«El yoga ayuda mucho en embarazo y posparto a enfrentarse al nuevo reto de la maternidad»

Hablamos con Isabel Coca, autora de «Yoga y gestación»

Carlota Fominaya

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Tiene tan interiorizados sus años como profesora de yoga, que su voz durante la entrevista se asemeja a la de una monitora durante una auténtica sesión en la esterilla. Porque Isabel Coca, además de enfermera y comadrona, es una gran experta en todos los beneficios que supone la práctica del Hatha Yoga para las mujeres embarazadas.

«Mi profesión de comadrona me ha vinculado a los momentos vitales de la vida de las mujeres. A lo largo de más de cuarenta años he podido acompañar a muchas mujeres en la preparación a la maternidad, en el momento del parto y el nacimiento. Un privilegio que me ha permitido observar y aprender de las necesidades de cada mujer en los diferentes procesos y comprender que cada mujer y cada gestación puede tener necesidades diferentes», explica la autora de «Yoga y gestación» (kairós).

Este libro muestra la importancia y utilidad del yoga en este momento tan especial de la vida como es la gestación y el parto. Según explica Coca en esta entrevista, para toda mujer es esencial prepararse para dar la bienvenida al nuevo ser y la práctica del yoga, desde la experiencia y singularidad de cada mujer, puede ser una contribución decisiva para hacerlo con la mayor serenidad posible. Y un apunte de la autora: «La mayoría de las mujeres que practican yoga durante el embarazo lo siguen haciendo durante el resto de su vida, ¡siempre que hayan tenido un buen maestro!».

¿Cuáles son los beneficios de la práctica del yoga durante el embarazo y cómo influye en el parto?

El yoga mejora el estado frente a los cambios del cuerpo y aporta recursos como el control de la respiración para calmar la mente preparándola para la concentración y la meditación. Te enseña a respetarte y a respetar a los otros, a alimentarte sin excesos, a cuidarte y a encontrar la armonía entre el cuerpo y la mente. Te ayuda a enfrentarte al dolor durante el parto con la calma y con la serenidad que te aporta el conocimiento.

¿Puede practicar yoga cualquier mujer embarazada, aunque no lo haya practicado nunca?

Creo que hay que hacer el ejercicio que cada mujer necesita. No necesita la misma práctica una mujer que está habituada a hacer ejercicio diario, o a correr, o a hacer cualquier tipo de deporte, a una persona que lleva una vida más sedentaria. Son necesidades distintas, pero en cada caso, no es lo que hacemos, sino el cómo.

Me encuentro con frecuencia con mujeres que no han hecho nunca yoga, y que me dicen: «no soy nada elástica, no estoy habituada, no sé si puedo...». Frente a esta, tenemos la otra versión: la mujer que practica cada día desde hace años. Son realidades distintas. En cualquiera de las dos situaciones, lo primero que se ha de analizar es cómo se siente en este momento, y qué necesita en este instante puntual. Otro ejemplo es el de la mujer que pasa por su segundo o tercer embarazo.

Porque cada gestación tiene necesidades distintas, en su configuración frente del futuro parto y la maternidad, sus expectativas, sus miedos, sus incertidumbres, sus inseguridades... Todo esto tiene que englobarse en el trabajo corporal que tiene que hacer. Esa es la importancia de la práctica de yoga.

La práctica cambiará cada día...

Sí, en la práctica del yoga en las gestantes hay que diferenciar las diferentes semanas. Diría que hay un hilo conductor a todas las etapas y es el trabajo con el pranayama (respiración) y la armonización con la mente. En el caso de las mujeres embarazadas, estas tienen que trabajar mucho el eje corporal, la pelvis para liberar tensiones, dar espacio al bebé y, sobre todo, trabajar con su diafragma y caja torácica. Estos serían los tres puntos sobre los que pivota nuestro trabajo pero hay muchos otros, que en casos puntuales, hay que trabajar.

¿Cuáles son los miedos y resistencias que has observado en las futuras mamás?

El miedo al dolor y a ser capaz de hacerle frente, también a lo desconocido, muy condicionado por el saber popular. Hay otros temores, no siempre expresados a, por ejemplo: los cambios que conlleva un nacimiento en la vida, la capacidad de educar, la responsabilidad que comporta tanto la maternidad como la paternidad, la pérdida de libertad... En las últimas décadas, se han añadido nuevos desasosiegos con motivo de embarazos tardíos y formas de embarazo más complejas. Esta nueva situación hace que las futuras mamás padezcan mucho sufrimiento no canalizado y, a veces, sean extremadamente protectoras.

¿Cómo describirías el parto ideal?

El parto ideal sería un parto normal, el que se produce de forma fisiológica, sin interferencias ni desviaciones de la normalidad, en el que la madre y el hijo están en perfecto estado. Puede conllevar el uso de anestesia epidural, si es lo que ella la necesita para disfrutar del momento del nacimiento de su bebé.

Usted también trabaja con mujeres en el posparto. ¿Qué momento es bueno para retomar la práctica de yoga?

Alrededor de los 15 días después del parto, comenzamos una rehabilitación muy suave. Se tiene que recolocar todo. Es muy importante primero colocar la mente, resituar nuestras emociones y después, el cuerpo, que normalmente está muy alejado de nuestro pensamiento. Hay que ir poco a poco. Siempre queremos ir muy deprisa... Pero sí, el yoga ayuda mucho en el posparto para enfrentarnos al nuevo reto de la maternidad.

Así pues, ¿cualquiera se puede acercar a esta práctica?

El Hatha yoga, en concreto, se caracteriza porque se adapta a las necesidades de la persona. Eso es lo más importante. Porque por un lado trabaja con las posturas, que son las asanas, y que se deben adaptar a la edad, a la patología y al momento personal. Y por eso cuando hablamos de momento persona, estamos hablando de que se trabaja también lo psíquico, de lo mental...

Pero volviendo a la pregunta, el yoga como disciplina está en trabajar. Que la gente no tenga miedo en acercarse: es hacer, es practicar y aceptar que nuestro cuerpo y nuestra mente se modifican mutuamente. Yo creo que es fundamental trabajar nuestro cuerpo con respeto, es el único que tenemos.

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