Los casos de ansiedad y depresión crecen en enero «por la falta de luz»

La Sociedad Española de Psiquiatría advierte que al menos un 90% de los adultos experimentan cambios sutiles en el estado de ánimo, energía y sueño cuando cambia la estación

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ABC Familia

El número de depresiones y casos de ansiedad aumenta en enero porque, tras las fiestas navideñas, toca retomar la rutina diaria en un mes de enero caracterizado por el frío y las pocas horas de luz , lo que acentúa en muchas personas la sensación de melancolía y tristeza. Así lo han señalado expertos de Vithas en un foro celebrado con motivo del Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión, que se celebra el 13 de enero.

De hecho, la Sociedad Española de Psiquiatría advierte que la mayoría de los adultos, al menos un 90%, experimentan cambios sutiles en el estado de ánimo, energía y sueño cuando cambia la estación. El doctor Sergio Arques, psiquiatra de Vithas Castellón, ha constatado que «a principios de año, sobre todo en enero y febrero, suelen aumentar el número de depresiones y los casos de ansiedad, decaimiento o insomnio». La luz solar, apunta en declaraciones recogidas por Europa Press, es clave para nuestro estado de ánimo. «Cuanto más largo es el período de luz, mayor es el sentimiento de bienestar general y tenemos más energía, nos sentimos más activos y felices», ha señalado.

A esto hay que añadirle unas Navidades atípicas, con restricciones en las reuniones con los seres queridos, y la situación de la pandemia a la que hay que sumar el temporal Filomena, lo que implica que algunas personas puedan sentir «un estado de tristeza y angustia que si se alarga en el tiempo conllevaría no solo problemas de depresión o insomnio sino también otras dolencias como afecciones digestivas o dermatológicas », ha advertido.

Trastorno afectivo estancional

Algunas personas pueden incluso sufrir trastorno afectivo estacional (TAE), que es un tipo de depresión que puede llegar a ser muy incapacitante, ya que evita que la persona realice sus tareas de manera normal. Es la conocida también como depresión de invierno pues se ajusta a dicho patrón estacional.

«Por lo general comienza en el otoño y desaparece en la primavera y viene desencadenada por la respuesta del cerebro a la disminución de la exposición a la luz natural», ha indicado el especialista y ha agregado que aunque la forma más común de TAE ocurre en el invierno, es cierto que algunas personas experimentan síntomas durante la primavera y el verano. Además, aunque con frecuencia es una afección de los adultos, también puede afectar niños y adolescentes.

En el TAE, además, juega un papel importante la producción de melatonina y serotonina del cerebro. «Durante el invierno, -explica el doctor Arques-, el cuerpo produce más melatonina que estimula el sueño y menos serotonina que es lo que combate la depresión».

Por ello, ha aconsejado plantearse lo que «de verdad quiere y desea, siendo fundamental marcarse objetivos puntuales a corto y medio plazo, aunque sin olvidar la importancia de definir a largo plazo cómo nos gustaría organizar nuestra vida». No se trata de objetivos «típicos» marcados socialmente como adelgazar , dejar de fumar o ir al gimnasio, sino lo que realmente nosotros nos planteamos a nivel individual», añade el experto.

Así, el doctor Arques aboga por afrontar el inicio del nuevo año con un « espíritu optimista » y «fijar la atención en los planes y centrarse en la acción de realizarlos». Además, ha recalcado que los hábitos saludables son muy importantes: huir del sedentarismo practicando algo de ejercicio, dieta mediterránea, tratar de dormir las horas necesarias, entre otros.

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