«Un bache en la relación de pareja impacta directamente en la salud»

Marie France Lafontaine, catedrática de Psicología en la Universidad de Ottawa (Canadá), explica que mucha gente no entiende porqué se siente deprimida o tiene otros problemas psicológicos «cuando, lo que en realidad ocurre, es que su relación de pareja no funciona bien»

Lafontaine apunta que «cuando surge un conflicto o algo lo activa, las personas se quedan atrapadas en él»
Laura Peraita

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Marie France Lafontaine es directora del Couple Research Lab y catedrática de Psicología en la Universidad de Ottawa (Canadá). Recientemente ha a visitado el Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra para ofrecer una conferencia enmarcada en el ciclo «Una perspectiva psicológica de los vínculos sociales: apego, paternidad, psicoterapia, violencia y emociones», organizado por el proyecto «Educación de la afectividad y la sexualidad humana» del ICS.

Explica que los estudios han demostrado que cuando una relación de pareja va bien, es bueno para las personas, ya que tiene implicaciones positivas en su trabajo, su familia, su bienestar, sus amistades... «Pero cuando hay problemas en la relación , también tiene un gran impacto en el resto de ámbitos de la vida de una persona», por lo que considera muy importante estudiar las relaciones de pareja.

En concreto, ¿cómo han evolucionado los conflictos en las parejas con respecto a épocas pasadas?

Cada pareja es una cultura en sí misma: en una puede haber cincuenta temas que generan conflicto y en otra, tres. Me interesa más cómo cambiar ese ciclo para que las personas puedan afrontar cualquier conflicto de forma amistosa. Hay tanta diversidad en las parejas que la gente podría perderse un poco en los conflictos; es mejor centrarse en las dinámicas y los ciclos.

«Las parejas deciden ir a terapia cuando están al borde de la separación o uno de los dos está a punto de marcharse, pero el otro quiere darle otra oportunidad a la relación»

¿En qué consiste este ciclo?

Es una dinámica donde se dan una serie de comportamientos: buscar la provocación, ser crítico con el otro… Puede venir asociado a un conjunto de pensamientos como «mi compañero nunca está ahí para mí» o «lo que hago nunca es suficiente». También aparecen emociones como enojo, irritación o rabia. A menudo, lo que subyace es tristeza y necesidades de apego no satisfechas, como ser comprendido, amado, apoyado… En terapia busco que la gente hable sobre estas necesidades no satisfechas y sobre las emociones que se encuentran detrás del conflicto.

Comenzar una relación va acompañada de grandes emociones muy positivas, ¿por qué se alcanza ese ciclo del que habla y acaba el amor, llegan las discusiones, la rutina...?

Todos nos quedamos atrapados en los ciclos, independientemente de en qué momento de la relación nos encontremos. Lo que ocurre es que cuando comenzamos una relación, o cuando la pareja tiene un apego seguro, salimos de ellos más fácilmente. Podemos criticar a nuestra pareja, pero esta se reirá y el ciclo problemático terminará con más facilidad. Cuanto más inseguridad hay en la relación, cuando sientes que tu pareja no está ahí para ti, cuando pierdes la conexión emocional y crees que no eres tan importante para el otro, entonces, es más probable que quedes atrapado en esos ciclos.

El ciclo es un problema de rigidez, de falta de flexibilidad. Cuando surge un conflicto o algo lo activa, las personas se quedan atrapadas en él y se alimenta solo.

¿Se tienen expectativas muy amplias y, por eso, hay grandes decepciones?

Hay muchos factores que pueden influir en las dinámicas con nuestra pareja; pueden ser positivas o negativas. Algunas personas están en ese ciclo todo el tiempo. En ese caso, la pareja puede decirle «no te preocupes, estoy ahí para ti», de modo que sienta que su está a su lado cuando más lo necesita.

«Los niños, la falta de comunicación, de conexión emocional, disminución de las relaciones sexuales..., son algunos de los problemas más habituales»

¿Cuáles son los mayores problemas que ponen hoy a prueba a las parejas?

Una de las cuestiones son los niños; el tiempo del que dispones para ti, el tiempo que pasas con ellos, la educación, la forma de impartir disciplina…

También veo a menudo problemas de comunicación: en la pareja no se sienten capaces de comunicarse y de apoyar al otro de la misma manera. Otro aspecto es la economía familiar. No obstante, cada pareja es muy diferente. En mi consulta tuve a una pareja cuyo único problema era que la mujer quería mudarse porque vivía rodeada de miembros de la familia de él y deseaba alejarse. Quería que él le demostrase su amor cambiándose de casa.

