«Uno de los mejores favores que le puede hacer un padre a un hijo es estar bien»

Entrevista con Nazareth Castellanos, autora del libro 'Neurociencia para el cuerpo'

«Tú eres el arquitecto del cerebro de tu hijo»

Nazareth Castellanos, en un momento de la entrevista para la sección de ABC Familia ernesto agudo
Carlota Fominaya

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Cómo el organismo esculpe el cerebro es el leitmotiv del último libro de Nazaret Castellanos, licenciada en Física Teórica y doctora en Neurociencia por la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid.

Bajo el título 'Neurociencia del cuerpo', esta divulgadora va desgranando parte por parte cómo la salud intestinal, la respiración o el ritmo y el ritmo de los latidos del corazón inciden en la buena (o mala) salud de nuestras neuronas.

En este libro, la autora nos acompaña en ese viaje de redescubrimiento y nos ofrece una visión integral de la percepción.

-Dices en tu libro que las personas se 'conectan' cerebralmente, aunque lo más bonito es la forma en la que madres e hijos sincronizan sus latidos a través de la mirada, del tacto. ¿Cómo se consigue? 

-Se han encontrado a nivel científico tres vías de comunicación entre los cuerpos. Siempre hemos hablado de la comunicación entre personas a través de lo verbal, o de los gestos. Pero los cuerpos en sí tienen una comunicación. Hay tres vías: a través del cerebro, otra es a través del corazón y una tercera que es a través del sistema hormonal.

Cuando te comunicas con una persona y estás dialogando, ya sea en persona o a través de la pantalla, se produce una sincronización entre cerebros. ¿Qué significa eso? Que mi cerebro va a tender a parecerse al tuyo y el tuyo al mío. Es decir, para que yo te pueda comprender, mi cerebro tiene que intentar replicar lo que está haciendo el tuyo.

-Pero cuando la comunicación sucede a través de las pantallas, ¿no es en menor grado? 

-Lo atenúa, lo atenúa, sigue sucediendo, pero lo atenúa. Y en especial es importante en los niños, porque imagínate lo que supone estar frente a la televisión viendo una cosa u otra. Si yo estoy viendo a una persona constructiva, a lo mejor mi cerebro se va a enriquecer con el contenido, pues esa persona me está transmitiendo mucho más que esas palabras y mi cerebro va a intentar replicar ese cerebro.

Pero si esa persona a lo mejor no me aporta tanto… Esto, por ejemplo, lo estamos viendo con los videojuegos que son violentos. No hablo de los videojuegos en general, hablo de los que son violentos. Se ha observado que un rato de videojuegos violentos, por ejemplo, ya produce alteraciones en el cerebro que se mantienen durante horas. Imagínate si esto es de forma regular.

-¿Y la comunicación a través del sistema hormonal? 

-Respecto a esa comunicación que sucede a través de las hormonas sucede lo siguiente: si yo estoy muy estresada, hay una mayor presencia de un tipo de hormonas que acompañan ese proceso de estrés. Si yo estoy muy alegre, hay otro tipo de hormonas que es el correlato biológico de esa situación. Pues eso se comunica también entre los cuerpos.

Esa reciprocidad fisiológica es máxima entre padres e hijos. Es decir, si la mamá está estresada, el hijo o la hija adolescente ven ese estrés, lo incorporan y reproducen. Con los papás sucede lo mismo. Luego hay otra idea que es muy bonita, que es la comunicación entre los corazones. De hecho, mientras tú y yo estamos aquí hablando y las dinámicas de nuestros corazones se están acompasando.

-¿Se acompasan los latidos? 

-No significa que latan exactamente igual, sino que hay una relación entre las dinámicas de nuestros corazones. La máxima es la de mamá y los hijos, donde sí que se produce una sincronización casi completa.

