Pareja
Bailar no solo adelgaza, también mejora el sexo
La danza aporta un gran conocimiento del cuerpo propio y ajeno, además de consciencia sobre la belleza corporal, el ritmo y el movimiento, algo que es fundamental en las relaciones sexuales

Decía Martha Graham , bailarina y coreógrafa que es un referente de la danza moderna , que «la danza es el lenguaje oculto del alma» y que «el cuerpo expresa lo que las palabras no pueden decir». Dos frases que podrían aplicarse igualmente a otro tipo de movimiento que también incluye ritmo y cadencia: el sexo .
Bailar de forma regular ayuda a mantener el corazón fuerte y a mejorar la capacidad pulmonar, según revela un estudio de la «American Heart Association», pero también contribuye a combatir el Alzheimer, a perder peso, a disminuir el colesterol y a reducir el estrés.
Otro de los beneficios de la danza, según explica la bailarina y coreógrafa Guillermina de Bedoya, es que aporta un gran conocimiento del cuerpo, consciencia sobre la belleza corporal, sobre el ritmo y sobre el movimiento; felicidad, energía y beneficios físicos como la tonificación muscular y el trabajo de suelo pélvico . «Es muy importante el trabajo de suelo pélvico y la faja abdominal en cualquier disciplina de danza, pues ese trabajo es el que dará libertad de movimiento a mis brazos y a mis piernas», detalla la experta sobre esa parte del cuerpo cuyos cuidados son esenciales para garantizar la satisfacción de las relaciones sexuales.
Cada estilo de danza, aporta un beneficio
«Gracias al baile soy más sensible, estoy trabajando continuamente con mi cuerpo y eso me permite disfrutar mucho de mi sexualidad. Ya tengo las armas, ahora sólo tengo que ponerlas en juego», explica De Bedoya. A la hora de elegir el tipo de danza más adecuado, la experta revela que lo importante es escoger una clase con un nivel inicial que te permita progresar a tu ritmo y hacer un buen trabajo corporal , que permita obtener seguridad y mejorar las relaciones sexuales.
Así, según explica, el ballet clásico aporta elegancia, suavidad, fuerza de movimiento, un gran trabajo de suelo pélvico y equilibrio.
La danza española y el flamenco aportan pasión, libertad de movimientos, fuerza y ritmo, además de que permite expresar los sentimientos.
El baile moderno me ayuda a liberar adrenalina, soltar la cadera y no estar tan pendiente de la perfección técnica.
La danza del vientre da movimiento, especialmente a la pelvis y, por tanto, trabaja la musculatura pélvica. Fortalece y tonifica el abdomen y proporciona flexibilidad. «No olvidemos que toda fuerza debe ser elástica y tener capacidad para contraerse y para estirarse», aclara.
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Los bailes en pareja merecen capítulo aparte
Los bailes de salón enseñan a enredarse con la pareja, dejarse llevar, entrar en contacto con el otro. Aprendes a juntarte y a separarte y a respetar a la pareja.
No debemos olvidar que los bailes de pareja son, en muchos casos, «bailes de conquista» , según revela la bailarina. «Es el momento en el que una pareja puede coquetear, conocerse, tocarse, mostrar las habilidades corporales, establecer límites, divertirse, entrar en calor.... Es un momento realmente excitante. Bailar al ritmo de la música proporciona placer, reta a mejorar, a innovar, a compenetrarte con la pareja», afirma De Bedoya.
Los bailes latinos (salsa, merengue, bachata... entre otros), son sensuales y divertidos. Pero, ¿Y si hablamos del tango? Aquí estamos ante otro tipo de sensualidad. «Realmente es un juego de pareja, con diferentes maneras de interpretar», explica.
El vals es un baile romántico, es el baile de novios por excelencia. «Es emocionante si los intérpretes transmiten su enamoramiento», comenta.
Tampoco hay que olvidar las sevillanas . «Cada una de las cuatro sevillanas relata un momento del enamoramiento. La primera, la presentación de la pareja; la segunda, el conocimiento; la tercera, la pelea; y la cuarta, la reconciliación y el paseo (careo del beso)», relata De Bedoya.
Lo importante es que cada uno escoja su estilo, el que le haga feliz, pero que no deje de bailar, pues son muchos los beneficios que aporta, tanto para el cuerpo como para la mente. «El movimiento es tan natural y tan importante para nosotros como el aire que respiramos. El baile da vitalidad , su energía nos mueve y su armonía nos da satisfacción. Proporciona un cuero equilibrado y tonificado que mantiene los órganos en su sitio, lo que contribuye a su mejor funcionamiento y a una mejor salud. Además, fortalecemos el cuerpo y estimulamos la mente. Memorizamos pasos y trabajamos la velocidad de respuesta para ejecutarlos», argumenta la bailarina y coreógrafa.
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La música, la mejor aliada
Cuenta Guillermina de Bedoya que la música que bailamos, la que nos gusta, es la que nos identifica y la que nos hace sentirnos bien. Con ella nos liberamos y, si a eso sumamos la compañía apropiada, el deseo sexual despertará. «¿Por qué no empezar a propiciar el momento, a bailar, a moverte, a provocar, a jugar? ¿A quién no le excita ver bailar a la persona que le atrae?», plantea.
En cuanto a la periodicidad aconsejada, lo ideal es asistir a una o dos clases por semana. «Al principio los avances son notables, sientes un gran cambio en tu cuerpo, en tu manera de moverte y empiezas a sentirte mejor, más alegre porque sueltas adrenalina, mejoras el estrés, respiras mejor. Todo es nuevo y sientes ganas de expresarte, y ¿qué mejor manera de hacerlo que con las relaciones sexuales? Tienes la herramienta, tu cuerpo, realmente preparado, así que toca disfrutar plenamente», aconseja.
Más tarde, según explica, la progresión parece ralentizarse, pero si entrenas regularmente tu cuerpo cambia. «Te sientes tan bien que si alguna vez lo dejas, lo echarás realmente de menos», revela.
En definitiva, conocer nuestro cuerpo y el de la pareja hará que seamos más creativos en el sexo.
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