¿Por qué Montessori es uno de los métodos mejor reconocidos para la etapa de infantil?

Por Lucy González, coordinadora de Infantil y Montessori de TEMS (The English Montessori School)

S. F.

Seguramente hayáis escuchado alguna vez hablar del método Montessori y de los grandes beneficios que aporta en la educación y desarrollo de los niños, ¿pero a qué se debe realmente este reconocimiento? La pedagogía Montessori tiene como principal objetivo conseguir maximizar el desarrollo de cada niño mediante el fomento de sus habilidades personales, siempre acordes con su propia personalidad. Este sistema de enseñanza busca que los niños crezcan en un ambiente feliz e independiente que les permita ejecutar por sí mismos diversas tareas , adaptadas a su nivel, y avanzar hacia la creación de su propio pensamiento.

Esta novedosa y eficaz visión de la educación, en la que predomina la independencia y autonomía de los más pequeños desde edades tempranas, le ha llevado a convertirse en una de las pedagogías más valoradas y aplicadas en el mundo. María Montessori, su creadora, señalaba tres ingredientes fundamentales para que esta pedagogía funcione: un ambiente adecuado, en el que los niños potencien su desarrollo de manera autónoma, un guía humilde, ya sean los padres o lo profesores, que respeten la velocidad y el proceso de aprendizaje de cada niño, y el acceso a materiales y actividades específicos que potencien su crecimiento y aprendizaje. Pero ¿por qué este método es realmente eficaz desde la etapa infantil?

De los 0 a los 6 años, es cuando mayor potencial tiene la mente para desarrollar su conocimiento de forma inconsciente. Esta etapa de aprendizaje es denominada por María Montessori, como la etapa de la «mente absorbente» . Por lo que, durante los primeros años de vida, es crucial sumergir a los niños en un ambiente de libertad y autonomía que les permitirá en un futuro progresar en su vida personal y profesional de la manera más óptima posible.

Los padres y los profesores son los encargados de aplicar la pedagogía durante todo el proceso de aprendizaje de los más pequeños, confiriéndoles la independencia necesaria para tomar sus propias decisiones. Además, tal y como señalábamos anteriormente, el ambiente es uno de los aspectos claves a tener en cuenta para que los niños crezcan en un entorno feliz .

Algunas de las características que este debe tener son:

-Ordenado. Mantener una rutina y un espacio ordenado es esencial para el correcto progreso del cerebro de los niños.

-Realista. Los niños deben sumergirse en un ambiente realista, adaptado a su edad, que refleje con exactitud la vida y actividades de cualquier persona adulta, siempre bajo la supervisión de un tutor.

-Estructurado. En función de la edad y del nivel de progreso del niño, el ambiente deberá adaptarse a sus nuevas necesidades, enfrentándose así a nuevos retos.

-Tranquilo. En un ambiente sin ruidos ni gritos, los niños trabajarán de forma más concentrada y eficaz, focalizándose mejor en la tarea.

- Natural. En este ambiente, los niños desarrollarán su creatividad, empatía y aprecio hacia otros seres vivos.

Gracias a la realización de actividades basadas en esta pedagogía los niños desarrollarán además de su creatividad, independencia y pensamiento crítico , áreas como el lenguaje, las matemáticas, lo sensorial o la vida práctica, brindándoles las claves para su posterior y efectivo desarrollo personal y profesional.

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