Especial Universidades

Modelo dual: los puentes a medio construir entre las aulas y la realidad empresarial

Los expertos apuntan a una brecha entre universidad pública y privada respecto a la inlcusión de las compañías en los centros docentes

Javier Carbajo y Sara Rojo

Daniel Caballero

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Cientos de grados y másteres se abren paso cada año en la universidad. Tanto en instituciones públicas como privadas. Desde los más tradicionales -Derecho, Medicina...- hasta los más disruptores -sobre big data, inteligencia artificial....-. La oferta es inmensa; los alumnos tienen un abanico ingente de titulaciones entre las que escoger. Pero la universidad española sufre de un «mal» que a cada año se hace más dañino: la falta de relación con el «mundo real» , el mundo empresarial.

«Venimos de una universidad anclada en unos planes de estudio desfasados. Muchos de los docentes, por no decir la mayoría, no han pasado antes por la empresa y han hecho carrera interna en las universidades. Y nadie enseña lo que no sabe», dice José Lozano Galera , cofundador de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y presidente de Aefol. Un modelo de enseñanza basado en la teoría , pero no tanto en la práctica, lo que distancia a los alumnos del ámbito empresarial. Pese a las prácticas curriculares de cada titulación -tras pasar el segundo curso-, este experto considera que habría de acometerse una profunda modificación de las estrategias de aprendizaje para los alumnos. «No hay teoría sin práctica, ni hay práctica sin teoría. Pero lo de que un profesor enseñe, el alumno estudie y lo plasme en un examen ya está caduco.», defiende, al tiempo que destaca que las compañías lo que reclaman de un recién graduado es que ya pueda entrar a trabajar de primeras; que ya esté fogueado en la «calle» de lo laboral.

Sin embargo, esta situación de distanciamiento universidad-empresa no ocurre en toda España. Las fuentes consultadas por ABC coinciden en que en las instituciones públicas sí que existe aún ese problema, pero que ya se ha superado en buena parte en los centros privados. Particularmente en las escuelas de negocios -situadas varias de las españolas año tras año en lo alto de los rankings mundiales-, donde ya está implantado un formato más de «universidad dual» donde el alumno está en contacto directo con las empresas y trabaja sobre el terreno a diario.

Un modelo de enseñanza basado en la teoría, pero no tanto en la práctica, lo que distancia a los alumnos del ámbito empresarial

Ejemplo de la dinámica en la universidad privada es un proyecto que llevó a cabo Rafael Conde Melguizo , director del grado de Artes Digitales de la Universidad Camilo José Cela (UCJC). «Desde segundo año intentamos que los trabajos que realicen sean directamente para empresas y sean evaluados por las mismas », cuenta. En su caso lo que hizo fue brindar a sus alumnos la posibilidad de llevar a la realidad una práctica de clase que consistía en diseñar la imagen corporativa de una startup concreta. Cada cual realiza su trabajo y es evaluado por la startup, que finalmente escoge la que será su futura imagen de marca. Otro ejemplo está en la iniciativa Entamar , de Cruz Roja. Un proyecto de Cruz Roja de crear un juego de realidad aumentada para los más de 30.000 niños y niñas ingresados por periodos largos en hospitales españoles. Aquí, los alumnos de este profesor se han encargado de hacer un modelado en 3D, consistente en «crear animales en digital». Este mes de mayo empezarán las primeras pruebas, con trabajo real de los alumnos.

Conde Melguizo también hace hincapié en la falta de formación práctica en las universidades . Hay centros que tratan ya de incorporar las bondades de la FP Dual , pero aún queda camino por recorrer. «En primero todavía es difícil de hacer prácticas reales para empresas; pero sí que estaría bien que hubiera un programa de preprácticas, como lo que hacemos en la UCJC. Cuando el alumno llega a las prácticas curriculares en tercero, ya debería haber tenido experiencias laborales y saber lo que es una empresa; si no, es como si empezaras de cero y estás a solo un año de terminar el grado...», detalla.

Profesores empresarios

Carmen Sebrango , directora de Carreras Profesionales de la Universidad CEU San Pablo, recalca que el binomio universidad-empresa es fundamental para ellos. «No puedes estar de espaldas a la realidad», dice. Y pone el foco en que quizás uno de los aspectos que más podrían mejorarse es el tipo de profesores que imparten docencia . «Las privadas están mucho más avanzadas que las públicas», afirma, para señalar a continuación que la empresa forma parte diaria de sus centros; ya sea con prácticas reales, o incluso con clases magistrales de empresarios referencia en distintos sectores. Todo para que los alumnos conozcan de primera mano cómo es la realidad laboral a la que, tras cuatro años, tendrán que enfrentarse. Una manera de acercar ambos mundos que sirve a los jóvenes para abrirles la mente y saber que hay mucho que aprender más allá de la pura teoría.

« Faltan profesores ligados a las empresas . Ha ocurrido mucho en el pasado y sigue ocurriendo. El docente a veces no ha trabajado nunca en una compañía y no conoce esa realidad; es más teórico que práctico. En el CEU contamos con profesores que antes estaban en una empresa o que, a día de hoy, compaginan ambas facetas», explica Sebrango. A su juicio -añade- es fundamental adaptar los temarios a lo que será necesario en el mundo real. Tanto a nivel del grado concreto que se estudie como a escala tecnológica, en pleno siglo XXI. Y no duda al señalar que puede que uno de los factores que influyan en esa diferencia entre privado y pública sean los recursos económicos , aunque no tanto a nivel de disponibilidad de los mismos sino de cómo se gestionan. Prioridad o no de fomentar la relación con las empresas.

Mariano Fernández Enguita , sociólogo y catedrático de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), coincide en que la empresa tiene poca presencia en las universidades, aunque su diagnóstico es distinto: «El último medio siglo se podría explicar en gran medida como la pugna entre dos grupos de profesiones: las que habitan sobre todo en el Estado y las que lo hacen en el mercado. Los profesores son parte del primer grupo y es frecuente que la sola palabra mercado les produzca urticaria. El reverso está en esos neoliberales doctrinarios para los que el Estado debería limitarse a construir carreteras y vigilarlas. Es verdad que la empresa tiene poca presencia en las universidades, pero no es sólo por eso, sino porque la fórmula del profesor asociado , que tenía esa finalidad, se ha convertido en la vía para contratar profesorado provisional y barato, con o sin experiencia profesional». En suma, defiende que no es que haya que priorizar un tipo de docente frente al otro, sino lograr potenciar esa figura del «asociado», que habría de venir del «mundo real» sin hacer desaparecer la del catedrático. Un equilibrio , hasta ahora, que solo han logrado las universidades privadas.

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