Los seis tiempos necesarios para conectar con los adolescentes cada día durante la cuarentena
Pedro Molino, tutor y gestor de contenidos de la Universidad de Padres online, explica en detalle cómo los jóvenes pueden convertirse en los mejores aliados de los padres
Los adolescentes tienen cierto estigma de rebeldía lógica porque desean encontrar su propia identidad frente a los padres. Pero, en situaciones difíciles como las de ahora, si se les implica, pueden ser unos grandes aliados, los mejores «héroes» de la familia , el puente con los hermanos pequeños… ¿Vamos a ver cómo podríamos implicarlos en una organización familiar en esta obligada confinación en casa?
La Universidad de Padres online viene advirtiendo desde hace años, que nuestros hijos vivirían en una sociedad VUCA (volátil, incierta, cambiante y ambigua) y que, por eso, debíamos de prepararnos los padres para educarlos con más fortalezas, capacidades, valores y personalidad. ¿Cómo? Con amor responsable, con estímulos y exigencias, con recursos personales y sociales.
Esta crisis (sanitaria y económica) ya es, lamentablemente, uno de esos grandes retos de la sociedad VUCA .
Estos son algunos de nuestros consejos:
— La familia tiene que estar más unida que nunca en esta situación. Gestionar el reto que supone estar durante semanas en casa, sin salir, lo es. Especialmente para niños menores de cuatro años que no puedan entender por que no salen al parque, para niños hiperactivos y para adolescentes acostumbrados a salir a la calle y encontrarse con sus amigos.
—Solo una buena comunicación fluida, emocional y razonable puede ayudarnos a evitar en familia las posibles tensiones forzosas producidas por estar recluidos en el hogar, especialmente si, además, este tiene un espacio reducido como las viviendas en bloques de pisos.
—Recurrir a unos buenos hábitos de familia puede ayudar a gestionar mejor el tiempo y la sensación de que todos cooperamos, porque podría darse la tentación de «huir» simbólicamente hacia Internet o los videojuegos como única «salida» posible para «matar» el tiempo abusando de las tecnologías.
—Cada hogar puede tener sus variables, pero para el común de los mismos, mi consejo es que se aproveche el desayuno de las mañanas o las comidas para comunicarnos, dando la palabra a todos, ejercitando la escucha activa, haciendo conscientes a los hijos de que nos importa su salud y su futuro… y para poner en común impresiones, sensaciones y tareas del día, frenando miedos obsesivos y manteniendo la esperanza en que saldremos de esta crisis.
—Los adolescentes están pasando una etapa en la que su cerebro, literalmente, se reestructura y pueden dejarse llevar por sus emociones más primarias de rabia o rebeldía …, pero también ser capaces de proyectar su sentimiento de heroicidad y sus valores prosociales. Debemos tener en cuenta que en estos días pueden pasar por distintas oscilaciones emocionales. Nuestro consejo es que evitemos alterarnos, intentando comprender lo que sienten para «sintonizar en su misma onda» con lo que sienten y, después, ayudarles a modular e integrar sus emociones, así como su capacidad de razonar, elegir y decidir.
—Mi propuesta es que se realicen lo que llamo una «Asamblea familiar» , para que en ella se acuerde el programa de actividades del día, una reunión donde se les haga sentir a los hijos que entendemos sus dudas, sus miedos, sus opiniones…, aunque la decisión de mantenerse en casa no pueda alterarse, porque no es negociable.
—La pasividad no es buena. Por eso proponemos dividir la jornada en 6 tiempos, lo que nos puede dar un sistema horario que nos resulte más llevadero para no caer en un desorden ansioso e insorportable. La pasividad no favorece el fortalecimiento del carácter que necesitan nuestros hijos. Él o ella puede ser el o la responsable de coordinar uno o varios de estos momentos especiales del día para «descargar» el exceso de obligaciones del padre o la madre (si tienen que ir ambos o uno de los dos a trabajar fuera, o si tienen que realizar tareas acordadas de teletrabajo).