-Entonces digamos que es súper importante el cómo se encuentre la mamá que está en casa con el niño porque se le va a transmitir sus nervios o su alegría, pues tendrán que cuidarse mucho de cómo se muestran delante del niño. 

-Claro, pero no solo como se muestra que esto es lo más impactante, sino cómo está. Es una llamada a la honestidad. Porque aunque llegues un día a casa estresado y digas: «pues voy a comportarme y no voy a pegar gritos enfadadisima». Aún así, tu cuerpo está estresado y por tanto tu hijo lo va a percibir aunque tú no lo manifiestes con los gestos o las palabras. Es como el dicho, que para parecerlo hay que serlo.

Cuando fui madre, empecé a estudiar todo aquello realmente y me impactó mucho. Es decir, uno de los mejores favores que le puedo hacer yo a mi hija es estar bien.

-Pero es algo que se les olvida a las mamás, ¿no es así?

-Pero es verdad que no le estamos haciendo un gran favor el no cuidarnos a nosotras.

'Modificación cerebral'

-Esta entrevista es una llamada de atención porque realmente existe una explicación biológica. 

-Exactamente. Entonces lo que ellos buscan es que mamá y papá estén bien, porque es lo que realmente se les va a contagiar, es lo que les vamos a transmitir.

Algo que he aprendido es que cuando tengo una preocupación, o estoy con mucho estrés, pues el rato que estoy yendo hacia casa voy haciendo técnicas de respiración. Es preguntarse exactamente «qué le llevo yo a mi hija», aunque no vaya a entrar allí gritando, sino qué llevo dentro. Fíjate cómo la ciencia nos vuelve a llamar hacia dentro.

-Tu nuevo libro es en realidad un ensayo sobre cómo afecta el organismo a las neuronas. Es decir, cómo a través de factores como la respiración, las hormonas, la alimentación, la microbiota, o la postura corporal puede haber una modificación cerebral. 

-Estuve muchos años trabajando sobre las consecuencias que tenía el estrés en el cuerpo en procesos degenerativos como Alzheimer, daño cerebral. No lo habíamos estudiado bastante y siempre intentamos hacer un acercamiento muy conductual.

Empecé a estudiar la influencia que tiene el organismo sobre el cerebro para cuidar la salud mental. También hay que cuidar el cuerpo. En esta materia yo siempre digo que es el instrumento por el que suena la vida. Entonces, cuidar la salud mental también significa cuidar la dieta, aprender a respirar de una forma o de otra, cuidar nuestra postura, nuestra salud cardiovascular...

Creo que mente y cuerpo son distinguibles y, a la vez, inseparables.

-Parece como una vuelta a una medicina más hipocrática, a los orígenes puros y duros. Mi pregunta es ¿cómo ha habido un divorcio tal? Está claro que la medicina es básica, fundamental e imprescindible, pero no se puede disociar. 

-Siempre digo que no se puede separar lo que está relacionado. Esto es muy bonito si lo estudiamos desde el punto de vista de hacer un pequeño repaso de la historia de la medicina, como dices, nuestra base, que es la medicina griega e Hipócrates. Entonces todo eso tuvo una evolución, donde siempre se consideró la importancia de todos los órganos en la psicología. En el siglo XVII hubo que hacer compartimentos y estudiar el organismo por separado, aislando unas cosas de otras. ¿Por qué se empezó a desarrollar ese método científico? Gracias a René Descartes, y supuso un avance maravilloso. No estaríamos aquí sin eso. Primero hubo que separar para intentar conocer cada una de las partes lo mejor que podíamos. Pero sí que es verdad que se cometió, en mi opinión, el error de decir los separo porque están separados. No lo separo porque es más fácil empezar a estudiar por separado, sino porque están separados. Y ahora se está volviendo a integrar todo.

-Es como si hubiéramos dado la espalda durante siglos. 

-Exactamente, ha existido ese dualismo mente-cuerpo. Bueno, tuvo sus cosas muy positivas, pero creo que es más acertada esta visión.

