El frío arrecia en Sevilla
El invierno, que hasta ahora había sido discreto, se hace notar con una caída de las temperaturas dando protagonismo al frío y la lluvia

La Giralda, bajo un cielo raso y azul, es testigo de las mañanas gélidas de la capital - RAÚL DOBLADO

Para combatir el frío, nada mejor que moverse y activarse, como hace el pajarillo que bate veloz sus alas en la imagen - RAÚL DOBLADO

Alegoría del Invierno de la Fuente de las Cuatro Estaciones del Prado de San Sebastían, que hace honor a su nombre más que nunca en estos días - RAÚL DOBLADO

Mañana de invierno en los Jardines de Murillo - RAÚL DOBLADO

A pesar del frío, el sol calienta e invita a salir y pasear - RAÚL DOBLADO

Las ramas de los árboles peladas, propias de este tiempo, no sirven de refugio a los pájaros, que también padecen el frío invierno - RAÚL DOBLADO

El color del invierno. Hojas secas que se resisten a caer - J. M. SERRANO

El frío en estos días hace más cruel y difícil que nunca la estancia en las calles - J. M. SERRANO

Incluso con frío las terrazas siguen vivas gracias a las estufas y sistemas de aclimatación instalados en los veladores - J. M. SERRANO

Las calles turísticas que en otras épocas del año se encuentran abarrotadas se aprecian estos días frías y poco transitadas - J. M. SERRANO

Los restauradores recurren a las fuentes de calor para acondicionar las terrazas que en esta época del año sobre todo demandan los fumadores - J. M. SERRANO

Toda prenda de abrigo es poca para evitar los enfriamientos y la temida gripe en plena ola de frío - J. M. SERRANO

En pleno temporal la lluvia azota sin descanso y hace imposible caminar por las calles anegadas sin calarse - MILLÁN HERCE

El viento se convierte en un incómodo acompañante, como se puede apreciar en la imagen - MILLÁN HERCE

La imagen turística de una Sevilla de sol y calor contrasta con esta estampa de lluvia, frío y viento más propia de otro país - MILLÁN HERCE

A mal tiempo buena cara. La lluvia y el viento cejado hacen difícil caminar sobre la resbaladiza alfombra de hojas, pero cualquier motivo es bueno para sonreir - MILLÁN HERCE