Entrevista

Álex Rovira: «El límite del amor está en la dignidad»

La búsqueda de la pareja ideal depende de las vivencias de una persona en su infancia; se tiende a proyectar la imagen de sus padres

Belén Díaz
Alejandra González

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En un momento en el que la sociedad se ha vuelto más narcisista en cuanto a la vida en pareja, donde las personas buscan exponer su vida «perfecta» en las redes sociales, Álex Rovira publica «Amor», un ejemplar con el que invita a descubrir y potenciar este sentimiento. Afirma que, hoy en día, no basta con quererse mucho , sino que, además, hay que hacerlo bien.

¿Qué es el amor para usted?

Para mí el amor implica tres funciones. Amar es cuidar, no tiene sentido proclamar el amor a alguien si no hay un comportamiento coherente que exprese esa declaración. Amor es la voluntad de comprender, no se ama a una persona si no se comprenden sus circunstancias. Aunque no la llegues comprender, la voluntad de tratar de hacerlo ya significa que la amas. Y amar es inspirar.

¿Es sinónimo de ser valiente?

Cuando amas, te arriesgas. El coraje no es la ausencia de miedo, es la consciencia de que hay algo por lo que vale la pena arriesgarse. Y ese algo es el ser y sentirse amado.

En una relación, ¿todo vale?

En el amor no todo vale. El límite del amor es la dignidad. En la medida en la que una persona ve afectada esta parte, ya no se puede hablar de amor. A mi modo de ver, las parejas se caen cuando se pierde la admiración por el otro y falta respeto. O deberían romperse, porque si siguen, no es amor: es dependencia, masoquismo...

Amor real e ideal... ¿Se tiende a idealizar lo que no se tiene?

Siempre digo que hay que enamorarse del «yo experiencia» del otro, no del «yo idea» o del «yo ideal», que es la idealización que se hace de la otra persona. Cuando te enamoras del primero de ellos, la relación será más sana, por un principio de realidad. La consecuencia inevitable de idealizar es una desilusión que, tarde o temprano, llegará.

¿Qué buscan las personas en su pareja ideal?

Cada cual tiene sus proyecciones porque las idealizaciones dependen mucho de lo que se ha vivido en la infancia. Por lo tanto, no hay un «yo ideal único». Se construye a partir del contexto cultural o de referencia.

En el libro habla de la teoría de las dos naranjas, ¿en qué consiste?

Lo que se viene a decir con esto es que se ha construido mucho el mito del amor desde que somos mitades de naranjas y tenemos que encontrar a la otra parte que nos falta. A mi modo de ver, lo importante es que seas una naranja completa en sí misma. En los procesos de pensamiento, emoción, acción, ética..., que seas un ser humano completo. Y que encuentres a otro ser pleno. No es una teoría que dice «yo necesito de ti porque sin ti no soy», sino que expresa «yo soy y contigo soy más. Tú me haces ser mejor».

La llegada de un hijo a una pareja, por ejemplo, ¿por qué en ocasiones distancia a los progenitores?

Quienes saben poner la función parental en su lugar y mantener el vínculo de pareja vivirán la llegada de un hijo como un refuerzo de la relación. Cuando unos padres son «papá y mamá» de los niños, vamos bien; en cambio, si entre ellos ya se llaman como «papá» y «mamá», se están olvidando que son pareja. Es importante, por supuesto, que se celebre la existencia de los hijos, se les cuide y proteja. Pero también es necesario que se valore la relación con la pareja, la respetemos, cuidemos y amemos.

¿Hay que querer mucho o bien?

Hay que quererse mucho y bien. Y hay que respetarse por encima de todo porque en la medida en la que uno se respete y se aprecie, se hará apreciable y respetable al otro. Repito, el límite del amor está en la dignidad y no podemos dar lo que no nos damos a nosotros mismos.

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