Qué le pasa al cuerpo cuando se deja de fumar
Una buena manera de que la fuerza de voluntad se imponga al tabaco es analizar los beneficios a corto, medio y largo plazo
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), solo 20 minutos después de fumar ya se empiezan a notar los primeros cambios físicos , como el descenso del ritmo cardíaco y la presión arterial, que recuperan sus valores normales.
Si se mantiene el cuerpo sin tabaco al menos doce horas más, los niveles de monóxido de carbono en la sangre disminuyen y, después de dos a doce semanas, la circulación mejora , así como el funcionamiento de los pulmones.
En las mejoras de salud a largo plazo de no encender un cigarrillo nunca más, se encuentra la disminución de las probabilidades de padecer grandes enfermedades asociadas al tabaquismo, como apuntan desde Statista. Entre ellas, la prevalencia de un cáncer de pulmón y el riesgo de enfermedades coronarias, como el infarto .
En solo un plazo de uno a cuatro años, el exfumador cuenta con un riesgo total de fallecer de alrededor de la mitad de un fumador.
Repasar los beneficios a corto, medio y largo plazo de no volver a encender un cigarrillo es una buena forma para que la fuerza de voluntad se imponga al tabaco.
20 minutos
Descenso del ritmo cardíaco y la presión sanguínea.
12 horas
Descenso de monóxido de carbono en sangre hasta niveles normales.
2-12 semanas
Mejora de la circulación y función pulmonar.
1-9 meses
Disminución de la tos y las dificultades para respirar.
1 año
El riesgo de enfermedades coronarias (por ejemplo, infarto) se reduce a la mitad del de un fumador.
1-4 años
El riesgo de muerte se reduce a casi la mitad del de un fumador.
10 años
El riesgo de un cáncer de pulmón se reduce a la mitad.
15 años
El riesgo de enfermedades coronarias se iguala al de una persona que nunca ha fumado.
Después de 5-15 años
El riesgo de un derrame se iguala al de un no fumador.
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