«Los socorristas no somos los cuidadores de los niños»
Para José Antonio Escandell, socorrista en Palma de Mallorca, lo más importante es que los padres no quiten ojo de sus hijos
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Padres que duermen la siesta en la tumbona o que se van al bar del hotel mientras sus hijos deambulan sin protección alguna por los bordes de la piscina , o bebés de tres años que acceden solos a instalaciones de parque acuáticos destinadas a adultos... Todo eso y más ha visto José Antonio Escandell durante sus años de socorrista en Palma de Mallorca. «Más de una vez hemos tenido que actuar y al rato nos hemos vuelto a encontrar al niño en las mismas circunstancias,pero paseando con su hermano mayor. Hay familias que se creen que el socorrista es el cuidador de su hijo ». Para Escandell, lo más importante es que los padres «estén siempre con sus hijos, porque no puedes fiar la seguridad de tus hijos al azar, o al socorrista, que es un profesional que tiene que vigilar espacios donde a veces conviven más de cien o doscientas personas nadando a la vez», insiste.
MARATON OJO PEQUE AL AGUA#MaratonOjoPequeAlAgua
— Policia Alboraia (@PoliciaAlboraia) 28 de julio de 2018
No existe mejor prevención ante el ahogamiento que tus ojos, ni mejor salvavidas que tus brazos: disfruta de sus juegos en el agua #OjOPequealAgua pic.twitter.com/wuZDlfdCF3
De momento, en lo que va de temporada, solo se ha encontrado con una situación grave. «Un niño incosciente en el fondo de la piscina, con principio de ahogamiento. Por fortuna, le sacamos del fondo y lo conseguimos estabilizar. Todo fue en unos segundos y no ha habido secuelas que lamentar. Porque esa es la otra cara de la moneda –reconoce este profesional– las secuelas neurológicas de las personas, en este caso los niños, que han podido estar privados de oxígeno durante unos minutos», relata. Otro aspecto en el que Escandell hace hincapie es en lo que denomina «entradas al agua de forma incorrecta», que afectan, principalmente, al colectivo adolescente. «Entrar de cabeza en zonas de poca profundidad puede tener consecuencias nefastas. Me refiero al riesgo de sufrir una lesión medular grave. Mi consejo es que siempre, siempre, antes de lanzarse, investiguen si cubre o no cubre más de 1.50 metros».
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