Puede haber problemas de comunicación, de disminución en la frecuencia de las relaciones sexuales, falta de conexión emocional… No he visto dos parejas con la misma lista de conflictos. También depende de la etapa de la vida, puesto que en una pareja joven el problema puede ser el tiempo que uno pasa con sus amigos o que trasnocha con ellos, por ejemplo.

Hace años costaba reconocer que una persona iba al psicólogo y hoy se ha visto que es de gran ayuda y se ha normalizado este tipo de consultas. ¿Son, del mismo modo, las terapias de pareja una solución a tantos problemas en las relaciones? ¿Hace falta que acudan a un terapeuta en busca de soluciones?

Debería verse como algo natural, pero desafortunadamente la gente espera demasiado tiempo antes de ir. Van cuando están al borde de la separación o uno de los dos está a punto de marcharse, pero el otro quiere darle otra oportunidad a la relación. Es difícil porque son dos personas y ambas necesitan encontrar tiempo juntas para acudir al terapeuta. Esto no siempre es fácil.

¿Cuándo acudir?

Cuando las personas ya no se sienten seguras en la relación, perciben que su pareja no está ahí, ya no mantienen relaciones sexuales… Hay que reflexionar: en un momento difícil, ¿puedo estar ahí para mi pareja? ¿Mantenemos una conexión emocional? Si la respuesta es negativa, entonces es que algo ocurre y les recomendaría acudir. Cuando hay un bache en la relación tiene impacto en aspectos como la salud. Así es que mucha gente se siente deprimida o tiene otros problemas psicológicos (ansiedad, trastornos obsesivos compulsivos), pero en realidad es por la relación. Una de mis pacientes tiene bulimia vinculada a su relación de pareja. Se daba atracones por la noche, cuando él salía con sus amigos.

¿Cómo puede ayudar la terapia? ¿Qué pueden encontrar en ella?

En el enfoque de la Terapia Focalizada en las Emociones (Emotionally Focused Therapy o TFE), queremos que las dinámicas de pareja sean diferentes. Pretendemos crear un ciclo seguro, no un ciclo donde no haya conflicto. Puede que tengan que convivir con un conflicto durante toda la vida y pretendemos que lidien con él de manera diferente, que se apoyen mutuamente y estén conectados emocionalmente cuando este surja. Por tanto, no es necesario enfocarse en los conflictos o las habilidades para afrontarlos.

Lo hacemos ayudando a la pareja a comprender sus ciclos problemáticos y a hablar de ellos. Entonces se comprenden y no se quedan atrapados en él, aunque no saben cómo actuar de manera diferente. En terapia queremos recrear nuevos modos de hablar y de apoyarse. Les guiamos para que demuestren empatía y cambien la perspectiva sobre la posición de los demás.

Posteriormente ven a su compañero de manera distinta y le perciben a su lado. Recreamos una visión más positiva del valor de cada uno y de cómo el otro está ahí. Es interesante porque cuando existe seguridad, las personas pueden discutir con menos carga crítica o con menos retraimiento, se comprometen, están conectadas emocionalmente y, de este modo, pueden afrontar los problemas que surjan.

¿Qué hace que esta terapia sea tan prometedora?

Otras terapias de pareja se enfocan en el conflicto y en las habilidades, por lo que las personas no aprenden a comunicarse de manera diferente, sino a resolver ese punto de desencuentro. Pero si no hay compromiso, no hay conexión emocional. Por ejemplo, el terapeuta puede sugerirles que salgan a cenar juntos todas las semanas, pero puede resultar difícil estar cerca de la pareja si no hay seguridad, si no hay conexión emocional. Eso permitirá usar las habilidades, que muchas personas tienen, pero no las usan con sus parejas. Alguien me dijo en la consulta que no podía ser cariñosa con su pareja, que no había aprendido a serlo, pero cuando le pregunté cómo se comportaba con sus hijos antes de dormir, respondió que les daba un beso de buenas noches. Así que sí sabía comportarse de manera cariñosa, pero debido a la dinámica problemática con su pareja no sentía la necesidad de hacerlo. Necesitamos recrear seguridad y con la TFE lo conseguimos.

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