Puerta a puerta contra el ébola
En los barrios marginales de Monrovia, capital de Liberia, el ébola ha hecho estragos. El hacinamiento, la falta de información y de servicios básicos como el agua corriente, han sido caldo de cultivo para la expansión del virus. En este contexto trabajan 450 voluntarios que van puerta a puerta explicándole a la gente cómo deben actuar para no caer enfermos. Ellos también se han visto afectados por el ébola, sin trabajo o con algún fallecido cercano, y por eso han decidido implicarse para luchar contra él. Son otros de los pequeños héroes cotidianos que está provocando este virus.

El ébola es real. Esta frase llena las calles de Monrovia donde el virus está arrasando la vida de miles de personas, especialmente en los barrios marginales, donde la gente no tiene acceso a información. Organizaciones como Oxfam (Oxfam Intermón en España) trabajan para que la gente sepa cómo se contagia el virus y qué tienen que hacer cuando se producen los primeros síntomas
- Pablo Tosco / Oxfam Intermón

En los barrios de chabolas del norte de Monrovia, el ébola ha provocado cientos de víctimas. Las callejuelas estrechas, el hacinamiento, la falta de higiene, pero sobre todo, la falta de información, permitieron que el virus se expandiera como la pólvora, sobre todo en los primeros meses del brote
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Voluntarios locales, hijos e hijas de estos barrios, se han ofrecido a luchar contra el ébola con el arma más poderosa: la información. Tras una pequeña formación en promoción de salud, cada día visitan unas 20 casas explicando la importancia de lavarse las manos con jabón con regularidad, no consumir carne de perro o mono y cocinar con agua limpia
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Los vecinos de estas barriadas escuchan con atención las instrucciones de los promotores de salud. Pero no es fácil explicar qué es el ébola en este contexto. Eric Barclay (de espaldas en la foto) cuenta que «todavía hay gente que piensa que la gente muere por brujería». Por eso, «es vital que entiendan que el ébola es real y que pueden protegerse para no caer enfermos», concluye este joven que difunde mensajes que alertan pero que también tranquilicen
- Pablo Tosco / Oxfam Intermón

Aquí apenas llega la radio. La mayoría de la gente no sabe leer o escribir y carece de acceso a internet. La mejor forma de hacer llegar la información es a través del boca a boca, los líderes comunitarios o los carteles publicitarios
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Otro de los problemas en estos barrios es que no hay agua corriente ni sistemas de alcantarillado adecuados. El agua estancada atrae a los mosquitos que causan la malaria, una enfermedad con síntomas parecidos a los del ébola. Los promotores de salud también explican las diferencias entre ambas enfermedades para que la gente tome las medidas necesarias en cada caso
- Pablo Tosco / Oxfam Intermón

Naomi Kollie (en la foto) estaba estudiando bachillerato cuando llegó el ébola y provocó el cierre de todos los centros educativos en la capital. Entonces decidió que se iba a implicar en la lucha contra el virus y se apuntó a la formación para promotora de salud. Hoy enseña a las comunidades que tienen que lavarse las manos de forma regular, al tiempo que reparte cubos de agua con cloro y pastillas de jabón. «Damos especial atención a la higiene de los más pequeños porque lo tocan todo y eso es un factor alto de riesgo», cuenta
- Pablo Tosco / Oxfam Intermón

En el sobre que aparece en la foto, Elena Nagbe guarda el certificado donde dice que está «curada». Ella ha sobrevivido al ébola pero no han tenido la misma suerte otros miembros de su familia. Primero murió su padre y luego fallecieron su madre y tres hermanos que se contagiaron mientras cuidaban de su padre enfermo
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Elena Nagbe ha sobrevivido al ébola pero cuando volvió a su casa, tras dos semanas en el hospital, habían quemado todas sus pertenencias, tal como establece el protocolo con las personas que han contraído ébola. Además, ahora su familia se enfrenta al estigma de haber enfermado por el virus. «La gente no viene, nos tienen miedo», cuenta su hijo pequeño
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«Ahora la gente es más consciente de cómo reducir su exposición al ébola», relata Reednal Kun (en la foto). Los cubos de agua con un pequeño grifo y jabón son como centinelas en la puerta cada casa y de cada tienda. Reednal constata que sus vecinos se lavan las manos más a menudo y que el número de casos está bajando. Oxfam ha repartido 2.000 kits de higiene para 14.000 personas en los barrios de West Point, Logan Town, Clara Town and New Kru Town, al norte de Monrovia
- Pablo Tosco / Oxfam Intermón

«Nosotros, como liberianos y como vecinos de este barrio, tenemos el deber de ayudar a nuestra comunidad y a nuestro país», afirma Reednal cuando se le pregunta porqué decidió hacer promoción de salud casa por casa. Es un sentimiento generalizado entre sus compañeros que han superado los prejuicios y cada día dan su pequeño grano de arena para extirpar el ébola de sus vidas
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