Las madres de pacientes con trastornos alimentarios se culpan más que padres
Las mujeres asumen el rol de cuidadoras en mayor grado que los progenitores encuestados
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Las madres de pacientes con trastornos de conducta alimentaria (TCA) se implican más en el tratamiento y, a la vez, se sienten más culpables que los padres, según un estudio coordinado por el Hospital Clínic de Barcelona , en el marco de la Mesa de Diálogo para la Prevención de los TCA. En rueda de prensa, el coordinador de la Unidad de TCA del Hospital de Bellvitge, Fernando Fernández-Aranda, ha detallado que sobre una escala de 5, la cual evalúa motivaciones y estado emocional de los cuidadores, la implicación de las madres se sitúa en 2,68, frente al 2,4 de los padres.
«Hemos podido detectar discrepancias entre padres y madres: dentro de un mismo núcleo familiar, los sentimientos eran diferentes», ha subrayado Fernández-Aranda en relación con el estudio, en el que han participado 281 familiares de 216 pacientes (94,4 % chicas y 5,6 % chicos), de 19 años de media, y con trastornos como anorexia, bulimia (9,3 %) o trastorno por atracón (3,7 %).
Prueba de la mayor implicación de las mujeres, según Fernández-Aranda, es que el 64,05 % de las encuestadas eran madres y el 35,9 % padres, unas cifras que ponen de manifiesto «que las madres asumen el rol de cuidadoras en mayor grado que los padres» .
La encuesta, además, pone de relieve que las madres desarrollan más sentimientos negativos, como la tristeza, el miedo, la rabia o la culpa , que los padres. Según el coordinador de la Unidad de TCA del Hospital de Bellvitge, las diferencias entre padres y madres hay que atribuirlas a los «rasgos de personalidad y a las dinámicas».
Sin embargo, los sentimientos positivos, como la tranquilidad, el orgullo hacia los hijos o la esperanza en su recuperación, se dan de igual forma entre madres y padres. Según sus promotores, éste es el primer estudio de la Unión Europea que se centra en la «carga emocional que sufrían los familiares» y que, además, cuenta con una segunda encuesta que analiza las habilidades y actitudes de los 265 familiares de pacientes de 13 hospitales públicos y centros privados.
El cuestionario aborda 27 preguntas de aspectos como la contextualización, la autocura del cuidador, morderse la lengua, la aceptación de la enfermedad, la inteligencia emocional y la resistencia a la frustración. Los resultados muestran, según el doctor, que «donde había más dificultades era en la autocura y en morderse la lengua», porque «no reprochar nada costaba mucho». Asimismo, en esta encuesta también se han detectado discrepancias entre padres y madres, ya que ellas están más implicadas emocionalmente y presentan «más dificultad para tomar distancia con la enfermedad», mientras que los padres «están más distanciados y presentan más facilidad para verlo con una cierta distancia» .
Ante esta situación, ha recomendado a los progenitores estar presentes durante todo el proceso, cuidarse a ellos mismos, saliendo a cenar o de vacaciones sin sentirse culpables, confiar en los hijos, contar hasta 10 antes de reprocharle su conducta alimentaria -«algunas preguntas generan más confrontación que otra cosa», ha señalado- y, sobre todo, hablar abiertamente sobre el trastorno.
En este sentido, Laia Asso, de la Sociedad Catalana de Pediatría , ha pedido a todas las familias, sobre todo las que tienen hijos de 0 a 12 años, adoptar «factores protectores», es decir, «acciones que pueden llevar a cabo activamente para prevenir la enfermedad » .
«Hay que situar el foco en la mesa, un momento privilegiado para poner en marcha todos los mecanismos de comunicación; en el hogar, con una crianza positiva, y en la sociedad, donde hay que desarrollar el sentido critico alrededor de los cánones y estereotipos», ha detallado Asso.
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