«La historia secreta de mi familia alivia a muchas personas en su enfermedad»
Judith Sánz de Tejada explica que los muñecos de su cuento tienen una función terapéutica muy importante para los niños, pero también para los adultos
De pequeña, Judith Sáenz de Tejada tuvo que acostumbrarse a ver a su padre postrado en una cama, presa de una enfermedad rara. «Su habitación se convirtió en el punto de reunión de tertulias y confesiones . Allí pasábamos horas. Recuerdo que tenía muebles muy antiguos de nuestros antepasados y me llamaba la atención que sobre algunos había "una pandilla" de muñecos. Unos eran de cuerda, otros de trapo rellenos con semillas... Eran sencillos, pero estaban llenos de personalidad ».
Cuando Judith creció y tuvo uso de razón, su padre le desveló una historia secreta que, a su vez, le transmitió su padre: Cada muñeco de aquel dormitorio tenía un nombre y aportaba lo necesario a la persona enferma que lo necesitaba, quedando inmóviles cuando ya no hacían falta. Unos concedían calma, otros alegría; otros esperanza, otros consuelo... para ayudar a su dueño a enfrentarse a sus miedos y sentirse seguro y feliz. Solo la persona que está enferma los podía ver en movimiento y, cuando se curaba, se lo podía regalar a otra persona que lo necesitara.
«Quedé totalmente fascinada con aquella confesión —asegura Judith Sáenz de Tejada—. Entonces comprendí muchas cosas como, por ejemplo, que en su plato de las pastillas había siempre dos figuritas de Reyes Magos. ¡Querían entregar a mi padre su mayor tesoro: la salud! Conmovida por este secreto, empecé a escribir con él esta historia que quedó sin terminar por varios años. Tras fallecer mi padre, decido retomar, en pleno confinamiento por el coronavirus, aquello que comenzamos juntos. Empecé a escribir de nuevo las aventuras de aquellos muñecos y a dibujarlos . Es así como ha visto la luz «La historia secreta de mi familia».
Como ella misma cuenta no es solo un libro para niños por el hecho de llevar ilustraciones. «En una ocasión, fui al hospital a visitar a la mujer de un amigo en su fase terminal de cáncer. Le leí el cuento y, al finalizar, me agarró fuerte la mano para transmitirme su agradecimiento , ya que no podía pronunciar palabra. Yo le regalé uno de mis muñecos y le expliqué que lo tuviera junto a ella para acompañarla en su transición y que, cuando no le hiciera falta, debería entregárselo a otras personas que lo necesitaran. Hoy lo tiene su marido y su hija».
Este libro, con todos sus protagonistas, cumplen una función terapéutica. «Intentan transmitir al lector valores muy importantes a los que agarrarse en los malos tiempos. En el momento actual en el que muchas familias sufren estrés y angustia por haber perdido a algún familiar o el trabajo , los niños pueden aprender a agarrarse a algo, a su muñeco, para que les aporte ilusión y alegría».
Explica la autora que muchos adultos suelen guardar algún recuerdo de su niñez, «precisamente porque al verlo o tocarlo les transmite una bonita sensación que les hace sentirse mejor, les reconforta. Esa es la idea», concluye.
Hoy, Judith Sáenz de Tejada padece una enfermedad crónica que le impide desarrollar con normalidad su vida. «Intento pintar, pero muchos días no puedo porque el brazo me lo impide. Mis muñecos, los muñecos de mi padre, me acompañan junto a mi mesa para acompañarme y hacerme sentirme mucho mejor»
Este libro, que ha podido ver la luz gracias al apoyo del grupo Ibaizabal, está avalado y recomendado por la Fundación Fita que se ocupa, con psiquiatras y psicólogos, de ayudar a los menores por toda España, además del equipo de profesionales de ayuda a la salud mental de menores por parte del centro psicoterapéutico BFINE-BMIND ubicada en Madrid. La introdución ha sido escrita por Mario Alonso Puig, médico y escritos de libros de ayuda.
Noticias relacionadas