Una mujer da a luz el mismo día en el que descubre que está embarazada de 38 semanas
Pia Rapusas tiene el síndrome del ovario poliquístico y no presentó los síntomas propios del embarazo
Dicen que cada embarazo es un mundo, que no hay dos iguales y que a cada mujer le afecta de diferente manera. De ello puede dar fe Pia Rapusas, una joven filipina de 38 años que, sin saberlo, se convirtió en madre el pasado 8 de mayo.
La historia de esta mujer y su marido, Jonathan Rapusas, está dando la vuelta al mundo. Y no es para menos. La pareja, que se casó en el año 2012, sorprendió a sus familiares y amigos cuando publicó en Facebook una llamativa publicación que muchos calificaron de broma: Pia había dado a luz el 8 de mayo, el mismo día que descubrió que estaba en la semana 38 de embarazo .
En una entrevista con « Smart Parenting «, Jonathan explica qué pasó en esos días y por qué no se dieron cuenta de que iban a ser padres. Todo se debe a que la joven tiene el síndrome del ovario poliquístico (SOP), un trastorno común que afecta a entre el 5% y 15% de las mujeres en edad reproductiva. Se caracteriza por pequeños quistes en los ovarios. Los síntomas incluyen periodos irregulares, problemas de ovulación, aumento de peso y el crecimiento excesivo de vello. De hecho, las mujeres con SOP son más propensas a necesitar un tratamiento de fertilidad para poder concebir. Por ello, la pareja jamás pensó en que podrían estar embarazados.
Sin embargo, tal y como relata Jonathan, Pia empezó a sentir el 6 de mayo « dolor abdominal ». Ambos pensaban que se debía a la grave dismenorrea de la joven, que también presentó vómitos. Pero todo lo asociaron con sus problemas menstruales.
What a crazy and amazing month of May this has been for me and my wife. As this month ends I want to express my...
Publicado por Jonathan Rapusas en Domingo, 31 de mayo de 2020
Tuvieron una cita online con el médico ese mismo día, que le recetó unas pastillas. Al día siguiente empezó a tomárselas y aunque los vómitos desaparecieron, el dolor de tripa seguía.
El 8 de mayo, Pia todavía estaba mal. Y sospechaba que estaba embarazada así que se hizo dos test de embarazo en casa: ambos dieron positivo.
Así, decidieron acudir al hospital, pues los dolores no habían cesado y teniendo en cuenta que estaba embarazada, quería seguir las recomendaciones oportunas. Sin embargo, no les dio tiempo.
A su llegada al centro, la joven fue sometida a nuevas pruebas para confirmar el embarazo. Dio positivo y fue trasladada a obstetricia. « Señora, puedo sentir la cabeza », le dijo el doctor. «¿Bromea?», respondió ella. Incrédula, Pia y su marido habían conseguido, sin saberlo, lo que tantos años llevaban persiguiendo.
Jonathan, mientras, estaba en la sala de espera. «Cuando me llamaron, me dijeron que Pia estaba lista para dar a luz», comenta Jonathan. «El jefe del departamento no dijo: 'Estás a punto de dar a luz así que ¿vas a hacerlo aquí o en otro hospital?». Estaba dilatada de 3 centímetros.
Un embarazo a término y sin síntomas
El primer pensamiento que pasó por la mente de Jonathan fue que iban a tener un bebé prematuro . «Los médicos preguntaron cuándo tuvo la última regla. Fue en febrero así que creía que tendríamos un bebé que nacería antes de tiempo». Sin embargo, no fue así: Pia estaba ya en la semana 38 de embarazo. Es decir, su bebé nació a término.
En realidad, la joven no tuvo la regla en febrero. Simplemente, fueron unas pérdidas. Unido a que según Jonathan, su mujer no aumentó de peso durante el embarazo, nada hizo sospechar a la pareja de que serían padres. «El único síntoma de embarazada que observé fue que se había vuelto un tanto quisquillosa con la comida . Siempre bromeaba con que estaba embarazada, pero lo descartaba», explica el joven.
Se trata de un caso de « negación del embarazo »: una gestación sin síntomas. El pequeño Isaías David nació vía cesárea el 8 de mayo con 3,2 kg de peso . Aunque estuvo unos días ingresado en neonatos al ingerir su propio meconio, se encuentra perfectamente.
«Ahora ya podemos disfrutar del proceso sin atajos. Hemos estado esperando este momento siete años. Es mucho tiempo, pero Dios nos preparó para ser padres en el momento adecuado. Solo queremos continuar con el milagro que nos ha sido dado», dice Jonathan.