—Primer tiempo: Gimnasio doméstico, momento de actividad física. Se trata de usar el espacio que sea más apropiado para hacer ejercicios físicos de estiramientos, flexiones, musculación con los elementos que dispongamos o simulemos, con aparatos o sin ellos, con o sin ayuda de vídeos de Youtube o de Wii Sport… Si se pueden combinar ejercicios de pilates, con yoga para niños o meditación, mucho mejor.
—Segundo tiempo: Higiene y limpieza: La crisis del coronavirus es una oportunidad para explicarle a nuestros hijos la importancia de mantener medidas higiénicas de limpieza de manos, de cuerpo, de ropa y del hogar para la salud. En esta tarea puede y debe colaborar toda la familia según su edad y responsabilidad.
—Tercer tiempo: Escuela en casa: Cada niño hará sus tareas de acuerdo con lo que se haya previsto en su colegio, de su nivel educativo o de sus necesidades o dificultades educativas.
—Cuarto tiempo: Tiempo de lectura: leer un libro apropiado a cada edad les permitirá «salir» a otros mundos imaginarios, mejor si es de aventuras emocionantes. Leer les permite mejorar su comprensión lectora y su vocabulario, su empatía y sus valores, su imaginación y, por tanto, su creatividad. Si el adolescente no tiene el hábito de leer se puede hacer un «momento de lectura compartida», iniciando el adulto la lectura en voz alta para implicar en la trama al joven que escucha de tal manera que desee seguirla sin esperar a otro día. Conocer las intrigas o el desenlace de «La isla del tesoro» de Stevenson o de alguno de los magistrales cuentos de Edgar Allan Poe, pueden mejorar en ellos la percepción de lo fantástica que es la buena literatura, leída por placer y no por obligación. Investigar luego en Wikipedia o en Google más información sobre estos u otros libros, le ayuda a comprender que el conocimiento está vinculado en redes de información.
—Quinto tiempo: Laboratorio de Creatividad. Proponerle a los adolescentes que exploren su imaginación para producir cosas nuevas y creativas es un reto que les interesará. El abanico de posibilidades es muy amplio, creatividad expresiva (escribir un relato, un poema, componer una canción, pintar un dibujo o realizar un comic, imaginar una serie de fotos originales para hacer con el móvil y compartirlas con los amigos, escribir un guión de vídeo o grabar un postcad,…), o creatividad técnica o tecnológica (imaginar una pieza mecánica y montarla, un circuito eléctrico o un robot simple de Lego, idear un posible videojuego aunque tenga que pedir ayuda por Internet a jóvenes programadores…) o de ciencia-ficción científica (cómo detectar la presencia de virus en el entorno por campos magnéticos o inventar vacunas para cualquier cosa según la física cuántica… siendo ellos los héroes principales de esa historia imaginaria… )
—Sexto tiempo: Hora de Ocio: con la opción de tener juegos individuales, o compartidos, escuchar música, ver una película juntos y debatirla, dedicar a las redes sociales y a mostrar por teléfono, mail o videoconferencias… el interés y el afecto que sentimos por amigos y familiares que no podemos ver en estos momentos.
Estos tiempos se pueden distribuir a lo largo de la jornada, haciendo breves descansos entre uno y otro, y manteniendo buenas conversaciones en las comidas, a ser posible sin interferencias de la televisión u otros medios. La gestión de nuestros miedos y la autodisciplina será mejor cuanto más control y cooperación demostremos sobre este plan. Y la clave más importante para los adolescentes: reforzar las tareas bien hechas, hacerles sentir que confiamos en ellos y que los necesitamos para ayudarnos a mantener el ánimo y la armonía en la familia, porque cuanto más tiempo pase, más crecerá la ansiedad de no salir a la calle. El día que podamos hacerlo valoraremos que la libertad no es un bien egoísta de uno, sino un espacio éstico y social compartido por todos.
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