Las nueve formas de violencia a las que niños y adolescentes se enfrentan en internet

Save The Children ha elaborado un informe para visibilizar los peligros que esconde el entorno digital

S. F.

Siete de cada diez jóvenes en España, de entre 18 y 20 años, aseguran que han sufrido violencia «online» en su infancia, según el informe «Violencia viral» elaborado y presentado por Save The Children esta semana.

La organización estima que alrededor de 529.000 menores habrían sido víctimas de ciberacoso y otros delitos cuando no superaban la mayoría de edad. Para tratar de frenar los casos de este tipo en el documento se han identificado las principales formas de violencia a las que niños, niñas y adolescentes se enfrentan cada día en internet.

Cuidar la comunicación familiar, establecer los contenidos adecuados y fomentar el pensamiento crítico en los más jóvenes son tres de las armas más útiles en estos casos.

1

«Sexting» sin consentimiento

El término «sexting» se utiliza para denominar el intercambio de mensajes o material online con algún tipo de contenido sexual. Esta práctica se convierte en una forma de violencia cuando no es consentida por alguna de las partes implicadas.

En España, casi un 20% de los jóvenes de entre 18 y 20 años ha participado alguna vez en este intercambio y la media de edad en la que se hace por primera vez se sitúa entre los 14 y los 16 años en la actualidad. Save The Children estima que alrededor de 50.000 adolescentes sufrieron esta violencia viral durante su infancia.

El problema del «sexting» reside en los altos riesgos que conlleva y el desconocimiento que pesa sobre ellos. De hecho, en el momento en el que el mensaje es enviado, escapa del control de la persona que lo ha mandado. El contenido puede ser compartido a otros sin que el emisor tenga conciencia de lo que pasa con ese material audiovisual.

2

Sextorsión

El término sextorsión ocurre cuando una persona chantajea a un niño, niña o adolescente con la amenaza de publicar contenido audiovisual o información personal de carácter sexual que le involucra de algún modo.

Mensajes de texto con contenido privado, fotos comprometidas e, incluso, vídeos («sexting») son algunos de los materiales interceptados por los que los chantajistas suelen pedir una determinada suma de dinero , aunque en algunas ocasiones obligan a la víctima a enviar más para evitar que los secretos sean divulgados.

En uno de cada cuatro casos la persona responsable es la pareja o expareja, suele ocurrir por primera vez entre los 14 y los 15 años, y puede durar horas, meses o años . La Policía Nacional aconseja a las víctimas denunciar lo ocurrido en comisaría y, si son menores de edad, explicar lo ocurrido a sus tutores.

3

Violencia «online» en la pareja o expareja

Save The Children define este tipo de violencia como el conjunto de comportamientos repetidos que pretende controlar , menoscabar o causar daño a la pareja o expareja. Es muy probable que sus protagonistas también lo sufran o provoquen en el mundo físico.

Control de las redes sociales y de la ubicación de la víctima, apropiación de sus contraseñas, difusión de sus secretos e información comprometida, insultos y amenazas son algunas de las formas en las que puede llevarse a cabo este tipo de violencia.

4

Ciberacoso o «cyberbullying»

El ciberacoso o «cyberbullying» es una forma de acoso entre menores de edad , que consiste en comportamientos repetitivos de hostigamiento, intimidación y exclusión social hacia una víctima a través de mensajes, imágenes o vídeos, que pretenden dañar, insultar, humillar o difamar.

Se estima que en España casi el 40% de los jóvenes sufrieron este problema en su infancia y suele ocurrir por primera vez entre los 8 y los 9 años de edad.

Es una extensión del acosos tradicional en el que no hay contacto directo cara a cara. Se prolonga más en el tiempo a causa de la viralización del contenido mediante su difusión y es un delito que puede tener hasta pena de cárcel.

5

«Happy Slapping»

La «bofetada feliz» es la grabación de agresiones en vídeo con la finalidad de difundirlo después a través de las redes sociales o de Internet. Es un término que nació en Reino Unido y que se ha extendido alrededor del mundo en los últimos años.

En el 61% de los casos, los agresores conocen a la víctima. Lo que a priori se percibe como un juego es una grave forma de violencia física y posteriormente «online».

En este caso, no solo cometerá delito quien agrede, sino que también puede existir responsabilidad penal , igual que en el caso del «sexting», por la difusión de las imágenes sin consentimiento.

6

«Online grooming» o ciberembaucamiento

«Online grooming» o ciberembaucamiento es un delito por el cual una persona adulta contacta con un niño, niña o adolescente a través de internet con el objetivo de involucrarle en una actividad sexual. Suele sufrirse por primera vez a los 15 años.

Los actos encaminados a conseguir el objetivo también llevan este nombre. El proceso en el que se establece el vínculo de confianza es muy similar al abuso sexual infantil físico.

7

Exposición involuntaria a material sexual y/o violento

Uno de cada dos menores de edad recibe este contenido de forma totalmente involuntaria, informa la ONG en «Violencia viral». Escenas sexuales o violentas aparecen ante los ojos de los más jóvenes cuando realizan una búsqueda o tratan de descargar algún archivo totalmente ajeno a ese tipo de contenido.

Desconocidos, familiares y amigos también pueden ser quienes envíen este material a la víctima. Si la persona obliga a mirar al menor estaríamos ante una forma de exposición denominada exhibicionismo .

8

Incitación a conductas dañinas

Niñas, niños y adolescentes pueden verse afectados por ciertos contenidos que descubren a través de internet, y esta exposición puede afectar a su salud e integridad física.

Existen plataformas que promocionan comportamientos como la autolesión o los trastornos alimenticios, por ejemplo, dando consejos sobre cómo llevarlos a cabo.

9

«Sharenting»

La sobreexposición de los menores en internet («sharenting») es una práctica de alto riesgo en la que madres y padres exponen públicamente la vida de sus hijos en la red.

Lo que en principio parece una costumbre inofensiva, puede tener graves consecuencias para las vidas de los más pequeños de la casa. Aunque no es un tipo de violencia, puede tener un alto coste para las niñas y los niños involucrados.

Save The Children ha iniciado la firma de una petición contra la violencia «online» en su página web y ha resaltado la importancia de un control parental sobre los más jóvenes en el entorno digital para poner fin a prácticas de este estilo.

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