Madres que educan solas, una «diana especial» para los hijos violentos
Un experto aboga por educar en valores para prevenir la violencia filioparental
El confinamiento por la pandemia de covid-19 provocó un agravamiento de los casos de violencia filio-parental , que según ha dicho a Efe el experto en derecho penal Alfredo Abadías solo se puede prevenir con la educación en valores, como el respeto a la autoridad y la tolerancia a la frustración. Abadías es profesor del Máster en Derecho Penal Económico de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y vocal de la Sociedad para el Estudio de la Violencia Filio-Parental (Sevifip) . Ha constatado que las tensiones familiares se agudizaron con las duras condiciones del confinamiento de la pasada primavera, que obligó a convivir a padres e hijos durante casi tres meses.
Aunque durante el confinamiento hubo medidas para prevenir la violencia machista en el hogar, ha lamentado que «nadie se acordó de las situaciones de violencia filio-parental». Ha relatado que los padres no podían ir a la calle a denunciar la violencia ejercida por sus propios hijos y en el posconfinamiento comenzaron a salir a la luz solo los casos en los padres se han atrevido a buscar ayuda, cuando la situación ya era «insoportable». Aún no hay datos judiciales actualizados sobre este tipo de denuncias, aunque Abadías ha constatado que, durante el confinamiento, cada semana aparecían en los medios de comunicación casos de este tipo, algunos de ellos «muy potentes».
Los datos de la Memoria de la Fiscalía General del Estado publicados en 2020, pero correspondientes al año pasado, ya registraron un incremento de este tipo de delitos, con más de 5.000 casos denunciados en los juzgados. Durante 2020, ha augurado que habrá un número similar de delitos de violencia filio-parental, pero «cualitativamente» serán «mucho más graves», con agresiones «más violentas». Ha resaltado que uno de los colectivos más perjudicados son las madres que educan solas a sus hijos, quienes en situación de confinamiento eran «mucho más vulnerables» que antes, que ya constituían una «diana especial» para los hijos violentos.
Barreras infranqueables
Para prevenir esta situación, ha abogado por educar en valores como el respeto desde las propias familias, que son las que tienen que inculcar a los hijos que «existen barreras infranqueables» como los insultos y los golpes hacia sus padres. Además, ha recomendado trabajar la tolerancia a la frustración de los hijos y enseñarles a aceptar el principio de autoridad de sus padres y de los estamentos de la sociedad.
«Algunos de estos chavales que acuden a declarar a un juzgado, sueltan palabrotas, no son educados, se muestran desafiantes hacia fiscales y jueces porque no reconocen el principio de autoridad», ha asegurado. Pero si las familias no pueden educar en este sentido, hay que proporcionarles los medios para lograrlo, con herramientas como las escuelas de padres, cuya organización se ha reducido tras la crisis de 2008, ha indicado.
Otra cuestión preventiva sería conseguir una sociedad con «valores sólidos», como respeto y honestidad, pero actualmente lo que prima son mensajes como «ganar dinero rápido y a pesar de lo que sea, sin esfuerzo», ha opinado. En los centros educativos tampoco se respeta la autoridad, porque la figura del maestro está totalmente desprestigiada, en muchos casos desde las propias familias, que culpan a los docentes de los problemas que causan sus hijos. «Uno de los graves errores que existen en la sociedad actual es la defensa a ultranza de los hijos , hay que volver a empoderar a los maestros desde la etapa de Primaria», ha recalcado. Los estudios más recientes de violencia filio-parental revelan que suele producirse en familias de estatus medio-alto, aunque, según este experto, «actualmente nadie se libra» .
Legislación penal
Por otro lado, ha indicado que la legislación penal del menor de España incluye 15 medidas judiciales que se pueden imponer «de manera flexible» a los infractores, que pueden cumplir en internamiento graduable. Sin embargo, Abadías ha especificado la ejecución de las medidas es una competencia de las comunidades autónomas, que optan por hacerlas cumplir en recursos públicos, privados o concertados, con lo cual «España es un reino de taifas» .
Las terapias en un centro privado pueden llegar a costar entre 3.000 y 6.000 euros al mes, ha asegurado, pero las familias de estatus social bajo-medio no pueden pagar este dinero para re-educar a los menores y tienen que recurrir a los centros públicos, algunos de ellos muy bien preparados, como en la Comunidad de Madrid y en La Rioja. Ha explicado que estos programas intervienen también con la familia extensa, no solo con el menor y sus padres.
El confinamiento obligó a interrumpir estas terapias y las medicaciones que incluían los tratamientos psiquiátricos y psicológicos, lo que provocó «un cóctel molotov» para desencadenar la violencia filio-parental . «Es importante que las administraciones públicas se acuerden de este problema de la filio-parental y dediquen recursos económicos para que no se produzcan desigualdades entre las familias que tienen dinero y las que no», ha concluido.
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