-Más completa. 

-Más integral, claro.

-Si la microbiota, la respiración o el movimiento del cuerpo pueden afectar o modificar la capacidad incluso de la memoria, en función del estado de las emociones. ¿Cómo podríamos aplicarlo a la hora de criar mejor a nuestros hijos?

Si hablamos a lo mejor de la familia, como tú dices, podemos hacer un recorrido de abajo hacia arriba en base al libro de abajo hacia arriba. Siempre que decía esto utilizaba una frase de Galeno: Lo que está más cerca en el cielo es más elevado. Entonces lo haremos de abajo hacia arriba. Empezamos por la influencia que tiene el intestino y el estómago sobre el cerebro.

Si nos centramos en la familia, señalar que en el momento en que una mujer queda embarazada ya se empiezan a producir cambios en su microbiota. La microbiota son todos los microorganismos que habitan principalmente en el intestino. Esta no solo es importante para todos los procesos de nutrición, es importante para el sistema inmune, para el sistema endocrino hormonal, el sistema nervioso.

Durante el embarazo la microbiota de la mamá ya va a repercutir en lo que está sucediendo en ese neurodesarrollo, y también en el desarrollo posterior del niño, es decir, una vez que este ha nacido.

Sabemos que el niño, el bebé, coge la microbiota de su madre. Si nace por el canal del parto, es en ese momento donde se impregna de la microbiota de mamá. Si nace por cesárea no la toma, aunque ahora se están haciendo también algunos protocolos que intentan suplir esto.

«Se ha creado un campo que es la 'psiquiatría nutricional': cómo la dieta afecta a nuestra salud mental»

-¿Cómo podemos cuidar la microbiota intestinal? ¿Siempre nos referimos normalmente a dieta?

-Son muchos los factores que afectan en la microbiota pero, en cualquier caso, la dieta es un ingrediente fundamental. Cuando una madre gestante toma una dieta tipo comida basura de forma regular, con gran presencia de azúcares, bebidas enlatadas, aperitivos salados… está afectando a su hijo.

Cuando este pasa de bebé a niño, a lo mejor de cinco, seis o siete años, se observa que se pueden producir algunas alteraciones a nivel emocional que sean patológicas o no, no tenemos porque llegar a niveles clínicos que se han visto en bastantes, bastantes estudios. Por tanto, la dieta de la mamá embarazada influye en el desarrollo neuronal y emocional del niño.

Para entender el peso científico que tiene, esto ha llevado a la creación de un nuevo campo en la medicina que es la psiquiatría nutricional: cómo la dieta afecta a nuestra salud mental. Y ahí hablamos también de casos que sean más, más clínicos, no pues típicos procesos anímicos, sino que estamos hablando también de psiquiatría.

Es fundamental cuidar la dieta de mamá durante el embarazo y la del niño durante los primeros años y en la adolescencia. ¿Por qué? Porque la microbiota influye mucho en los factores de crecimiento neuronal y estamos hablando de cerebros en formación. Es importante saberlo porque nos preocupamos mucho de que nuestros hijos aprendan, que vayan a un cole tal y cual… pero luego en el parque, lo que vemos en la papelera son muchos papeles de diferentes colores.

-Les damos muchas cosas envueltas en plástico. 

-Sí, mucho plástico. ¿Y eso qué significa? Mucha comida procesada, tipo galletas de estas ultra azucaradas y de colores. Y eso diariamente, que este es el problema, ¿no? Por una parte los llevas a clase en un colegio determinado y por otro lado les damos eso. Vamos a ir todos en la misma dirección, ¿no?

--Siguiendo del estómago, pasamos a la respiración.

-Seguimos hacia arriba. A la respiración tenemos acceso directo, la podemos modular a nuestra voluntad. Eso significa que al modular la respiración ponemos en juego diferentes partes del cerebro, como es la corteza frontal. Esto se publicó por primera vez en el año 2017 en la revista Science. Sabemos que la forma que tengamos de respirar influye en las áreas cerebrales que están involucradas en la atención, en la memoria y en las emociones. Las tres gigantes.

