El verano saca a la luz los conflictos de pareja
Los conflictos afloran cuando más tiempo libre se tiene y por motivos simples
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La gran mayoría de las parejas esperan las vacaciones de verano para pasar más horas del día juntos el uno del otro, si es posible. Pero lo que en muchas ocasiones puede parecer una ansiada «luna de miel» puede llegar a causar problemas irreparables entre ambos.
Con los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística ( INE ) se calcula que cerca de un 28% de las relaciones llegan a su fin tras las vacaciones, y no solo de verano sino también de navidad.
Esto se debe a que durante el resto del año cada persona de la pareja tiene una rutina más independiente, ya que pasan mucho tiempo en el trabajo, con los amigos o realizando tareas por separado. Los primeros roces suelen aparecer por malentendidos, estrés causado por el trabajo o el cuidado del hogar.
Además, durante las vacaciones de verano en muchas ocasiones no solo se convive con la familia más directa. Muchas parejas acuden a la casa que sus padres o suegros poseen en zonas de veraneo y se reúnen allí con primos, hermanos, tíos y muchos más familiares lejanos. «Cuando vamos a una casa de verano con suegros, padres y cuñados, podemos observar muchos sistemas familiares dentro de un mismo sistema familiar» explica Ana Arechavaleta, psicóloga del Hospital Nisa Rey Don Jaime. Por lo tanto, ya que la convivencia se complica, Ana añade que «debemos respetar a los demás miembros de la casa y debemos ser respetados. La pareja es un apoyo que tiene que formar un equipo».
Por otro lado, el uso de las tecnologías también puede ser un impedimento para la convivencia durante esta época. «Siempre digo que las redes sociales están muy bien para saber sobre tu prima de Valladolid pero no para saber sobre tu pareja» concluye Ana y aconseja «desconectar de nuestra vida online y disfrutar de nuestra vida presencial».
Esta psicóloga da algunos consejos para que las vacaciones en pareja no se conviertan en un infierno:
1. Expectativas del viaje: Jamás se debe poner unas expectativas excesivas en el viaje, el objetivo principal de unas vacaciones es el descanso por lo tanto se deben evitar quejas del estilo «podríamos haber hecho senderismo y el/ella prefirió quedarse en el hotel».
2. Comunicación en pareja: todo lo que se hable en la pareja debe partir desde la base de la sinceridad. En cuestiones de toma de decisiones se debe hablar con tranquilidad y ceder si es necesario ante los gustos de tu pareja, pero tampoco siempre hay que buscar agradar al otro.
3. Planificación: «¿comemos sushi en la ciudad o paella en el chiringuito?» preguntas de este tipo pueden llegar a iniciar grandes enfretamientos y es que para evitarlo será mejor si planificamos los días según lo que queramos hacer durante el viaje. El tiempo que cada uno tiene para su disfrute personal durante el invierno en verano suele desaparecer, se tiende a permanecer casi las 24 horas del día en pareja, por lo que esta falta de independencia es uno de los motivos claves de cada discusión.
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