual en las películas, y menos frecuente de lo que nos gustaría en la vida real, este Día Internacional del Pícnic o de la Comida Campestre es la excusa perfecta para ponerse a preparar una cita gastronómica en la hierba.

La palabra parece proceder del francés 'pique-nique' (picar, pequeño) y define comidas al paso y compartidas. En España no suelen faltar en ellas la tortilla, la ensaladilla, los bocatas y los filetes empanados. Pero hay más vida culinaria para el pícnic, que se ha convertido en una buena opción en tiempos de revalorización de la naturaleza y los exteriores, por lo que merece ponerle mimo y buscar alternativas que inviten a organizarlo.

La comida itinerante y compartida

Siempre lo primero es el menú . En el caso de un pícnic, su configuración debe atender a las condiciones de los alimentos necesarias para su traslado, conservación y consumo sin contar con las comodidades habituales de mesa y sillas. Es decir, a sabor y preferencias gastronómicas hay que unir, indisolublemente, practicidad.

Con esto en mente, la nutricionista Elisa Escorihuela recomienda optar por e nsaladas, crudités con hummus, cremas frías y frutas . En el caso de las primeras, aconseja huir de las de hoja, porque se estropean más fácilmente, y elegir en su lugar las que llevan «base de patata, legumbres, cereales integrales (pasta, arroz), quinoa, judías verdes e incluso brócoli».

Un punto importante es «llevar los aderezos por separado, y añadirlos en el último momento para reducir el riesgo bacteriológico y conservar las propiedades organolépticas».

Respecto de la fruta , aconseja avarla, pelarla y cortarla en casa, y llevarla en un tupper, así «estará lista para tomar y te evitarás un quebradero de cabeza y más de un utensilio», y no olvidar llevar siempre una botella de agua fresca.

También son muy versátiles y apropiadas las conservas . Los responsables de la tienda gourmet Delivinos, de Madrid, proponen anchoas de Santoña (El Cantábrico, 11,25€), que se pueden servir acompañas con una burratina para un plan fresco y perfecto.

Es importante la elección del pan para acompañar el picoteo. Los responsables del obrador Leon the baker, especializados en productos naturales, sin gluten ni lactosa, proponen su barra Brooklyn, esponjosa e ideal para bocadillos (preparados o improvisados por los comensajes con los productos de la cesta), o su pan de pipas y pasas, que se adapta tanto al dulce como al salado.

Para un pícnic, hay, sin embargo, alimentos prohibidos. Son «los crudos, sobre todo huevo, pescados y carnes, ya que son una fuente de toxiinfecciones peligrosas. Incluidas también las salsas y postres realizados con ellas», advierte la nutricionista Elisa Escorihuela.

Que te lo den hecho

Una buena alternativa para quienes prefieren no cocinar y ni siquiera quieren pensar en la lista de la compra, es optar por los 'packs' de comida preparada.

José Luis García-Berlanga lo tuvo claro desde que abrió su restaurante Berlanga a un paso del Retiro, y además de invitar a su sala y su terraza, o de optar por el 'delivery' en casa, ofrece la opción de recoger una caja especial para el pícnic en el pulmón de Madrid. Su 'Pack Retiro' incluye un entrante de sopa fría, un arroz (especialidad de esta casa especializada en cocina levantina) y una bebida (17€).

El 'Pack Retiro' de Berlanga.

La nueva tienda 1725 Gourmet, perteneciente a Botín, el restaurante más antiguo del mundo según el libro Guiness, también ofrece este tipo de productos. Aunque tienen 'packs' con cochinillo y corderos con su salsa listos para calentar y comer, para un pícnic es ideal su caja de quesos , que incluye (49,90 €) una Torta del Casar, queso curado de cabra en cuatro sabores (romero, manteca, natural o pimentón), queso de oveja con trufa, queso Savel Airas Moniz, una bolsa de crakers, mermelada de tomate y una botella de Viña Salceda Crianza.

El pack de quesos del restaurante Botíne en su nueva tienda 1725 Gourmet.

No sin la cesta

Lo segundo que pide un pícnic es una cesta grande para acarrear los utentilios y vajilla con estilo. El atrezo es parte del plan. Una ideal es la que ha lanzado esta temporada la ginebra gallega premium Nordés, en edición limitada (129€). Su canasta incluye vajilla para dos y bolsa nevera con jamón de bellota ibérico de Sánchez Romero Carvajal, una botella de la ginebra de 70cl. y un Albariño Montecillo para preparar el aperitivo 'Nordesiño' (esas dos bebidas más tónica, brocheta de uvas y toque de limón).

La cesta de Nordés. Incluye vajilla no descartable para dos.

También la Dehesa de los Llanos cumple con esta propuesta de ofrecer una cesta bonita con buen producto . La suya (64,15€) incluye queso manchego de curación media, nueces de los nogales plantados en esta finca de Albacete, miel de lavanda extraída de sus colmenas y una botella de Cima Mazacruz Selección 2016, para que el picoteo sea redondo.

Cesa gourmet de la Dehesa de los Llanos

Un especialista en cestas de mimbre es Les Jardins de la Comtesse, con una amplia gama de canastillas preciosas y también mochilas de pícnic, este año con la novedad de modelos que incluyen platos de bambú, tanto en su versión chic Vendôme Naturel (para cuatro, 114€) o en la infantil Happy Friends (unipersonal, niño o niña, 59,90€).

Una de las mochilas de picnic de Les Jardins de la Comtesse.

Esta firma también tiene manteles de algodón pero con el reverso plástico , otro objeto necesario en un pícnic para disponer sobre él la comida y bebida, e incluso sentarse, sin que nada se estropee, se manche o se moje con la humedad del suelo. Vienen con el clásico estampado de cuadros vichy, o bien con otros motivios, enrollados y con asa para facilitar su traslado (desde 29,90€).

Todo en su punto

La seguridad alimentaria no es un asunto menor cuando se trata de comer al aire libre. «Para poder transportar los alimentos sin que corras ningún riesgo de toxiinfecciones necesitas hacerte con una nevera portátil », conseja Escorihuela, colaboradora de ABC Bienestar.

Se pueden utilizar neveras que llevan hielo o placas en su interior , y son las que mejor aguantan la temperatura e incluso enfrían, o bolsas térmicas , que se limitan a conservarla pero también son más ligeras. En ambos casos es mejor elegir aquellas con tejidos resistentes a los rayos UV. Una opción entre las segundas es la de temporada de Maison du Monde (15,99 €), en la que se pueden trasladar bebidas frías o comida que necesita refrigeración.

Bolsa térmica de Maison du Monde.

Otro elemento a considerar son los recipientes , que para evitar sorpresas desagradables deben ser herméticos y si es posible de vidrio, así «no ceden partículas ni tampoco sabores a los alimentos, además de ser más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente», añade la nutricionista.

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