Pérdidas de orina o prolapsos vaginales: lo que te puede pasar al practicar running

Especialistas recomiendan incorporar trabajo muscular al suelo pélvico para quienes corren de manera habitual

S. F.

El running es, sin duda, fuente de salud. Pero también un deporte de impacto cuya repercusión conviene tener en cuenta en aras de minimizar sus consecuencias.

El running es un deporte hiperpresivo , es decir, en cada golpe de talón se transfiere una gran presión hacia el periné facilitando su debilitamiento tanto en hombres como en mujeres.

Según Carla Talens , fisioterapeuta especializada en suelo pélvico y responsable de la Unidad de Suelo Pélvico del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, si se debilita el suelo pélvico, se pueden producir « pérdidas de aires u orina mientras corres , después de haber corrido o cualquier día al realizar un esfuerzo como toser, coger peso, estornudar o reír, aunque no hayas salido a correr. Es lo que conocemos como incontinencia urinaria de esfuerzo o incontinencia fecal a gases».

Otra consecuencia de la debilidad del suelo pélvico entre mujeres corredoras, matiza Carla Talens, es «tener sensación de peso vaginal o ver que asoma un bultito por la vagina; podría tratarse de un prolapso de vejiga (cistocele), útero (histerocele) o recto (rectocele)».

También puede suceder sentir la necesidad de acudir con frecuencia y prisa a orinar o incluso que tener escapes «mientras te apresuras hasta el baño». En este caso, se trataría del síndrome urgencia-frecuencia o de una incontinencia urinaria de urgencia.

Mantener el tono muscular

Desde la Unidad de Suelo Pélvico del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre se recomienda a los corredores prestar atención a su suelo pélvico ya que es necesario mantener un tono muscular adecuado.

«Si eres runner, valora con tu fisioterapeuta especialista el estado de tu suelo pélvico y así te podrá indicar las pautas de trabajo necesarias para prevenir patología perineal o iniciar el tratamiento necesario para tu caso particular», aconseja Carla Talens.

En este sentido, matiza Carla Talens, «la solución en la mayoría de los casos no reside en abandonar la práctica del running, sino en incorporar el trabajo muscular del suelo pélvico , de forma que se pueda continuar disfrutando de este deporte con seguridad, comodidad y sin consecuencias nocivas para la salud perineal».

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