Familia
Odio al diferente y ataques en manada, así pueden atenuarlo los padres
Consejos de una psicóloga para trabajar en el ámbito familiar la empatía y la aceptación de los demás para acabar con el discurso de odio
Qué es el síndrome de Asperger, el trastorno que padecía el joven asesinado en Madrid
En las últimas semanas el grueso de la sociedad española aún se pregunta la razón por la que una turba violenta asesina a un joven en plena calle bajo el grito de maricón. ¿Por qué se señala la condición de asperger de un joven rapero asesinado en Madrid?, ¿por qué unos jóvenes humillan y agreden a otro por ser autista?
El rechazo y el odio al que es diferente parece estar bajo estas acciones, pero podría parecer que por sí solos podrían no tener la fuerza suficiente para inducir a cometerlas. Haría falta, a simple vista, un añadido de violencia. Al respecto, y según la psicóloga y directora técnica de Clínicas Origen, Pilar Conde, existen personas que muestran frialdad afectiva , falta de empatía y ausencia de respeto por los derechos fundamentales de los demás. Si sumado a esto, quien las comete se caracteriza por ser una persona violenta, con prejuicios exacerbados hacia algún colectivo, se van incorporando elementos que pueden incitar a cometer este tipo de delitos.
Esos prejuicios, ideas preconcebidas negativas y discriminatorias , son la base sobre la que se construye la homofobia y el rechazo a los que son diferentes o simplemente minoría. La razón de que pervivan en nuestra sociedad, a pesar de la globalización y del intercambio de ideas en internet es, según Conde, porque « se aprenden desde pequeños y se van reforzando a lo largo de los años, a través de pequeños comentarios, conversaciones, acciones, que van fortaleciendo la aversión hacia la homosexualidad, las personas con problemas de salud mental o los miembros de otra raza».
Son hechos aislados, pero muy significativos, ante los que «ni la educación, ni las instituciones, ni otros recursos, grupos y medios de impacto llegan a impactar en la medida necesaria para provocar el cambio necesario, o incluso en ocasiones, refuerzan e incentivan el prejuicio».
La acción grupal es otro factor que está llamando poderosamente la atención de los psicólogos. Los ataques en manada en relación a la libertad sexual que se vivieron el pasado año parecen repetirse ahora. Para la psicóloga, en estos casos «el grupo se protege y apoya en sus creencias, y son capaces de trasgredir limites violentos, no respetando los derechos ajenos, mostrando falta de empatía, de manera conjunta, reforzándose y apoyándose entre ellos, lo que todavía es más peligroso , dado que la victima se queda en un punto totalmente vulnerado y sin opciones de defensa».
También se analiza la presencia del alcohol en algunos de estos episodios, aunque no hasta el punto de justificar su origen, ya que, para la experta, el alcohol potencia la agresividad, dado que desinhibe, pero no debería de justificar el acto violento . Para que se generen esos altos niveles de agresividad tiene que existir el germen previo de la misma.
Lo mismo sucede con las redes sociales, que sirven para amplificar los mensajes homófobos y racistas. Si no existe el perjuicio, estos canales digitales de comunicación serán usados correctamente, incluso como vehículos de denuncia y manifestación contra la intolerancia.
También resulta vital que desde casa, y en aras de prevenir estos comportamientos y fomentar la aceptación y la normalización del otro, trabajemos desde edades tempranas. El hogar es uno de los elementos clave en el cambio. Los padres, madres, hermanos mayores y el resto de familiares, tienen un impacto significativos en el desarrollo de los valores personales y de los prejuicios.
Por este motivo, Pilar Conde apunta estos consejos para poner en práctica en el entorno doméstico:
—Hablar de las diferentes opciones respecto a la orientación sexual desde que el menor se pregunte acerca de las relaciones de afectividad entre parejas.
—Integrar comentarios en el desarrollo inclusivos y de diversidad sobre sexo, religión y raza.
—Comentar actitudes y comentarios intolerantes que puedan verse en la noticias, en otras personas con las que podamos coincidir. Y defenderlas desde el respeto y la inclusión.
—Conversar e ir comprobando como van desarrollando sus constructos y plantear preguntas que les lleve a la reflexión y a la ruptura de prejuicios.
—Por último, importante también: las sinergias entre padres y educadores , así como la unificación de criterios en torno a los derechos individuales entre los distintos tipos de escuelas.
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