Trucos para reducir el uso de plásticos en casa
Usamos tantos objetos de plástico a diario que cambiando apenas unos hábitos se puede lograr mucho. Te contamos por dónde empezar
«Por una bolsa, no pasa nada», «por un par de pajitas de refresco no pasa nada», «por pedir el café un día en vaso de plástico, no pasa nada»... ¿Y si ese «no pasa nada» lo dijesen al mismo tiempo cientos de miles de personas y resultase que cada segundo se usasen 160.000 bolsas de plástico? Este «y si» es real, según los datos de los autores del blog (y obra con el mismo título) «Vivir sin plástico», que además revelan algunas de las razones por las que urge reducir el plástico que consumimos a diario: porque no se biodegrada («el plástico simplemente se descompone en partículas más pequeñas sin cambiar su composición química», explican), porque contamina los mares (8 millones de toneladas de plástico acaban cada año en los océanos), porque causa la muerte de muchas especies , porque desconocemos los efectos nocivos sobre la salud que pueda tener tal exposición diaria a los plásticos y sus aditivos, porque su reciclaje es complicado y porque es absurdo usar un material casi indestructible para productos desechables (el 40% del plástico que utilizamos es para producir envases que se podrían evitar con facilidad).
Por estas contundentes razones y porque además es una tarea que puede lograse cambiando hábitos sin apenas esfuerzo, hemos consultado al IMF Business School para saber qué podríamos hacer en el día a día para reducir el consumo de plástico en el hogar. Según explica Belén Arcones, directora general de esta institución, las recomendaciones que lanza aquí son sencillas, pero prácticas.
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Adiós al plástico, hola al textil
Es común que en la cocina tengamos un cajón para almacenar las bolsas de plástico después de cada compra. Pero en la mayoría de los casos esas bolsas, no solo no se vuelven a usar, sino que además se van acumulando sin un fin. Para evitar esto, lo mejor es optar por una bolsa de tela para hacer la compra. Son más duraderas y no contaminan.
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Huye de los envases de porexpan
En los supermercados abundan todo tipo de frutas, carnes y pescados envueltos en plástico y presentados en bandejas de porexpan blanco. Es un producto contaminante y difícil de reciclar. Por ello es mucho mejor usar tu propia bolsa de tela para coger la fruta o pedir carniceros y pescaderos que no envuelvan en plástico los productos, sino en papel reciclable.
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Vasos sí, pajitas no
España es el país europeo en el que se usan más pajitas por habitante (unas 110 al año). Muchas de ellas acaban en el océano, causando la muerte de peces, tortugas y aves marinas. Es un producto que no satisface una necesidad indispensable y podría ser sustituido por el simple acto de beber directamente del vaso o con pajitas de materiales reciclados.
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Mecheros, el riesgo insospechado
Algunos fumadores compran habitualmente los mecheros de plástico, que luego se desechan en cualquier lado. Esto hace que se hayan llegado a encontrar tortugas marinas con cabezales de mecheros en sus estómagos. Los mecheros recargables de metal son más duraderos que los de plástico y, además, contaminan menos.
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¿Y si lo sustituimos por cerillas?
Muchos hogares siguen usando aún el mechero de plástico para encender la cocina de gas, pero existen alternativas para sustituirlo, como un soplete de gas o cerillas que, al ser de madera, contaminan menos.
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Olvida los chicles
Los chicles tirados en el suelo tardan hasta cinco años en degradarse por lo que se debe prescindir de ellos, en la medida de lo posible. Aunque se acompañen de sabores frutasles, su base principal es de acetato de polivinilo, es decir, de plástico.
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Las garrafas de agua, con los días contados
Para evitar las impurezas del agua del grifo no es necesario optar por grandes garrafas de plástico, basta con adquirir un pequeño filtro para los grifos de la cocina que elimine las impurezas. No solo hacemos un favor al medio ambiente al consumir menos plástico, sino que a la larga supone un ahorro.
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La fruta, mejor entera
Los bricks de zumo son productos difíciles de reciclar, además de que acaben con frecuencia en el contenedor equivocado, pues se fabrican con cartón, aluminio y plástico. Para evitar estas confusiones, lo mejor es desempolvar el exprimidor y que cada uno haga sus zumos. O aún mejor, tal como aconsejan los nutricionistas, es más saludable que consumamos la fruta entera o sin exprimir.
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Siempre hay una alternativa
Cualquier objeto de plástico tiene su contraparte ecológica. Para sustituirlos por otros que han sido fabricados con materiales menos contaminantes solo hay que pararse a pensar y echar algo de imaginación y creatividad. Pinzas de madera, biberones de vidrio, pañales de tela, tarteras de acero inoxidable, tarros de cristal... La lista es enorme.