«Siempre hay que planificar la introducción de esa tercera persona en la vida de los hijos»
La integración «ha de hacerse con tacto y progresivamente», según Mª Ángeles Peña, psicóloga del Instituto Médico Legal y Ciencias Forenses de los Juzgados de Familia de Málaga
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Uuna de las consecuencias del creciente número de divorcios en España es la aparición de las denominadas «familias reconstituidas» , es decir aquellas donde uno o ambos miembros de la pareja aportan a esta nueva unión algún hijo de otra relación anterior. Se configuran así núcleos familiares con unas características muy especiales, pues parten de normas y hábitos preexistentes en las familias anteriores. La integración de la nueva pareja, a veces, no es fácil y siempre es necesario planificarla adecuadamente. La introducción en la vida de los hijos de esa tercera persona ( la «madrastra» o el «padrastro» en terminología literaria de nuestra infancia) ha de hacerse con tacto y progresivamente, a ser posible cuando la relación esté suficientemente consolidada.
Los hijos deben saber que ello no supone renunciar a su padre y/o madre, ni se le debe asignar ese papel a la nueva pareja. Lamentablemente, algunos ex cónyuges viven esa novedad como una usurpación de su rol , apareciendo celos derivados de las relaciones que sus hijos mantienen con la nueva persona, no aceptando que ésta participe en su educación; incluso algunos menores aprovechan esas situaciones en su propio interés y manipulan a todos los adultos. Otras veces, no se acepta la libertad del ex cónyuge para construir una nueva familia y se rompe la comunicación o se inicia una nueva etapa de conflicto interparental, dando lugar a interferencias en los hijos que dificultan su integración en el nuevo núcleo familiar.
Lo recomendable sería que el progenitor «externo» facilite a sus hijos el «permiso psicológico» para relacionarse con la nueva pareja y que éstos no sientan que traicionan o decepcionan a su madre/padre. Las «familias reconstituidas» son una estructura familiar real, un reto donde cada uno tiene su función; desempeñarla bien es lo mejor para los hijos .
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