Diálogos de Familia
«Hay que tomarse en serio a la pareja, formarse, invertir en ella... igual que haces con la vida profesional»
Video entrevista con Fernando Poveda, autor de "La pareja que funciona"
Hoy en Diálogos de Familia tenemos la suerte de contar con Fernando Poveda, autor de "La pareja que funciona" .
En España 6 de cada 10 matrimonios fracasan. Muchos pasan del «estamos muy enamorados» a «somos incompatibles». ¿Cómo se puede cambiar tan rápido de una cosa a otra?
Nos pasa porque los seres humanos somos así, tenemos altos y bajos, conocemos a personas y nos entusiasmamos, pero luego empezamos a descubrir pequeños defectos, el roce del día a día hace que choquemos, que tengamos pequeños encontronazos, y el gran problema está en que no sabemos gestionarlos. No nos tomamos tan en serio la vida de pareja como para gestionarla profesionalmente, y tener en cuenta que uno tiene que aprender, que esto no viene de serie ni uno aprende de oído. Se aprenden las cosas porque uno lee libros, escucha entrevistas como esta, y aprende a tener mejor relación. Es algo que nos pasa en el mundo profesional: yo mismo vengo del mundo de la empresa, donde todos buscamos libros, vamos a seminarios para ser mejores profesionales en nuestro entorno y sin embargo, nos casamos y… vamos a la ligera muchas veces. No se tiene en cuenta que uno tiene que aprender y hacer las cosas bien, tiene que saber cómo comunicarse, cómo hablar, cómo decirse las cosas. Todo esto no es tan fácil, hay que aprenderlo.
Todos estos matrimonios que acaban rotos, ¿puede ser que no se conocen lo suficiente antes de dar un paso tan importante?
Puede ser que no se conozcan lo suficiente. Es cierto que hay que tomarse en serio no solo la vida en pareja, sino también el «antes de» para elegir bien, para compenetrarse mejor y saber dónde se va a meter uno con esa relación. Pero la realidad es que los terapeutas dicen que muchas parejas fracasan porque se quieren pero no se lo saben decir, no lo saben mostrar. Yo tengo que saber demostrar al otro cómo le quiero en su idioma. Cómo quiere el otro ser querido. Eso es fundamental. Si no aprendemos a hacer eso, hay que aprender antes, sí, pero también después, porque las cosas no siempre son tan obvias.
En el libro da una serie de claves, que en realidad son hábitos. El primero de ellos es que «hay que tomárselo en serio». ¿Qué quieres decir?
Lo traslado siempre a mi vida profesional y pienso: la cantidad de años que yo he estudiado para ser un buen economista, luego he hecho un master, después me he especializado en marketing, gestión de personas, equipos, me he formado en asertividad… Empiezas a ver los años de estudio que uno ha dedicado a ser un buen profesional y te das cuenta de que son bastantes al final. Porque te lo tomas en serio, porque entiendes que es tu futuro profesional, de lo que vas a vivir.
SIn embargo uno llega a la vida de pareja, y se casa habiendo hecho un curso de varios fin de semana. ¿Cuántos años has dedicado a aprender a ser un buen marido? ¿Cuántos años has dedicado a ser un buen padre? Eso es tomárselo en serio. igual que yo hago en mi vida profesional. Lo ideal es sistematizar esto, hacerte una lista de cosas a mejorar.. De forma muy específica y concreta, igual que en la vida de la empresa. Si quiero tener una serie de reuniones con mis empleados y mis clientes, pues en el mundo de la pareja no es una cosa que puedas dejar al albur.
En esas claves señalas que hay que conocerse a uno mismo. ¿Qué sucede, que mucha gente se case sin conocerse o con unas expectativas irreales?
Es verdad, muchas veces la gene se casa sin conocer al otro o sin conocerse a sí mismo. Peor es importante conocer muy bien al otro. Yo como hombre tengo que conocer muy bien cómo es la mujer en general primero, cómo se comporta, cómo son sus ciclos, si le afectan al humor o no... y luego tengo que conocer cómo es mi mujer en concreto. ¿Cómo es? ¿Cómo reacciona? ¿Cómo es su forma de pensar? Pero no solamente durante el noviazgo, que por supuesto, después también. Tengo que seguir conociéndola. Y conocerme a mi mismo y saber que en casos concretos tengo que poner cierta distancia porque sé que no voy a responder bien. Pongo por ejemplo cuando he dormido mal. ¿Cómo reacciono? ¿Y cómo reacciona mi mujer cuando ella ha dormido mal? Conocernos los dos. Eso hace que eche un poquito para atrás y cuando he dormido mal diga: «hoy he dormido mal, cuidado que puedo saltar más fácilmente». E intentar no saltar porque sabes que hoy estás especialmente sensible. Practicar un poco de autocontrol cuando tienes un día más difícil. Conocer al otro mejor y conocerse a uno mismo mejor es algo que hay que hacer en el noviazgo, pero también durante toda la vida de la pareja. Porque si uno se conoce mejor, gestiona mejor los problemas, las discusiones, la comunidación…
Hay un ejercicio muy práctico, de hacer una lista con los 10 defectos y las 10 virtudes.
Es interesante hacer este ejercicio en un cuaderno pero luego aconsejo coger la lista de defectos y romperla. ¿Por qué? Porque los defectos en seguida nos salen. La hoja de las virtudes es más difícil de rellenar, cuesta más. Pero luego uno tiene que fijar su objetivo en halagar las virtudes del otro y olvidarse de los defectos. Porque... insisto, ¡qué fácil es echarle en cara los defectos al otro, y qué difícil halagar las virtudes del otro!
Podríamos enlazar esto con la comunicación. No sabemos comunicar al final. Si vas a decir un defecto o una cosa que te moleste en la pareja, ¿igual hay una manera de enfocarlo para no herirlo, no tener un conflicto o no tener la 3ª Guerra Mundial, directamente?
La comunicación es fundamental. Es uno de los puntos fundamentales en el mundo de la pareja. Pero ¿cómo hay que decir las cosas? Todos debemos saber cómo comunicar. Hay que buscar la asertividad. ¿En qué consiste? En encontrar el punto medio entre no decir nada (es decir, ser un perfil pasivo), y ser un perfil agresivo y decir una bordez. Hay que decir las cosas, pero con cariño. Para eso hay que estudiarlo: ¿cómo se habla en el mundo de la empresa cuando hay que decir los defectos a un empleado que tiene que mejorar, o a una persona que tiene que está haciendo una cosa mal? Pues buscando la asertividad. Diciendo: «Bueno, no te das cuenta, pero cuando haces esto siento que», o «cuando dices esto, yo me siento dolida» o «me siento menospreciado, me encantaría que…» o «sé que no te das cuenta, pero me encantaría que, en adelante, cuando me digas las cosas, me las digas de esta otra manera». Eso es decir las cosas bien. No es no decirlas, ni aguantarse, es decirlas con cariño. Esa forma de comunicar no es nada sencilla, pero hay que practicarla. Para eso existen talleres, donde uno puede mejorar la comunicación de pareja. No es decir la cosas «como las pienso», porque entonces mejor no las digas. Es mejor preguntar cómo puedes ayudar al otro a sentirse querido y mejorar .