Entonces, si respiro de una forma, voy a tener más recursos neuronales dedicados a ello. Si respiro de otra forma, a lo mejor tengo un poco menos. La respiración potencia esa capacidad de memoria y atención, a través, por ejemplo, de las técnicas de meditación. Aprendamos a moldearla.

Además, a nivel emocional es imprescindible, porque somos seres emocionales.

-Me llaman la atención dos cosas, que este artículo sea prácticamente de antes de ayer, y que nadie nos enseñe a respirar, y menos a los niños, siendo tan importante a la hora de la atención y de la memoria y afectando a unas áreas tan relevantes en el aprendizaje. 

-Pero fíjate que a nivel científico es cuando se ha descubierto, cuando hace millones de años ya se sabía.

-Siempre hemos sabido que a través de la respiración se puede modular la ansiedad. 

-Exacto. Pero se ha descubierto en el sentido de que aquellos que lo están investigando, la inmensa mayoría no tiene conocimiento de lo que ya se había dicho en otras tradiciones. En el mundo del yoga ya se conocían los pranayama. Lo que ha pasado es que ahora lo han visto científicamente. Ya se sabía que lo habían dicho, pero de repente se ha descubierto que la respiración es buena para el cerebro.

Ya lo decían miles de años antes. Pero hay que decir que cuando se publica este artículo en 2017, fue muy acertado que llamaron a estas vías anatómicas las vías ascendentes pranayama, en honor a todo ese conocimiento previo. Pero este homenaje a otras culturas no siempre sucede.

De hecho, yo siempre me quejaba de que estudié mucho pero nadie me enseñó qué hacer conmigo misma. Pero claro, es que la visión era: «Hay que aprender matemáticas, inglés…». El resto lo habíamos apartado.

Pero ahora ya tenemos esa parte en nuestra cultura científica, ese aval, si queremos llamarlo así, de que la respiración influye. No sé qué estamos esperando para incluirlo, desde el cole, en los contextos laborales, que a veces son muy estresantes, o estamos muy cansados… Está más que demostrado que tiene unos beneficios inmensos a nivel cognitivo y emocional.

-Es una técnica súper a mano, gratuita… 

-Claro, claro. Lo que a mí me parece que tiene una potencia tremenda. No hace falta ir a ningún lado. Yo no la haría en el metro, pero sí en cualquier sitio que esté medianamente limpio y donde uno esté un poco tranquilo.

-Pasamos de los pulmones al corazón.

-¿Por qué se dice que el rey del corazón es el cerebro? Yo creo que es el corazón. Es el que manda. Esto es muy bonito. Nosotros hicimos eso en el primer estudio que hicimos sobre la influencia del corazón sobre el cerebro con personas con Alzheimer, donde se veía que la relación corazón-cerebro estaba deteriorada. El corazón está muy, muy relacionado a la percepción.

Si las neuronas cerebrales no responden al latido del corazón, yo pierdo la percepción. Esto es lo que le pasa a personas con Alzheimer, ¿no? Cuando se deteriora esa relación corazón cerebro, no procesamos. La información la veo, pero no la proceso, por tanto, no puedo hacer nada. Lo que dice ahora el contexto científico es que el corazón está involucrado, sobre todo en esa subjetividad, en cómo veo yo las cosas, desde donde las veo...

Siempre ha habido una especie de «guerra» entre los cardio centristas y cerebro centristas.

-Podemos concluir que el cerebro, gracias a todos los órganos, puede funcionar mejor y que por tanto, debemos cuidar el cuerpo para ayudar a nuestros hijos a crecer mejor.

-Saber sobre todo que su estilo de vida está influyendo en su salud mental, en cómo perciben el mundo. Eso es muy importante.

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