Volver a la madera para concienciar desde pequeños: «El juguete ecológico no tiene por qué ser aburrido»

Quizá pueda sonar hasta arriesgado, pero Pablo Saracho, el creador de Wodibow defiende que en este momento, casi cualquier producto lo es. Entonces, ¿por qué lanzarse a esta aventura cuando nos adentramos cada vez en una sociedad más y más tecnológica? «Este tipo de productos los consideramos de medio plazo, se trata de un mercado que, en España, está en etapa de maduración», cuenta. Según sus estudios, se trata de un mercado con gran potencial, ya que los datos de países de nuestro alrededor así lo demuestran.

Los de Wodibow son juguetes de diseño 100% ecológicos con 0% plástico, diseñados en madera. Su éxito (exterior) lo demuestran sus siete premios en los certámenes de diseño más importantes del mundo, debido en parte a su perfil minimalista e innovador. Y es que, salvar el planeta, en sus propias palabras, requiere «valentía, agilidad y lo último en tecnología ecológica». Su éxito (real), se mide en las horas que consiguen viajar con los más pequeños alrededor de todo el mundo.

Tal y como explica Saracho, su intención no es «convencer a los padres», sino dirigirse a un público que ya piensa que sus hijos necesitan «desarrollar más la imaginación, experimentar más con productos naturales, desarrollar una conciencia hacia el medio ambiente y despegarse de las pantallas». Con el desarrollo de la tecnología, todas las industrias han cambiado, y la del juguete no es una excepción. «En nuestro caso, como ocurre en todo, los materiales de calidad, naturales y sostenibles son los que hacen que un producto sea más costoso y también que tenga más valor y permanencia. Menos cosas pero mejores: generar menos basura», describe el creador de Wodibow.

¿Qué beneficios pueden tener respecto a otros dispositivos estos juguetes de madera? «Lo que pretendemos es dar respuesta a la necesidad de unos juguetes que sean bonitos en sí mismos, que ayuden a desarrollar la imaginación de una forma más libre, que nos vuelvan a poner en contacto con la naturaleza y que sean semillas para una conciencia hacia el medio ambiente», cuenta Saracho. Los Green Riders en particular son juguetes de aventuras «que van a demostrar que el juguete ecológico no tiene por qué ser aburrido y puede estar cargado de aventuras, sin necesidad de recurrir a personajes de la televisión que condicionan el juego con las historias y personajes que ya han visto. Aquí desarrollarán sus propias aventuras y su imaginación», zanja.

Los Green Riders son pilotos de carreras traen consigo un imaginario creativo para vivir miles de aventuras salvando el planeta a bordo de sus vehículos eléctricos, alimentados con energía limpia no contaminante. Estos pilotos son exploradores y aventureros intrépidos que, por tierra, mar y aire, acudirán a gran velocidad, a cualquier lugar donde se les necesite.

La colección cuenta con 5 vehículos que simulan en madera todos los tipos de movilidad sostenible : coche, moto, velero, helicóptero y submarino y todos ellos incluyen a uno o dos pilotos a bordo del vehículo. Una vuelta de tuerca a los juguetes clásicos que solo necesitan de la imaginación para funcionar. Toda la colección está producida de forma sostenible, con pintura libre de tóxicos y es apta para niños a partir de 3 años. PVP desde 22,90€.