Sevilla insólita: los astilleros Galería por: Francisco Piñero. Por su estratégica posición, junto al Guadalquivir, la capital hispalense fue centro de producción naviera desde hace prácticamente mil años. Inicialmente con visos expansionistas. Posteriormente como industria necesaria para diezmar el desempleo local. Este es un repaso de la historia de la construcción de barcos en Sevilla, desde sus orígenes dorados hasta sus últimos y tensos episodios.
Atarazanas Mucho antes de su localización en el actual Puerto de Sevilla, los trabajos navieros se realizaron en las Reales Atarazanas. El edificio, que data de mediados del siglo XIII, llegó a albergar 17 naves dispuestas para la construcción de galeras, inicialmente, y del resto de tipos de buques, después. Su estado actual de semiabandono no debe hacernos olvidar de que se trata del astillero más grande y antiguo que existe en Europa - ARCHIVO ABC
La inauguración En 1956, el entonces Caudillo de España, Francisco Franco, inauguró la sede de los Astilleros de Sevilla, en un acto que convocó a multitud de personalidades de la época. Con las nuevas instalaciones se pretendía poner en auge el olvidado oficio de la construcción de barcos, para convertirse así en fuente de trabajo del momento - ARCHIVO ABC
Prestigio internacional El buen hacer de los trabajos de construcción naval de Sevilla le granjeó una fama internacional a la empresa de Astilleros, que recibía encargos de procedencia muy variada. En la imagen, de 1965, asistimos a la botadura del «Ciudad de Buenaventura», destinado a la Flota Mercante Grancolombiana,. Al acto acudió, en calidad de madrina, la cónsul de Colombia en Sevilla
Comienzan los inconvenientes La década de los 70 fue dura para la empresa. Dadas las crecientes dimensiones de los buques encargados, tanto la esclusa como el propio dragado del río se convirtieron en problemas para un crecimiento tan necesario como potencial. Esto terminó por provocar las primeras huelgas, instigadas también por la crisis del petróleo de 1973 y la situación de la Transición española. En ese contexto encaja esta imagen de 1974 del «bulk carrier» Monteverde, de 196 metros de eslora - ARCHIVO ABC
Enorme, pero a la vez más pequeño Llama poderosamente la atención la imponente envergadura del «Del Monte Planter», ejemplo de las construcciones que llevaban a cabo los astilleros en 1988. Sin embargo, la plantilla de la empresa se estaba viendo cada vez más y más diezmada. De hecho, la nómina de 1990 era sólo un tercio de la que llegaron a tener en 1979, como explica Esteve Jaquotot. El motivo, la reconversión que iniciara en 1984 Felipe González - ARCHIVO ABC
Lo que estaba por venir En esta instantánea, de 2001, se recoge la botadura del ferry «Murillo», adquirido por la empresa de cruceros Transmediterránea, y que tuvo como madrina a la alcaldesa de Cádiz Teófila Martínez. Se iniciaba la década con varios proyectos y con buenas esperanzas. Una sensación bien diferente a la manera en que terminó - Díaz Japón
La privatización En 2004, los Astilleros de Sevilla fueron absorbidos por sus homólogos de Huelva, que arrastraban una deuda aún mayor que la de la empresa sevillana, y que supondría el inicio de una etapa de lo más convulsa, en la que, sin embargo, se seguían mimando los detalles en cada trabajo - Díaz Japón
Esperando un salvavidas En 2006, algunos trabajadores de los Astilleros IZAR de Sevilla se arrojaron al agua para evitar el tránsito de buques a la altura de la esclusa. Con ello expresaron su malestar acerca de la venta de los astilleros civiles, malestar que queda claramente patente en los rostros de los integrantes de la imagen - EFE/CHEMA MOYA
Sólo humo Fue un día complicado, el 17 de noviembre de 2009, cuando se tomó esta fotografía. Cansados de esperar que la empresa firmase una «hoja de ruta», ideada por la Junta, que garantizase el futuro de los Astilleros, los trabajadores protestaron a través de actos vandálicos. Se quemaron neumáticos y ocuparon barcos en construcción. Sólo hubo humo - EFE/JULIO MUÑOZ
La nueva esclusa Entretanto, a finales de 2010, la nueva esclusa veía la luz, tras cinco años de trabajo y una inversión de 160 millones de euros. Con ella se aseguraba el paso del 90% de la flota internacional y se contenían las mareas del Atlántico. Recientemente, tanto el Puerto como la Esclusa han recibido la visita de los Príncipes de Asturias, que se han encontrado con unas instalaciones muy distintas a las que lucen en la instantánea, aún en obras - ROCÍO RUZ
Tenso final Los trabajadores de Astilleros continuaron manifestándose, como demuestra esta imagen de octubre de 2011, cortando incluso el tráfico de la carretera de la esclusa. Poco calado tuvieron estas protestas, pues el 1 de enero de 2012 cesaba, por quiebra, la actividad de la empresa. - EFE/SERGIO CARO
El último barco Este fue el último Ferry botado en Sevilla, concretamente a finales de mayo de este año 2013. La naviera finlandesa Viking Line realizó este encargo ajena a lo que ocurriría unos años después. A pesar de la quiebra, Astilleros de Sevilla continúo con el proceso habitual de construcción, hasta que, finalmente, el Banco Santander encargase su terminación a los Astilleros de Vigo. Partió, así, el último barco